Enrique García Máiquez en su columna semanal, da la vuelta al refrán y asegura que "siempre llueve a gusto de algunos".
De acuerdo; pero ¿a gusto de quién vienen estos africanos calores? En Molinoviejo, 37 grados.
Enrique García Máiquez en su columna semanal, da la vuelta al refrán y asegura que "siempre llueve a gusto de algunos".
De acuerdo; pero ¿a gusto de quién vienen estos africanos calores? En Molinoviejo, 37 grados.
D. Enrique; cajón de sastre no es cajón desastre, aunque si el suyo es mucho lío y además es muy cabezota como aparenta puede escribirlo como le parezca...no vaya a ser que se enfade y deje de rezar por los blogueros...
ResponderEliminarAquí 41 . Calorcito...
Estoy de acuerdo con García Maiquez: No todo es negativo en temperaturas extremas.
ResponderEliminarSiempre me acuerdo de aquel poema, que no sé nunca terminar:
Cuentan de un sabio que un día,
tan pobre y mísero estaba
que solo se sustentaba
de las hierbas que comía....
Si alguien me lo termina lo agradeceré.
Cuentan de un sabio que un día
ResponderEliminartan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas hierbas que cogía.
¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?;
y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que otro sabio iba cogiendo
las hierbas que él arrojó.
Con mi agradecimiento, Yomisma.
Y a don Enrique, por sacarme a tomar el fresco en su globo.
Añadamos que el poema es de Calderón, y en concreto de "La vida es sueño"
ResponderEliminarpara mi no hay duda de que estos calores vienen al gusto divino para obligarnos a hacer penitencia por los pecados de todos que son demasiados -tambien los mios-. Ademas creo Escriva de Balaguer decia que los tesoros nuestros son el calor y el frio, el hambre y la sed, el sueño y no se cuantos mas.
ResponderEliminarYo por mi parte estoy a gusto con estos calores que me mortifican pero no demasiado, la pena por mi madre que lo pasa fatal con esto.
pero weno, con un poco de sentido del humor y la sotana reversible...
Agradezco a los Enriques refrescarme la memoria, nada menos que de Calderon!!!!! Pues eso, si lo sabia, se me había olvidado.
ResponderEliminarDavid, si pero, que calor!!!
A mí me gusta el calor... me hace olvidar los fríos del invierno, que está a la vuelta de la esquina.
ResponderEliminarHoy en el coche, el iPod ha seleccionado al azar un villancico, y a Jaime le ha encantado. ¡Ya viene la Navidad!
Cómo me reía de mis compañeros de trabajo cuando se quejaban del frío. Ya les decía yo que cuando llegase el verano, mentarían al maldito calor XD
ResponderEliminarHola D. Enrique, antes de irse de Molino, le importaría pedir a la Virgen de la Ermita por dos plazas (ella ya sabe de que va). Se nos echa el tiempo encima y sólo tengo dos opciones: o las dos plazas o el harakiri!
ResponderEliminarPor estos lares, 45 grados...sin hablar de la humedad relativa. ANIMO!!!
ResponderEliminarA mi me da por encomendar a los sacerdotes, que tan uniformados como van, pasan mas calor que yo; aunque temo desaparecer de un momento a otro simplemente derretida...
Esta manhana en el bus, mi amiga Dina se puso un chaleco de invierno porque tenia frio... Ya se ve que hasta esto del calor es relativo.
Truco para llevarlo mejor: no pensar en ello, como si lo mas normal del mundo fuera derretirse.
Funciona.
Ah, claro, si: ofrecerlo por otros no solo funciona, sino que le da sentido, pero de eso ya saben mas que yo.
:)