Como hace calor y, a partir de los 30 grados centígrados, mi imaginación se ralentiza considerablemente, permitidme una pequeña frivolidad de fin de semana.
Hace un par de años empecé a obsesionarme con los adjetivos y adverbios parásitos que pueblan el habla popular y la jerga periodística al uso.
Hay substantivos, en efecto, que llevan siempre pegado al lomo el mismo e inevitable adjetivo. Como hoy no sé explicarme mejor, pondré algunos ejemplos.
¿Os habéis fijado que todos los hoteles son “céntricos”, todas las agendas son “apretadas” y todos los descansos son “merecidos”?
El que escribe debería saber que también hay hoteles de suburbio, es decir, excéntricos, pero da igual. Hace un par de años oí decir por la radio que la selección española de fútbol se había concentrado “en un céntrico hotel de las afueras de la ciudad”. Y el narrador se quedó tan ancho.
Es evidente también que hay vacaciones o descansos manifiestamente inmerecidos y agendas escandalosamente holgadas, pero el adjetivo parásito se resiste a morir.
He aquí otros ejemplos:
Poderosas razones (o también, llamar poderosamente la atención). Es evidente que las razones podrían ser grandes, importantes, relevantes, lógicas, paranoicas, pequeñas..., etc. Pero no: siempre son sólo poderosas.
Pertinaz sequía. He aquí un parásito que procede del régimen anterior.
Hambre canina. Expresión manifiestamente injusta: los cánidos comen poco, por regla general. Yo hablaría mejor de hambre pajaril, ya que los gorriones, sin ir más lejos, devoran todos los días una cantidad equivalente al doble de su propio peso. Por tanto, si alguien os dice que come “como un pajarito” no le invitéis a almorzar.
Cochina envidia o sana envidia. No estoy de acuerdo: ni cochina ni sana. Si es envidia de verdad, habría que llamarla humana a secas.
Cómodos plazos.
Triste experiencia. Sí. Es triste reconocer que a la experiencia solemos adornarla con ese adjetivo.
Denodado esfuerzo.
Lucha titánica.
Dieta sana y equilibrada. ¡Ah, los adjetivos siameses! También podríamos hacer una lista de los que vienen siempre de dos en dos.
Reconocido prestigio.
Animada conversación.
Aplastante o abrumadora mayoría. (El talante democrático de nuestra lengua es más bien escaso. Aquí las mayorías aplastan o, por lo menos, abruman).
Últimamente el adjetivo democrático/a amenaza con parasitarlo todo. Los políticos, en su horrible jerga, han inventado la firmeza democrática, la energía democrática, la lógica democrática, etc.
¿Se os ocurre alguno más?
7 comentarios:
No se olvide de las "mayorias-minorias silenciosas".
Lo del hotel excéntrico es brutaaal! Se lo voy a piratear, me deja? Y de todos los que ha dicho, el único con el que no estoy deacuerdo es "Poderosa" ¡Me gusta mucho ese adjetivo! Oh Madre, Madre poderosa, decía Newman en Perder y ganar...
Anote éste, D.Enrique. Acabado de salir del horno (o del armario):
"dinero rosa": dícese del dinero que gastan los homos y que por lo visto es mucho.
He oído en las noticias que ya está a punto de salir un diccionario "rosa". En fin. Sin comentarios...
Sunsi
Nutrido grupo.
Y por supuesto: marco incomparable. (Que a nadie se le ocurra comparar los marcos, pues las comparaciones son odiosas).
Don Enrique: gracias por su pertinaz buen humor. Que Dios se lo guarde.
Don Enrique: gracias por su pertinaz buen humor. Que Dios se lo guarde.
Publicar un comentario