lunes, 24 de noviembre de 2014

El cáliz


Ya veis que no tiene nada de especial: es un cáliz sencillo, de plata. El interior de la copa está dorado, y en la base han grabado el sello del Opus Dei. Debajo aparece mi nombre y una fecha: la de mi ordenación sacerdotal, 31 de agosto de 1969.
Lo vi por primera vez el día de mi Primera Misa. Fue uno de los regalos que recibí en aquella ocasión y me lo entregaron precisamente durante la ceremonia, en la Presentación de las Ofrendas, con la patena, las vinajeras y el Pan y el Vino necesarios para el Sacrificio.
Usé el cáliz dos o tres veces más y lo entregué a los directores de la Obra para que lo destinasen al centro o a la labor que les pareciera más conveniente.
Lo olvidé hasta el martes pasado.
Me disponía a celebrar Misa el primer día del curso de retiro en oratorio de El Soto, y al quitar el velo del cáliz me dio un vuelco el corazón: allí estaba mi vieja copa,  después de casi medio siglo, limpia, intacta  y reluciente, como nueva.
No sé cómo te reconocí, querido cáliz. Te di la vuelta por si me había equivocado, y allí seguía grabado mi nombre.
Me has acompañado durante todo el retiro y, gracias a ti, he celebrado la Eucaristía un poco mejor, procurando recordar aquella primera Misa, tan lejana.
Compruebo que no has envejecido nada. Yo, en cambio, ya ves… Se conoce que a ti te han cuidado con especial esmero. Cuántos sacerdotes te habrán levantado en alto para invitar a los fieles a adorar a Jesucristo nuestro Señor, realmente presente en su Sangre derramada.
Yo debería haber seguido tu ejemplo. Tendría que haber conservado el alma limpia y joven como tu copa dorada para ser digno de tenerte entre mis manos.
Lo intentaré de ahora en adelante. Pienso que tu retorno, al cabo de tanto tiempo, significa algo. Has venido a recordarme que, en las cosas de Dios, siempre es posible volver a empezar, que puedo regresar al kilómetro cero de mi sacerdocio; a aquel día inolvidable que, ¡ay de mí!,  casi había olvidado.
 


22 comentarios:

  1. Todos tenemos que empezar de nuevo. Gracias por la emoción de este texto. Espero con ilusión sus entradas de Adviento y Navidad.

    ResponderEliminar
  2. IMPRESIONANTE, D. HERRY. Cuántos significados. Gracias. Que Dios le bendiga. Loreto

    ResponderEliminar
  3. me he emocionado, esos detalles valen más que todo un curso de retiro...¿ o no es una caricia propia de una madre? impresionante. lo que hace el cariño....

    ResponderEliminar
  4. que preciosidad de momento, don Enrique. Y de Cáliz.

    ResponderEliminar
  5. Gracias a Dios! por esos buenos recuerdos y esos instrumentos que llevan el valor de lo sagrado: ¡Dios mismo! Adiosle

    ResponderEliminar
  6. GRACIAS por compartirlo. Muy animante...volver al primer Amor, al primer encuentro.
    Nunca le he visto D.Enrique pero es uno de los sacerdotes que más me ayudan día a día, gracias.

    ResponderEliminar
  7. Qué ilusión! Nunca se espera los medios que pone el Señor para acercarnos a Él. Un abrazo don Henry!

    ResponderEliminar
  8. gracias por compartir

    ResponderEliminar
  9. sencillamente...¡gracias!
    Nunc coepi!

    http://www.boticapositiva.es/2014/11/la-cara-y-la-cruz.html

    ResponderEliminar
  10. Tiene alma de poeta,suena cursi,pero real.

    ResponderEliminar
  11. Ostras !! q pasada Pater .!!! Q detalles tiene el Señor a veces.

    ResponderEliminar
  12. Esos detalles de Dios son de hacer estremecer de gratitud, sobre todo por la gracia interior que los acompaña.

    A mí en particular me mueven el piso. Es como decir: ¡Qué grande eres Dios mío, qué poca fe que tengo!

    No sabe como estaba necesitando una reflexión así. Dios lo bendiga.

    ResponderEliminar
  13. Bueno, también puede verlo como una caricia del Señor por todos estos años de fidelidad.

    Gracias

    ResponderEliminar
  14. ¿El robot? No sé lo que quieres decir, Pacita

    ResponderEliminar
  15. Que hermoso recuerdo don Enrique, a dar gracias a Dios por tan buena memoria!!! Y que Dios nos ayude a todos a tener el alma siempre joven y deportiva ... Gracias por compartirlo!!!

    ResponderEliminar
  16. Para poner comentarios hay q pasar por descifrar unas ketras o numeros (o solo me pasa a mi?)

    ResponderEliminar
  17. ¡Qué emocionante y qué bonito! ¡Cómo le quiere el Señor, que le regala estos momentos! Muchas gracias por compartirlos con nosotros.
    Yo comparto que hoy es el cumple de mi marido (a ver si cae alguna oración por él). Gracias mil.

    ResponderEliminar
  18. Gracias por contarlo, estos detalles ayudan a pensar en los demas.

    ResponderEliminar
  19. Salvando las distancias, ayer volví a revivir un instante de hace...más de treinta años. Me temblaban las rodillas como entonces. Y por primera vez en mucho tiempo, no me importó despertarme un montón de veces por la noche: solo me salía dar gracias.
    Qué bueno es Dios.

    ResponderEliminar