Esta sociedad del bienestar frustrado; justiciera, reivindicativa y quejumbrosa, debería meditar una breve oración que repetimos los cristianos cada día en la Santa Misa:
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la
vida eterna. Amén
Yo no me atrevo a pedir más. ¿Y tú?
-Cada vez que dejasteis de hacerlo con uno de éstos más
ResponderEliminarpequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo!.
Mt 25, 31-46
Palabra entre las bellas: Misericordia.
Gracias Enrique.
Una bendición como esa la tomamos a veces (la tomo yo, al menos) con cierta prisa, esperando el "podéis ir en paz". Bueno, hoy la recibiré con la solemnidad que merece y me quedaré un rato meditándola.
ResponderEliminarpues la verdad q hoy esta oración por muchos motivos(entre ellos mi dichosa ansiedad) me ayuda especialmente
ResponderEliminarpues si; debéis ser familia! lo siento
ResponderEliminar.... y con el mazo dando
ResponderEliminarTampoco.
ResponderEliminarQue hermosa es la mirada de Jesús sobre nosotros, cuánta ternura. No perdamos nunca la confianza en la paciente misericordia de Dios." Del papa francisco
ResponderEliminarAmén. no tengo nada que añadir. Adiosle
ResponderEliminarAh! por cierto la imagen habla por si sola, es muy buena no podemos pasar de largo. Adiosle
ResponderEliminarDon Enrique,
ResponderEliminarHoy no tenía ganas de rezar (una que es muy limitada) y dije, voy a echar un vistazo al blog de Don Enrique. Y recé. Recé por Cristina, recé al Señor para que me ayude a acompañarle en su Pasión y recé por usted. Mil gracias. Dios le bendiga.
Qué bonito graffiti.Desde luego el que lo hizo tenía "algo" dentro y lo expresó muy bien.
ResponderEliminarEspero que él o ella también alcance a saborear la Misericordia del Señor.
(Y que no le pillen pintando...porque por desgracia es ilegal en tantos sitios. Las leyes humanas, siempre tan inflexibles en lo pequeño...pero tan laxas en lo importante.)
Me viene a la cabeza la gran fiesta por la vida que se ha celebrado en muchos países.
Misericordia también para tantas almas endurecidas que ya no saben ver la Belleza de la vida en sus comienzos y y en la plenitud de su decadencia.
Ut videant!