Entre euforias y alirones
el día 30 del mes
se lanzaron los culés
al foso de los leones.
Los de Bilbao, fanfarrones,
con fiereza y arrebato,
lucharon como jabatos
llenos de garra y pasión.
Lo malo es que el Rey León
al final sólo era un gato.
H. Kloster
Lo siento mucho...
ResponderEliminarYo también: no puedo pagar los tragos bilbaínos que aposté
ResponderEliminarYo pongo un 0 a las dos aficiones. Menudo espectáculo bochornoso han dado. Y a mi nadie me puede tachar de promonarquica, pero al menos respecto a las instituciones y sobre todo: amo a mi país y me siento orgullosa de èl (y por tanto del himno que lo representa)
ResponderEliminarLo q da rabia, es a q silban? Para q juegan, por dinero.... Es una contradicción difícil de entender, claro, como cualquier contradicción ;-)
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