En verano la publicidad se hunde, los periódicos adelgazan y la red se queda vacía: las webs navegan sin dueño ni visitantes. Yo soy el blog que clama en el desierto.
Con la llegada del mes de julio, doy por concluida la sección fija publicitaria, y quizá algo más.
Hoy visitaré el hayedo de la Tejera Negra, que está esplendoroso como nunca, y mañana volveré a Madrid. Seguiré escribiendo, pero no esperéis gran cosa de mí mientras dure la canícula.
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
Gracias don Enrique. Disfruto todo lo que escribe,
ResponderEliminarMe gustó especialmente su paseo por el pueblo de Riaza.
D Enrique , también en la playa y en el mar se consigue la paz.
ResponderEliminarLe voy a mandar unas fotos que apoyan mi teoría.¡Le gustarán!
Ni en medio de la canícula no desespere de las musas. Como usted es un trabajador nato seguro que cuando le visiten le encuentran trabajando.¡Animo con verano y muchas gracias por todo!. Y donde esté la montaña...
ResponderEliminarPues yo, no es por dar ideas, pero ante ese paisaje, le perdonaría que se alejara para siempre de cualquier ordenador. Dan ganas de perderse.
ResponderEliminar¡Menudo paisaje tan chulo! mucho mejor que la playa, sin lugar a dudas...
ResponderEliminarLa foto, completada por el pie de foto, me parece el más profundo y rotundo discurso sobre preferencias vacacionales.
ResponderEliminarPrecioso.
Saludos.
Pues con esto y un bizcocho.....hasta mañana a las ocho!
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