A la espera del comienzo de curso, he procurado encontrar algunos huecos para ver enfermos. Ayer por la mañana estuve en dos hospitales: uno, antiguo, con monjas en plantilla y necesitado de una mano de pintura; el otro, moderno y gigantesco. En este último, a diez o doce kilómetros de Madrid, está ingresada esa antigua alumna de mi cole por la que hemos rezado tanto, y seguiremos rezando.
El edificio es colosal. Desde el aparcamiento hasta la habitación de la enferma es posible que haya recorrido más de un kilómetro. Por un momento me imaginé que estaba en la terminal de un gran aeropuerto internacional: los pasillos, los módulos, las salas de espera, los monitores que anunciaban el turno de los enfermos de día, las escaleras mecánicas, los ascensores…, todo parecía tan eficiente como impersonal. Sólo faltaba el ding-dong de los altavoces y las cintas trasportadoras de los equipajes.
Al entrar en la habitación, nuestra amiga me miró de reojo con el mismo gesto un pelín despectivo que ponía a los 15 años. Es su forma de disimular cuando se emociona; pero a mí no me engaña. Yo también sé poner caras si me lo propongo.
Apenas hablamos cinco minutos. Estaba cansada y los médicos querían torturarla un poco más esa mañana; así que tuve que hacer mutis por el foro; pero me dijo que es consciente de que hay mucha gente rezando por ella.
De pronto entró una enfermera, diciendo "hola, don Enrique” y resultó ser también antigua alumna de Aldeafuente. Me dio mucha vergüenza no reconocerla a la primera, pero me emocioné un poco y casi me delato. En pocos segundos recuperé el prestigio perdido demostrando que recuerdo a todas las de su promoción, y que sé dónde y cómo está cada una.
Esto de las emociones me preocupa. Antes yo era un tipo frío e insensible. La vejez me está reblandeciendo. Sólo Kloster conserva la dignidad.
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
jueves, 3 de septiembre de 2009
En el hospital
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16 comentarios:
Me encanta conocer las buenas noticias de esta chica y seguimos rezando para que su recuperacion sea cada mejor y pueda volver pronto a casa que para mi es el mejor hospital.
Debo decirle que realmente lo que a mi me emociono de su entrada de hoy es descubrir que Enrique Monasterio se emociona,ha sido un gustazo descubrir ese "Lado oculto"de su personalidad,no intente recuperar su "dignidad"
deje a kloster solo.
GRACIAS Y BUEN DIA
Hace unos días, un amigo algo mayor que yo, ya jubilado pero en plena forma, me decía: me he dado cuenta de que tengo el día lleno de 'cosas que hacer', pero que -en realidad- podría hacer menos cosas y dedicar ese tiempo a estar con personas que lo puedan necesitar: gente mayor a la que prestar un servicio, enfermos a los que acompañar, etc. Su visita al hospital me lo ha recordado. Y ahora, al escribirlo, me viene a la cabeza Pedro Plans, que pasó de catedrático a enfermero en un plis plas y ... se ganó el cielo: por enseñar y ciudar bien.
Un tipo frío e insensible? ¿Ah, sí? Pues menos mal que eso es cosa del pasado.
Rezaré para que siga la mejoría de la chica.
Hemos puesto esta entrada en el tablón de anuncios de la Capellanía, D. Enrique, para que la gente se acuerde de rezar por ella.
Seguimos rezando.
Le conozco desde hace....unos cuantos años. Desde que yo era una adolescente, y le diré que tiene un concepto equivocado de sí mismo. Yo le he visto emocionarse y mostrar su lado sensible en varias ocasiones, y era mucho más joven que ahora. Así que no le eche la culpa a Kloster.
En cuanto a la alumna de aldeafuente, seguimos apoyando: estos dos últimos meses de embarazo van por ella.
Qué suerte la de esa chica!!!, tanta gente rezando.... no se preocupe D.Enrique, que cuando se recupere- con tanta oración no podemos ni dudarlo- y pase el tiempo, ese gesto ("un pelín despectivo") le cambiará para tornarse en una continua acción de gracias, no puede ser de otro modo.
Qué suerte la de esa chica!!!
Seguiremos rezando, el fruto será inconmesurable (me da hasta envidia, pero de la buena, eh?)
A mí siempre me hacen recelar los sacerdotes fríos e insensibles. Suelen ser duros e intransigentes. La falta de memoria, en cambio, es algo muy agradable, sobre todo si te vas a confesar...
Tengo unos lectores demasiado serios. Casi siempre lo interpretan todo literalmente... Tendré que hablarlo con Kloster
Eso de la comunion de los santos es sensacional, todos podemos rezar e interceder por todos, ¡ QUE GRANDE ES DIOS ! la vida a veces es dura, pero nuestro Padre que tanto nos quiere nos ha dejado muchas ayudas a las que podemos acudir, y eso es sencillamente sensacional.
Hoy le pedire por intercesion a D.Jesus Urteaga para que ayude a nuestra amiga a salir adelante.
Ann
Enrique, te escribo desde muy lejos; una de mis hijas me dio la dirección de tu blog, diciéndome "para algún rato", tiene razón, pero es para muchos ratos. Da mucho gusto encontrar cosas así, buenas como el pan fresco. Te tuteo porque soy tu mayor y me he dejado de solemnidades. ¡Qué sigas bien!
Me alegro por la visita. Lo habrá agradecido mucho la enferma.
No me creo lo de frío e insensible. Otra cosa es la apariencia. Quizás antes lo disimulaba mejor.
Mire Clint Weastwood, toda la vida de megaduro pegatiros y se descuelga con una peli como ·Grand Torino" tan bestia como sensible.
Tengo la teoría de que los tipos duros en el fondo son los más sensibles.
Ya no me queda ninguna duda, D. Enrique. Después de las pistas que ha ido dejando a lo largo de los últimos días, está claro que la antigua alumna que ha visitado hoy en el hospital es la misma amiga mía por la que pedí unas oraciones en este blog hace unas semanas.
El detalle decisivo ha sido el inconfundible gesto de la mirada de reojo. Pero que conste que realmente no es despectivo en absoluto.
¡Menudo invento la Comunión de los Santos! Mucho mejor que internet. ¡Dónde va a parar! Una gigantesca red de almas "interconectadas" místicamente, tanto del más allá como del más acá. Ya quisieran los Feisbuc, Tuentis y demás.
Gracias a todos los lectores por vuestras oraciones.
Me alegro mucho.
Y es que por Kloster no pasan los años:)
Un salu2 D.Enrique
Luisa
Gracias a Dios y con su ayuda así fué, es y será Aldeafuente.
Seguro que salió muy airoso de la prueba de memoria ante la enfermera ¡Así son los de Bilbao!
Y es que.... hasta ustedes, los bilbainos, llegan a emocionarse.
Y, por supuesto, seguimos rezando.
Rezaré por ella; he estado perdida este mes y no lo sabía.
¿Usted insensible? no mienta...
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