martes, 29 de mayo de 2018

Irlanda se suma al genocidio



Mi amigo Goyo, ilustre segoviano, me envía a Molinoviejo  este artículo. Dice que espera que lo publiquen en la prensa local. No sé, Goyo, no sé. Todo lo que escribes es cierto y evidente, pero quizá por eso sea mejor no difundirlo.
Durante estos días de mayo han visitado la ermita de Molinoviejo más de tres mil personas. la mayor parte niños y niñas de colegio. Me habría gustado sacarles una fotografía y publicarla en el globo, pero enseguida me advirtieron que es ilegal fotografiar la cara de un niño sin el permiso expreso de sus padres. 
Vivimos en un mundo raro: fotografiar a un niño puede ser un delito. Abortarlo,en cambio, un  derecho.


El pasado día 25 de Mayo se votó en Irlanda la despenalización del aborto. Era de los pocos países que quedaban en Europa donde se contenía la barra libre de la muerte y, lamentablemente para Irlanda y para Europa, el resultado fue sí al aborto; si a la muerte de inocentes.
He pensado mucho el porqué del sí al aborto en casi toda Europa y llego a la conclusión de que vivimos en una sociedad anestesiada por una alta renta per capita pero despojada del más mínimo sentido trascendental y ético de nuestra existencia. Y, por supuesto, vivimos sumidos en el engaño y las medias verdades que confunden y no ayudan a encontrar la verdad.
La primera mentira que nos encontramos cuando se habla de aborto provocado es el lenguaje, siempre se habla de IVE ( Interrupción voluntaria del embarazo ) cuando, en realidad, lo que se hace es acabar dentro del seno maternal con la vida de un inocente.
Otra de las grandes verdades que interesadamente se esconden es el estado anímico en el queda una madre después de abortar. Como dice un gran médico próvida Español “después de un aborto, alguien siempre sale llorando” y, es verdad, las heridas psicológicas en la madre pueden durar toda la vida. Esta realidad también se calla.
Otro aspecto que deberíamos considerar es que, un aborto, siempre es violento. Desde la aparentemente “suave” píldora del día después hasta los métodos de siempre que conviene recordar para hacernos caer en la cuenta de que el IVE no es tomarse una aspirina. La píldora del día después suele producir hemorragias y desarreglos hormonales intensos en la madre,  y no es para nada rápido y sencillo como nos tratan de hacer creer.
Los métodos con los que se practica abortos son todos ellos crueles, en los que el feto sufre y siente dolor y que, básicamente,  son:
  1. la inyección salina: método por el cual se abrasa al feto inyectando a la madre una solución salina que quema y mata al bebé.
  2. el curetaje: que consiste en descuartizar al niño dentro del vientre de la madre.
  3. la aspiración: como su nombre indica consiste en aspirar al niño como si fuera basura.
  4. Este último método se emplea en embarazos avanzados y consiste en el parto parcial, básicamente se deja nacer al niño al que previamente se ha aplastado la cabeza o algún órgano vital.

Por eso creo que toda niña debería ver como queda un feto después de alguno de estos métodos para formarse una idea en la cabeza de lo que es un IVE. Debería ser de obligado conocimiento el vídeo del “El grito Silencioso” del Dr. Nathanson.

También es una realidad que en ninguna clínica donde se practican abortos se permite a la madre mirar al cubo de basura donde se arrojan los restos de su bebé.
Estas realidades deberían ser sabidas y conocidas por todos los jóvenes Europeos pero, sin embargo, se callan y se ocultan por intereses comerciales y un falso sentimentalismo social que, por no herir sensibilidades, desinforma y confunde.
Además de todos estos argumentos y teniendo claro que asesinar a un inocente nunca puede ser un derecho. El enfoque verdaderamente humano de un embarazo no deseado debería ser el de ayudar y dar soluciones reales a una madre cuyas situaciones pueden ser, en muchos casos, muy desesperadas. Quiero agradecer la gran labor social que las asociaciones próvida en España y en Europa hacen diariamente donde ayudan de forma incondicional a las madres a darse cuenta del gran tesoro que llevan dentro y no empujarlas al brutal proceso de matar a su hijo.
Además hay otro argumento socioeconómico y es que, el aborto, está produciendo en Europa  un desierto demográfico. Por poner un ejemplo, sólo en España se producen al año 95.000 muertes de inocentes mediante el aborto. Estos 95.000 inocentes garantizarían el relevo generacional y el pago de las pensiones futuras  pero, nuestros miopes políticos, creen que un problema ético a largo plazo se puede resolver con subidas de impuestos a corto. Tampoco se dan cuenta de que si no nacen niños, o los continuamos asesinando antes de nacer, y no favorecemos la natalidad, y paramos el genocidio silencioso del aborto, ninguna nación tendrá futuro a medio plazo y, por su puesto, nos enfrentamos a ser engullidos por otros que a sólo unos miles de kilómetros tienen claro que abortar es un crimen.
Por eso el si de Irlanda es triste y preocupante. Es triste para Irlanda y es triste para Europa, si no empezamos a llamar a las cosas por su nombre y seguiremos anestesiados con términos que esconden la verdad y tranquilizan nuestras conciencias acabaremos cayendo al abismo. 
GOYO DE FRUTOS


martes, 22 de mayo de 2018

En la guarida del búho (III)

¿Qué buscáis?


Ya ha comenzado la gran evasión. El búho, desde su guarida, contempla sin sorpresa la desbandada. Son millones y se ponen en marcha todos a la vez. La mayor parte se dirige a la costa más tórrida de nuestra geografía. Otros prefieren el monte.
—Muchas aves también emigran en esta época —comenta—; pero ellas saben muy bien por qué se van: necesitan alimentarse. En cambio éstos… ¿Qué buscan?
Homero señala con el ala la interminable caravana de automóviles que huye de la ciudad. Cierra un ojo y se dispone a echar una cabezada.
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Estamos en el Río Jordán. Juan Bautista ve pasar a Jesús y dice una frase misteriosa que nadie entiende; ni siquiera Juan y Santiago, dos hermanos muy jóvenes que están a su lado.
Éste es el Cordero de Dios.
El bautista hace un gesto con la mano, y los muchachos comprenden que deben ir detrás del Señor.
"Jesús, viendo que le seguían, les preguntó: ¿Qué buscáis?"
Son las primeras palabras que Jesús pronuncia al comienzo de su vida pública.  

Los hermanos se miran el uno al otro sin saber qué responder. Al fin, Santiago dice tres palabras que a la postre resultan definitivas:
—Maestro, ¿dónde vives?

—Venid y lo veréis.
Ahora, al contemplar la caravana de esos miles de automóviles que escapan de las ciudades, pienso que el Señor sigue preguntado: ¿qué buscáis? ¿Qué es lo que os lleva a soportar los atascos de las carreteras, el bochorno del camino, la comida basura, el hedor de los cuerpos sudorosos y el efluvio de las estaciones de servicio, el lúgubre espectáculo de las vestimentas estivales, las aglomeraciones de las playas, las impertinencias de los nuevos vecinos, las medusas asesinas que se acercan a la costa, las quemaduras solares…?
Unos aseguran que necesitan descansar. Otros, que "cambiar de aires"; algunos pocos, que quieren estar con la familia. Habrá quien reconozca que no sabe lo que busca, que solo pretende huir de la rutina diaria, del tedio del trabajo o del jefe de la empresa.
Pero tal vez alguien recuerde que Jesús es el mejor descanso para los que huyen: "Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré," dijo el Señor en  cierta ocasión. Y, si le preguntamos, como Juan y Santiago, Maestro, ¿dónde vives?, Él nos responderá:
—Estoy en los sagrarios de las iglesias que encontraréis a lo largo del viaje; pero no sólo allí; también vivo en la playa y en el campo, en los amaneceres sobre el mar, en la cumbre de las montañas, en la soledad de los bosques y en las fiestas de los amigos, en la alegría de los niños, en las palabras serenas de los viejos, en el corazón de los humildes. Sólo os pido que aprovechéis estos días para pedir perdón por los errores pasados y  lavar vuestra alma en el Sacramento de la reconciliación. Así seréis capaces de reconocerme y de conversar conmigo en cualquier paisaje, a cualquier hora del día o de la noche.
Antes de concluir estas líneas en el pequeño oratorio de mi casa, comprendo que el Señor sonríe desde el Sagrario y me pregunta: Y tú, ¿qué buscas?

sábado, 12 de mayo de 2018

En la fiesta del Beato Álvaro

He estado unos días en el dique seco por culpa de una pequeña pero molesta intervención quirúrgica que me impedía mirar a la pantalla del ordenata más de cinco minutos seguidos.
Hoy, festividad del beato Álvaro del Portillo, ya me encuentro en condiciones de inflar el globo y de echarlo a volar. A ver qué os parece este video, que se publica en la web del Opus Dei.