jueves, 29 de marzo de 2007

Seneca dixit


En una sociedad como la nuestra, llorona, gemidora y en perpetuo estado de irritación, vienen al pelo estas sabias admoniciones que Séneca dedica a Lucilio en el siglo I nuestra era.

Te indignas tanto, Lucilio, y te lamentas… ¿No comprendes que lo único malo es precisamente eso: tu indignación y tus quejas?

Si me preguntas a mí, pienso que ninguna desgracia natural debería hacerme llorar. El día en que haya algo que yo no pueda soportar, ese día no podría soportarme a mí mismo

¿Estoy mal de salud? Es parte de mi destino. ¿Se han ido a dormir los criados, bajan mis rentas, se me ha hundido la casa, me han venido daños materiales, heridas, trabajos, cosas que dan miedo...? Suele pasar. Son cosas que ocurren necesariamente; no son accidentes.

Créeme y te descubriré mis sentimientos más íntimos. En todo lo que parece adverso actúo así. No obedezco a un dios, sino que consiento con su voluntad. Le sigo, pero no porque no tenga alternativa. No me sucederá nada que yo acoja con tristeza, con mal gesto. No pagaré mis tributos de mala voluntad.

Todo lo que lloramos, lo que nos asusta, son tributos de la vida. De todas estas cosas, amigo Lucilio, no esperes inmunidades ni las pidas.

¿Te ha producido inquietud que te duela la vejiga, recibir cartas amargas, una pérdida patrimonial detrás de otra...? ¿Acaso no querías llegar a viejo? Todas esas cosas en una existencia dilatada son como el polvo, el lodo o la lluvia en una caminata larga.

—“Pero es que yo quería vivir sin todos esos inconvenientes.”

Unas palabras tan afeminadas son impropias de un varón (1). Mira como recibes este deseo que yo tengo para ti: yo lo formulo con grandeza de ánimo, no simplemente con buen ánimo. Ni los dioses ni las diosas harán que la fortuna te lleve en palmitas.

Pregúntate a ti mismo, si un dios te diera el poder de vivir en el mercado o en el campamento militar. Y, querido Lucilio, la vida es milicia.

Los que andan activos de un sitio para otro, y van arriba y abajo por lo trabajoso y por lo arduo, y hacen frente a las misiones más peligrosas, esos son los varones esforzados, los héroes del campamento. Y esos otros a quienes una vergonzosa inacción les hace vivir blandamente son unas gallinas mojadas cuya seguridad es una deshonra.

Séneca. Epístolas a Lucilio. 96.


Y para que mi amigo Ricardo, recién ingresado en la globosfera, compruebe la fidelidad de la traducción, he aquí el texto latino que, como suele ocurrir, suena bastante mejor que el castellano.


Tamen tu indignaris aut quereris et non intellegis nihil esse in istis mali hoc tuum nisi hoc unum quod indignaris et quereris? Si me interrogas, nihil puto viro miserum nisi aliquid esse in rerum natura quod putet miserum. Non feram me quo die aliquid ferre non potero.

Male valeo: pars fati est. Familia decubuit, fenus offendit, domus crepuit, damna, vulnera, labores, metus incucurrerunt: solet fieri. Hoc parum est: debuit fieri. Decernuntur ista, non accidunt.

Si quid credis mihi, intimos adfectus meos tibi cum maxime detego: in omnibus quae adversa videntur et dura sic formatus sum: non pareo deo sed adsentior; ex animo illum non quia necesse est, sequor.

Nihil umquam mihi accidet quod tristis excipiam, quod malo vultu; nullum tributum invitus conferam.

Omnia autem ad quae gemimus, quod expavescimus, tributa vitae sunt: horum, mu Lucili, nec speraveris inmunitatem nec petieris.

Vesica te dolor inquietavit, epistulae venerunt parum dulces, detrimenta continua - propios accedam, de capite timuisti. Quid tu nesciebas haec te optare cum optares senectutem? Omnia ista in longa vita sunt, quomodo in longa via et pulvis, et lutum, et pluvia.

"Sed volebam vivere, carere tamen incommodis omnibus ". Tam affeminata vox virum dedecet (1).

Videris quemadmodum hoc votum meum excipias; ego illud magno animo, non tantum bono facio. neque di neque deae faciant ut te fortuna in deliciis habeat. Ipse te interroga, si quis potestatem tib ideus faciat, utrum velis vivere in macello an in castris. Atqui vivere, mi Luicili, militare est.

Itaque hi qui iactantur et per operosa atque ardua sursum ac deorsum eunt et expeditiones periculosissimas obeunt, fortes viri sunt primoresque castrorum; isti quos putida quies aliis laborantibus molliter habet turtutillae sunt, tuti contumeliae causa. Vale.

(1) Lo siento: no lo digo yo. Los antiguos no eran políticamente correctos.


5 comentarios:

Altea dijo...

Bueno, pero llorar y luchar al mismo tiempo también puede ser compatible.
¿No?

Anónimo dijo...

En mi opinión Seneca "dixit" bien.

Si en la vida estuviera todo hecho de que nos serviría el talento, la alegría, el esfuerzo, el trabajo y la la satisfacción del logro. Cómo se fragüaría la amistad, sin necesidades (de cariño, de apoyo, consuelo), sin alegrías (superar las pruebas, vencer las dificultades)... La vida es esfuerzo, es lucha, es camino.

Personalmente las dificultades no me gustan nada de nada pero no puedo vivir sin ellas. Y cuándo no las tengo, que no sucede casi nunca, las busco. No me gusta sentirme un ser inerte al que lleva la corriente. Cuando lucho contra dificultades siento que soy yo quien lleva el timón de mi vida.

El payaso triste dijo...

Gracias por el guiño y el latín.
Oh capitán mi capitan!
No se pierda el video de mis alumnos dando brincos en el recreo...

Adaldrida dijo...

No es fastidiar, pero lo que Séneca dixit me parece frío como el hielo. Cuando sufres no te sirve, es lo de siempre. Seamos austeros, recios, valientes y contenidos, sí. Pero si llega el tiempo de llorar, pues se llora, y si uno necesita quejarse, pues se queja. Al fin y al cabo un amigo es un paño de lágrimas: si no hay lágrimas para derramarse sobre su hombro, no sirve... Gracias a Dios la fortaleza no es nuestra Religión.

Unknown dijo...

Séneca y después, por ejemplo, Marco Aurelio no sostenían una dureza ante la adversidad como una forma de insensible falta de sentimientos, sino, como decía el emperador, producto de un entrenamiento habitual, como el de un púgil o un deportista. El convencimiento y la práctica habitual de que podemos reducir el sufrimiento, no como robots insensibles, sino habiendonos convencido de que la desesperación solo suma problemas a los problemas, no soluciones, ni tan siquiera consuelo y que esto no se logra de un día para otro, lloraremos muchas veces antes de llegar a ese punto y hasta será bueno,como parte del camino de aprendizaje