martes, 25 de agosto de 2015

Ed è subito sera




Me entusiasman las puestas de sol de Castilla, que incendian el horizonte de la meseta hasta convertirlo en una brasa que se resiste a morir; el crepúsculo del Cantábrico, que se prolonga una eternidad al otro lado del Serantes y cambia de color con la bruma; el anochecer asturiano, que dura y dura cuando se avista desde la ladera que asciende al mirador del Fitu en los Picos de Europa… No concibo un espectáculo más grandioso. Cada vez que tengo ocasión de contemplarlo, siento ganas de aplaudir al Autor y, al mismo tiempo, me entra una especie de melancolía, como si el sol se me muriera de verdad.
Pensáis que no es para tanto, que me gusta escribir cursilerías de tarde en tarde para llenar un hueco en esta página. No es cierto. Lo meditaba ayer cuando regresaba a Arona desde el puerto de Los Cristianos, y el sol caía a plomo en el horizonte, veloz como un cometa.
—¿A dónde irá con tantas prisas? —me pregunté—.
En la naturaleza todo tiene su explicación: cuanto más nos aproximamos al trópico, más rápido es el ocaso y más violento el amanecer. Aquí se cumple a la letra el verso de Quasimodo: ed è subito sera, de pronto es de noche.
Me pregunto si la muerte será así, como la describe el poeta: de pronto, la luz se apaga, se van los pájaros y callan todas las voces, o si, por el contrario, gozaremos de un crepúsculo de fuego capaz de seguir incendiando el horizonte durante muchos días hasta el adiós definitivo.
En el fondo da lo mismo. Lo importante es tener la maleta lista y la Esperanza intacta. Yo sé que el sol no muere cuando cae sobre el mar. ¡Cuántas veces lo he visto renacer en Valencia, limpio de bruma, recién bañado en el Mediterráneo!
No se puede tener todo, Teide amigo. Desde allí arriba señoreas el Océano y ves como se desploma el sol en el Atlántico y cómo se alza cada madrugada, pero es todo tan rápido que te pierdes lo mejor: nada sabes del dolor agridulce del crepúsculo.

3 comentarios:

Fernando M Díez Gallego dijo...

Me ha gustado, Don Enrique, su nueva entrada. Aparece en mi escritorio de Blogger cuando me pongo a hacer una entrada nueva en mi blog. Ese sí que es un blog, y, lo siento, no un globo como el suyo. A veces le echo un vistazo a su globo, y suelo contestar con un comentario. Gracias por el empeño en escribir.

Antuán dijo...

Estoy con usted d. Enrique yo también tengo gravadas en la memoria que es la mejor cámara de fotos: puestas de sol de Castilla, el mar con grandes olas ( me dicen te falta playa) y tabla pero estos dias en ratos libres pude pintar algunas cosas y disfrutar sacando de la imaginación. Adiosle

Juanma Suárez dijo...

...y no sé si habrá sido su intención, (que seguro que sí), pero no he podido por menos que encontrar el paralelismo de sus ocasos con nuestras formas de morir a esta vida, poco a poco, o de golpe, pero siempre con la esperanza del nuevo amanecer, porque, como usted dice, "el sol nunca muere".