lunes, 16 de abril de 2012

Sin noticias de José Manuel Machimbarrena


Hoy reproduzco un artículo de Antonio Olivié


En el verano de 2010 tuve la fortuna de coincidir con José Manuel, ‘Joe’, Machimbarrena, secuestrado este mes de abril en Enugu (Nigeria) y conocer de primera mano el Niger Foundation Hospital y el dispensario rural de Iwollo, dos instalaciones que él había contribuido a crear. Hay quien ha calificado a ‘Joe’ como un ‘cooperante’, pero creo que el término se queda corto para alguien que lleva desde 1978 en el país, como un ciudadano más.
Normalmente se entiende como ‘cooperante’ a alguien que pasa un tiempo en algún país del tercer mundo colaborando en alguna tarea social, pero con el objetivo de regresar a su lugar de origen. En el caso de Joe, un donostiarra licenciado en Medicina, su dedicación a Nigeria es total, está plenamente integrado en Enugu, la antigua Biafra, una zona necesitada de las infraestructuras más básicas.
El dispensario de Iwollo, a varios kilómetros de la capital del estado de Enugu, dispone de un generador para poder trabajar y mantener el frío de las vacunas cuando se corta la corriente eléctrica, algo que sucede a menudo a lo largo del día y de forma habitual por la noche. Apenas hay una carretera asfaltada, por lo que la mayoría de los pacientes se desplazan hasta allí andando, en bicicleta o en moto-taxis en las que pueden viajar hasta tres personas. Impresiona ver a las madres llevando a la espalda a sus niños, con una túnica que les enrolla y les permite tener las manos libres al caminar.
La labor de Machimbarrena no se ha limitado a construir (gracias a la ayuda española) y atender el dispensario, desde el que ha conseguido frenar una enfermedad letal para muchos niños como es la malaria. Es él quien gestiona que los vecinos de Iwollo tengan acceso a los medicamentos más básicos, recurriendo en muchas ocasiones a la ayuda de amigos o familiares españoles. Para darse cuenta del alcance de su labor, basta con ver las casas de la aldea o visitar el dispensario público que hay en el otro lado del pueblo. Un local con dos enfermeras voluntariosas, pero que cuando yo lo visité llevaban dos meses sin recibir medicinas. La corrupción forma parte del país y hace que, pese a que cuenten con dinero, los recursos no lleguen a su destino en ocasiones.
Es difícil valorar desde España lo que supone mantener una instalación profesional y un trabajo desinteresado, en una zona en la que la chapuza está a la orden del día. La profesionalidad de ‘doctor Joe’, como es conocido en la zona, marca un estándar de calidad que sirve de ejemplo para los médicos locales que trabajan con él en una iniciativa impulsada por miembros del Opus Dei en la zona.

4 comentarios:

Almudena dijo...

Lo bueno de todo ésto es que, lo secuestre quien lo secuestre, en estos momentos y siempre está en manos de Dios. Seguiremos rezando

Una lectora habitual dijo...

¡Gran labor la suya!
Desde aquí va otra oración más para que todo se solucione cuanto antes.

Papathoma dijo...

Lo que más me duele en estos casos es que, a los secuestradores,no les importe en absoluto la labor que personas como Dr.Joe están haciendo a favor de su país: país que no suele importar a veces ni a sus propios gobernantes...y no digamos ya a las potencias occidentales que los explotan.

Antuán dijo...

Gracias por su información! estamos rezando para que no le falte el animo y todo se solucione cuanto antes. ADiosle-pido