sábado, 31 de mayo de 2008

Himnos y Cantos marianos (IX)

Hoy la Iglesia celebra una visita: la que hizo María Santísima a su pariente Isabel después del anuncio del Arcángel. En aquella ocasión María cantó un himno de acción de gracias: el Magnificat.

Siglos más tarde Vivaldi, Pergolesi, Bach y muchos otros lo convirtieron en música coral y sinfónica. Este video recoge el primer movimiento del "Magnificat", de Juan Sebastián Bach.

La música de Bach es un milagro, una prueba de que existe el Cielo. Siempre lo he pensado, pero hace poco descubrí este texto del entonces Cardenal Ratzinger en el que se dice algo parecido:

“Sigue siendo una experiencia inolvidable para mí el concierto de Bach dirigido por Leonard Bernstein en Munich, tras la prematura muerte de Karl Richter. Estaba sentado al lado del obispo evangélico Hanselmann, Cuando se apagó triunfalmente la última nota de una de las grandes cantatas del solista Thomas, nos miramos espontáneamente el uno el otro y con la misma espontaneidad dijimos: "Los que hayan escuchado esta música saben que la fe es verdadera". En esa música se percibía una fuerza extraordinaria de Realidad presente, que suscitaba, no mediante deducciones, sino a través del impacto del corazón, la evidencia de que aquello no podía surgir de la nada; sólo podía nacer gracias a la fuerza de la Verdad, que se actualiza en la inspiración del compositor.”

Como os dije, cuando se publique este video, estaré en la carretera: vuelvo a Madrid desde Granada.


viernes, 30 de mayo de 2008

Hacia Granada



San Ildefonso, a vista de Google

Aunque este post se publique a las diez de la mañana, a esa hora estaré camino de Granada. Me acompaña feruli, mi maestro de informática, y Chita, su mujer, que trabaja en el Centro de cuidados paliativos Laguna y ha encontrado un hueco para unirse a la expedición.

Yo oficiaré la boda de Rocío y Daniel en la Iglesia de San Ildefonso. Es mi boda 163. Mañana entrará Bach en el blog para coronar dignamente el mes de mayo.

Esto significa que hasta mañana por la tarde no podré "moderar" ni publicar vuestros inmoderados comentarios.

Dejarse amar por Dios


Esquema para la homilía de esta mañana

Hoy es la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, una de las grandes solemnidades de la Iglesia, que pasa inadvertida para la mayoría porque se celebra siempre en un viernes laborable. La Iglesia lo ha dispuesto así porque quiere que pensemos en otro viernes, en aquél que vio morir a Jesús.

De nuevo vamos al Gólgota para mirar a la cruz y al Crucificado; pero lo haremos desde una perspectiva nueva. Ya no pensamos en el dolor, en la sangre, en la crimen, en la muerte. Sabemos que todo aquello, con ser terrible, no es lo más importante ni el centro del misterio. Jesús no nos redimió porque sufriera mucho, sino porque nos amó mucho más.

Por eso miramos sin miedo a la Cruz. Por eso nuestras cruces no presentan a un Cristo ensangrentado, retorcido en el madero, que se rebela ante el dolor, sino al Sacerdote Eterno que extiende los brazos libremente para abrazarnos a todos.

¡Si comprendiésemos el amor de Jesucristo, si no nos diera tanto miedo dejarnos abrazar por Él…!

A veces nos parecemos a esos adolescentes que, para afirmar su personalidad, se avergüenzan del cariño de sus padres y rechazan las caricias cuando más las necesitan.

San Juan lo dice bien claramente: "en esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero"

Y a Benedicto XVI le gusta repetir que ser santo es sólo dejar obrar a Dios, abrir la puerta a Jesús que llama.

Yo no debo añadir nada más.


jueves, 29 de mayo de 2008

Himnos y cantos marianos (VIII)

El Ave Maria de Gounod, interpretada magistralmente por la mezzosoprano Tina Galante, será mi penúltimo canto mariano en este mes de mayo.

El último día se lo reservaremos a Bach.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Un funeral de sonrisas


Luis, mi monaguillo de hoy, en las bodas de plata de sus padres hace bien poco

Si esto es un diario, que lo es, debo anotar aquí que hoy he celebrado una Misa de exequias por el alma de Felipe Ivars, que falleció en Valencia el pasado día 7. Ya me referí a él hace unos días. Su hija María José vive en Madrid y me pidió hace días que oficiara el funeral.

Estábamos en una pequeña capilla dedicada a la Santísima Virgen. Luis, a quien bauticé hace once años (hay que ver qué cara de delincuente se le ha puesto), me ha ayudado a Misa con mejor voluntad que acierto, y yo, que no había preparado nada para la homilía, no sabía cómo terminar. Me he emocionado mucho, pero, gracias a Dios, nadie se ha dado cuenta.

Hasta aquí, como veis, todo normal, si consideramos normal que un funeral parezca una fiesta, porque el fallecido era un hombre santo, sencillo y generoso, y que todos seamos conscientes de que está en el Cielo. A punto he estado de cambiar los ornamentos morados por otros blancos y celebrar una Misa de acción de gracias.

Felipe sólo tenía un defecto: leía mis artículos y me los elogiaba tanto que acabé por pensar que eran buenos. Espero que los siga leyendo y me sople al oído alguna idea, porque últimamente ando bastante escaso.


martes, 27 de mayo de 2008

Himnos y cantos marianos (VII)

Una Salve singular
Mientras buscaba, sin demasiado éxito, un vídeo de cierta categoría con la Salve Solemne gregoriana, me tropecé con esto. ¿Os acordáis de la película? A mí esta extraña Salve me encanta, y la directora del coro es un genio.



lunes, 26 de mayo de 2008

Como autos de choque



Esta noche he recordado lo que me dijo hace muchos años Luis, un viejo párroco ya fallecido: que los curas nos parecemos a los autos de choque de las ferias.

—Nos metemos entre la gente sin que nadie nos llame, damos un consejo a quien lo pide y a veces también a quien no lo quiere, aunque lo necesite. Entramos en las casas, procuramos ayudar a los jóvenes y también a los viejos, mediamos en mil conflictos, aclaramos malentendidos… Y, al cabo de los años, algo bueno hacemos, sí; pero también hacemos daño. Somos muy brutos. Yo me veo como uno de esos autos de choque. Me gustaría evitar los golpes, pero, cuanto más trato de esquivarlos, más golpes vienen y van.

Y concluía con una consideración que me repitió más de una vez:

—Ahora le pido a Dios perdón todas las noche por el daño que he hecho sin querer. Porque queriendo…, no recuerdo.

Yo debo tener mejor memoria que Luis, porque sí recuerdo algún que otro roce no demasiado inocente. Y me ha venido a la memoria este poema de León Felipe que me envió un amigo:


Soy ya tan viejo
y se ha muerto tanta gente a la que yo he ofendido
y ya no puedo encontrarla
para pedirle perdón.
Ya no puedo hacer otra cosa
que arrodillarme ante el primer mendigo
y besarle la mano.
Yo no he sido bueno...
quisiera haber sido mejor.

Estoy hecho de un barro
que no está bien cocido todavía.
¡Tenía que pedir perdón a tanta gente...!

Voy perdiendo la memoria
y olvidando todas las palabras...
Ya no recuerdo bien...

Voy olvidando... olvidando... olvidando...
pero quiero que la última palabra,
la última palabra, pegadiza y terca,
que recuerde al morir

sea ésta: Perdón

Agua de mayo


Hoy no hemos tenido procesión del Corpus Christi. La lluvia y el granizo nos han impedido caminar con el Señor por las calles de Madrid. Yo he recordado esas lluvias de Semana Santa que algunas veces hacen imposible la salida de determinadas cofradías en Sevilla, en Córdoba, en Huelva... ¡Cuánta tensión y cuántas las lágrimas provocan los chubascos de primavera en aquellas tierras!

También aquí deberíamos llorar porque necesitamos que Jesús nos acompañe por la Villa y Corte. Tenemos muchas cosas que enseñarle.

Ya que esta vez no ha sido posible, hagamos el propósito de visitarle en su casa todos los días. La fiesta del Corpus nos recuerda que Dios está entre nosotros, que está solo y que nos espera con paciencia infinita desde hace veintiún siglos.


domingo, 25 de mayo de 2008

Eurovisión


Esta es mi canción de Eurovisión: "Oro", de Serbia. Canta Jelena Tomasevic. Una estupenda melodía y una voz fantástica. El resto del festival, perrea, perrea. Lo siento, soy un clásico, añoro la música melódica y estoy harto de los instrumentos de percusión.




Por hoy, basta. Es Corpus Christi y llueve en Madrid. Recemos para que sea posible salir en procesión.


Escupir es peligroso


Acaba de "cantar" Chikilikuatre y yo me voy a la cama. Prometo solemnemente que, si gana, me iré a otro continente mañana mismo.
Abro un periódico digital y encuentro esta noticia que reproduzco tal cual. Es una parábola viva de la vieja Europa.


Un hombre falleció al caerse del balcón de su hotel durante una competencia de escupitajos con un amigo, informó el martes un periódico suizo.

El diario 'Blick' dijo que el joven, de 29 años, tomó carrerilla desde el interior de su habitación para escupir más lejos, pero perdió el equilibrio y se precipitó a la calle desde una altura de 6'4 metros.

El hombre, que murió en el hospital, sugirió el concurso cuando, junto con dos amigos, volvía de madrugada de la discoteca de su hotel en Cadempino, en el cantón suizo de Ticino.

Uno de sus amigos se había ido a dormir, pero los otros dos decidieron ver quién escupía más lejos desde el balcón de la habitación.

Me pregunto qué dirá el predicador en el funeral. No le envidio.
Descanse en paz.

sábado, 24 de mayo de 2008

En la aleta

...Y anteayer encontré esto en el parabrisas de mi Polo.

Kloster está indignado y quiere salir a la búsqueda de la presunta agresora. Pero, como la denuncia es anónima y tampoco he dado con el delator, me temo que no servirá de nada.

Consulto con mi asesor económico y me dice que el seguro me pagará la caricia porque estoy abonado “a todo riesgo”, pero que, lógicamente, no tendré “bonificación” a la hora de renovar la póliza.

Esto de la “bonificación” me resulta un poco extraño. Significa que, si me porto bien y mi casa aseguradora está contenta, me cobrarán menos, pero si me dan un golpe en la aleta derecha (Dios mío, acabo de descubrir que mi polo tiene aletas, como los tiburones), entonces no hay prima.

O sea, que el golpe lo pago yo..., el año que viene.


El perrito, la anciana y la lluvia



Ayer por la mañana llovía a mares sobre Madrid y yo me había dejado el paraguas en el coche.

Salí de casa aprovechando una tregua, pero antes de llegar al garaje atacó de nuevo el chaparrón. Me refugié en un portal, y desde allí fui testigo de la escena.

Se había detenido un automóvil a pocos metros. El chofer salió y se dirigió a la puerta trasera de la derecha para ayudar a salir a una anciana señora. La tomó del brazo, abrió un paraguas enorme de varios colores y la llevó hasta la puerta de casa, que era justamente donde yo me encontraba.

El mecánico entonces regresó al coche, volvió a abrir la puerta —la misma puerta— y saltó a la calzada un perrito insignificante esquilado por zonas como si fuera un jardín francés. Por un instante pensé que el auriga lo llevaría en brazos, pero el chucho tenía su dignidad y no lo consintió: igual que su dueña, se acercó poco a poco al portal, protegido, naturalmente, por el paraguas de colores.

—Vamos, León —dijo entonces la señora con manifiesta exageración—.

El perrito, antes de entrar, dejó un recuerdo líquido junto al contenedor de la basura.

Kloster, que venía a mi lado, me tentó:

—¿Hacemos un comentario rompedor y demagógico o una consideración lírica sobre el amor a los animales? También podríamos hablar de las mascotas, de las ancianas, de las peluquerías caninas, de…

—¿Por qué no te callas? —le respondí—.

—Eso me suena, concluyó mi amigo.

viernes, 23 de mayo de 2008

24 de mayo, día de la Iglesia en China



El Santo Padre, en la carta que escribió a los fieles de la Iglesia católica en la República Popular China, en mayo de 2007, manifestó su deseo de que el 24 de mayo, memoria de Nuestra Señora, Auxilio de los Cristianos, que se venera en el santuario mariano de Sheshan, en Shangai, fuese una jornada de oración por la Iglesia en China.

Este es el texto completo de la oración compuesta por el Papa para la ocasión:


Virgen Santísima, Madre del Verbo Encarnado y Madre nuestra,
venerada con el título de "Auxilio de los cristianos" en el Santuario de Sheshan,
a la que se dirige con devoción toda la Iglesia en China,
hoy venimos ante ti para implorar tu protección.

Mira al Pueblo de Dios y guíalo con solicitud maternal
por los caminos de la verdad y el amor, para que sea siempre
fermento de convivencia armónica entre todos los ciudadanos.
Con el dócil "sí" pronunciado en Nazaret tú aceptaste que
el Hijo eterno de Dios se encarnara en tu seno virginal
iniciando así en la historia la obra de la Redención,
en la que cooperaste después con solícita dedicación,
dejando que la espada del dolor traspasase tu alma,
hasta la hora suprema de la Cruz, cuando en el Calvario permaneciste
erguida junto a tu Hijo, que moría para que el hombre viviese.

Desde entonces llegaste a ser, de manera nueva, Madre
de todos los que acogen a tu Hijo Jesús en la fe
y lo siguen tomando su Cruz.

Madre de la esperanza, que en la oscuridad del Sábado Santo
saliste al encuentro de la mañana de Pascua
con confianza inquebrantable, concede a tus hijos
la capacidad de discernir en cualquier situación,
incluso en las más tenebrosas,
los signos de la presencia amorosa de Dios.
Señora nuestra de Sheshan, alienta el compromiso de quienes
en China, en medio de las fatigas cotidianas,
siguen creyendo, esperando y amando,
para que nunca teman hablar de Jesús al mundo
y del mundo a Jesús.

En la estatua que corona el Santuario tú muestras a tu Hijo
al mundo con los brazos abiertos en un gesto de amor.
Ayuda a los católicos a ser siempre testigos creíbles de este amor,
manteniéndose unidos a la roca de Pedro
sobre la que está edificada la Iglesia.
Madre de China y de Asia, ruega por nosotros ahora y siempre.

Amén.


jueves, 22 de mayo de 2008

Un amigo imaginario


Tiene 18 años y no está bautizada. Tampoco sabe nada de Jesucristo ni de la Iglesia.

—Mis padres me han enseñado que lo importante está aquí y no en el cielo —me dice—.

—¿Y qué es lo importante?

—Tener éxito y muchos amigos que te quieran, para poderles ayudar.

Habla con sencillez, sin hacer alarde de nada. Le gusta charlar conmigo porque, según dice, hablo un idioma que ella entiende.

Me cuenta sus proyectos, sus ideas sobre el mundo, la política, el hambre, el calentamiento global, que le preocupa más que ninguna otra cosa… De pronto le interrumpo:

—¿Piensas en Dios?

Se ríe.

—Todo el mundo piensa en Dios.

—¿Y has hablado con Él alguna vez?

—Dios no existe…

—Ya. ¿Pero has hablado con Él?

Entonces, algo se le rompe por dentro y se pone a llorar.

—Todo el mundo lo hace. Es como un amigo imaginario…

—¿Quieres que hablemos de eso?

Ella asiente. Y tenemos una conversación encantadora sobre ese amigo "imaginario".


miércoles, 21 de mayo de 2008

Himnos y cantos marianos (VI)


Entre los cantos marianos españoles, las saetas. ¿Cómo podría olvidarlas? La primera que oí en mi vida (era un miércoles santo en una calle estrecha de Sevilla) me derribó del caballo con estrépito y me convirtió para siempre a la Semana Santa andaluza.

Sin embargo no me siento capaz de definirla. ¿Qué es una saeta? ¿Quién me presta una definición? Si tuviese que explicársela a alguien que llegase de lejos, no sabría qué decirle. Ni siquiera sirve un vídeo. Hay que escucharla allí y vivirla junto a la Virgen dolorosa, entre aromas de flores y cera derretida, diciendo piropos a nuestra Madre.





martes, 20 de mayo de 2008

Y el domingo...




A pocos días del Corpus Christi...

María me invita a visitar y a "linkear" un blog que acaba de nacer: éste. Como veis, su autor es Javier Cremades, rector de la Iglesia del Espíritu Santo, de Madrid y está dirigido a los madrileños del mundo entero, quiero decir a todos los que vivimos en esta ciudad.

Leedlo y difundidlo. Esta tarde o mañana, en cuanto tenga un par de minutos libres, añadiré un par de videos.

Una palabra profanada


Apenas hube terminado de redactar el post sobre “ la palabra”, me acordé de este viejo artículo, que habla de una palabra amadísima: la Hostia Santa. Cuando lo escribí no supe cómo titularlo. Los españoles entenderán mi perplejidad. Ahora, a pocos días de la fiesta del Corpus Christi, creo que viene como anillo al dedo.


Empiezo a redactar este artículo en la capilla del Centro universitario donde trabajo. En este pequeño oratorio celebraré la Santa Misa dentro de media hora. Entre tanto permanece en penumbra. Para escribir me basta la luz tenue que ilumina el Sagrario.

He puesto una palabra como título. La leo en voz alta y siento la misma desazón que me produce oírla a todas horas: en la radio, en la televisión, en la calle, en las conversaciones más triviales e incluso en ambientes presuntamente cultos. Decido tacharla. Había escrito “La Hostia”

“La Hostia” es una palabra profanada, un vocablo envilecido, contaminado por el vómito de millares de blasfemos que se han ensañado con Ella durante años. No tengo tiempo ni ganas de hacer un análisis sociológico o histórico de la cuestión; pero, en todo caso, ofender a Dios con la palabra siempre me ha parecido un pecado estúpido, una especie de pataleta de adolescente, aunque sea cosa de viejos. Los blasfemos se rebelan contra sus más íntimas creencias con la misma agresividad del quinceañero que escupe a un retrato de su padre para reivindicar su autonomía.

No tan grave, pero sí tan necia como la blasfemia, es la irreverencia consciente, el manoseo torpe o graciosillo del lenguaje sagrado para escándalo de ancianitas o regocijo de clerófobos. La Hostia Santa (pongamos siempre este adjetivo) se ha convertido para muchos en un sustantivo “audaz”, en un churrete asqueroso del lenguaje progre o en una muletilla mohosa para tartamudos mentales.

Hace un rato, frente al despacho del capellán, un grupo de alumnos de Derecho comentaba el último examen de no sé qué asignatura. Una alumna repitió tres o cuatro veces esta palabra con su correspondiente artículo determinado. Yo no podía verla, y quizá ella tampoco era consciente de que la escuchaba a pocos metros. La chica probablemente no quería ofender a nadie, pero su reducido vocabulario precisaba de un comodín, y por lo visto no tiene otro mejor.

Sin embargo, la Hostia es Jesucristo. No quiero decir que “signifique” la presencia de Jesús entre nosotros; ni siquiera que “esté” escondido en un pedazo de pan. No: el pan ya no existe. La Forma consagrada “es” Jesús, su Cuerpo, su Sangre, su Alma, su Divinidad.

Miro al Sagrario. Todavía faltan diez minutos para la Misa. Dentro de poco tendré la Hostia en mis manos: el Cuerpo glorioso e inmortal de Jesús, que ha querido permanecer con sus heridas abiertas, entregándose eternamente al Padre desde la Cruz, para hacer perenne su Sacrifico.

Por eso, mientras trato de prepararme para celebrar la acción más sagrada y trascendente que podemos realizar en esta vida, pienso en ese Jesús escupido, torturado y humillado que se dispone una vez más a ser Sacerdote y víctima del Sacrificio. Y me pregunto si, tal vez, permitirá tantas ofensas, insultos e irreverencias a su presencia eucarística para poder seguir sufriendo como Hostia igual que sufrió en la Cruz.

* * *

He terminado la Misa hace veinte minutos. Hablo con Nacho de todo esto. Él piensa que tengo razón en el fondo, pero que exagero.

—La gente no sabe lo que dice. A mí no me gusta emplear esas palabras, aparte de que soy la mar de tranquilo, pero cuando juegas a básquet y te dan un codazo, no sé…, a lo mejor se me escapa. ¿Está mal eso?

—Las palabras salen siempre de algún sitio —respondo—; y nunca son inocuas.

Le propongo que limpiemos entre todos esta palabra santa, y no toleremos que la irreverencia se extienda entre personas que ni siquiera sospechan que ofenden al Señor. Que no vaya de boca en boca como si fuera basura.

—¿Y qué se consigue con eso?

—Dar gloria a Dios. Y, de paso, reparar por tantas ofensas.

Imagina por un momento que estás en el Huerto de los Olivos con Jesús. Él lleva ya sobre sus hombros todos los pecados de los hombres, y no aguanta más el peso y la repugnancia de ese cáliz terrible. Ha empezado a sudar gotas de sangre… ¿No te gustaría limpiarle la frente y besar su rostro?

Limpiemos al menos su Nombre; no seamos cobardes.

lunes, 19 de mayo de 2008

Himnos y cantos marianos (V)


El Ave Verum Corpus es un poema anónimo del siglo XIV. Su sentido, mariano y eucarístico al mismo tiempo, se usó con frecuencia durante la Exposición del Sagrado Sacramento tras la institución de la solemnidad del Corpus Christi.

Muchos compositores le han puesto música. La más famosa es probablemente la de Wolfgang Amadeus Mozart, que fue escrita en el 1791.

En este vídeo se recoge el concierto celebrado en Abril de 1990 en la Iglesia de Waldsassen de Alemania. Interpreta la orquesta y coros de la Sinfónica de Baviera bajo la dirección de Leonard Bernstein.

Latín: Ave verum Corpus/ natum de Maria Virgine:/ Vere passum, immolatum/ In cruce pro homine./ Cuius latus perforatum / fluxit aqua et sanguine:/ Esto nobis praegustatum/ In mortis examine.

Español: Salve, verdadero cuerpo, nacido de María Virgen, que fue inmolado en la cruz por los hombres, de cuyo costado perforado manó sangre y agua, déjanos degustarte en el trance de la muerte.




domingo, 18 de mayo de 2008

La palabra

Cuando Dios creó al hombre, le regaló el don de la palabra.

Gracias a la palabra, Adán pudo dialogar con el mismo Creador, llamarle Padre y amarle entregándole lo más íntimo de sus secretos y de su vida.

Con la palabra dio nombre a los animales y afirmó su señorío sobre la Creación.

Con la palabra enamoró a Eva y Eva le enamoró a él. Entre ellos, cada palabra fue un regalo de bodas, un acto de amor.

Hasta que llegó la serpiente y corrompió la palabra.

En Babel, las palabras se hicieron disparos y los oídos parapetos. Los hombres aprendieron a herir con palabras y la tierra se llenó de voces extrañas, de mentiras, de gritos y de miedos. Desde aquel día ya no nos fiamos de las palabras ajenas. Tampoco de las nuestras.

Las palabras se hincharon de vanidad, se adornaron con extraños ropajes. Aprendieron a mirarse al espejo, amaron el ingenio más que la verdad y se cargaron de estupidez, de cinismo, de violencia, de odio, de lujuria.

Las gentes empezaron a discutir sobre palabras, no sobre hechos reales. Y nacieron los malentendidos que, casi siempre, eran también malexplicados y malescuchados.

Nos dijeron que las palabras no matan y que, por tanto, nadie debe encadenarlas; pero lo cierto es que las palabras cargan las pistolas y asesinan con mayor eficacia que las bombas.

Machado dijo que un poema es sólo “unas pocas palabras verdaderas”, pero también hay flores del mal y lírica mentirosa.

Desde que salimos del Paraíso, buscamos la verdad a tientas.

Emite lucem tuam et veritatem tuam! Hoy se lo he pedido al Señor de nuevo, como todas las noches: mándame tu luz y tu verdad para que mis palabras sean tuyas y pueda hablar en tu nombre esta mañana; que no tenga que esperar al final de la vida para que resplandezca en mi alma la luz de tu Palabra.

sábado, 17 de mayo de 2008

Mater Iubilaei


Dominica me envía la letra del himno mariano compuesto en Italia con ocasión del jubileo del nacimiento de Cristo, en el año 2000. He reproducido aquí el video con la interpretación de Tosca.

La traducción al castellano no es fácil. Se trata de un texto poético que merecería un estudio algo más detallado. A ver si la pongo mañana.


Undique nocte omnes venimus: circumspicio una
Omnes expectant : certe aliquis veniet
Cur exspectetis mihi dicite vos peregrini
Quem quaeras mihi dic, cor meliora petens

Mater iubilaei
Iubilum matris
Mater aeternitatis
Aeternitatis mater
Aeternitas omnium Matrum

Convenimus media cito in unum nocte, stupores
partus spectatum temporis inde novi
Sic partus donant cor nostrum iubila pace
cordis curae illis sunt similes Mariae

Mater iubilaei
Iubilum matris
Mater aeternitatis
Aeternitas omnium Matrum

Mater iubilaei
iubilum matris
Mater aeternitatis
Aeternitas omnium Matrum

Omnium Annorum Mater Millenni.

Himos y cantos marianos (IV)




Con mucho gusto accedo a la petición de Loreto, que quiere ver en el blog la Salve marinera. Aquí está.

Sirvan como introducción estos dos textos: el primero, de Benedicto XVI; el segundo, de San Bernardo. Los dos son bellísimos y hablan de María y el mar


Con un himno del siglo VIII/IX, por tanto de hace más de mil años, la Iglesia saluda a María, la Madre de Dios, como « estrella del mar »: Ave maris stella. La vida humana es un camino. ¿Hacia qué meta? ¿Cómo encontramos el rumbo? La vida es como un viaje por el mar de la historia, a menudo oscuro y borrascoso, un viaje en el que escudriñamos los astros que nos indican la ruta. Las verdaderas estrellas de nuestra vida son las personas que han sabido vivir rectamente. Ellas son luces de esperanza. Jesucristo es ciertamente la luz por antonomasia, el sol que brilla sobre todas las tinieblas de la historia. Pero para llegar hasta Él necesitamos también luces cercanas, personas que dan luz reflejando la luz de Cristo, ofreciendo así orientación para nuestra travesía. Y ¿quién mejor que María podría ser para nosotros estrella de esperanza? (Spe Salvi)

Si se levantan los vientos de las tentaciones, si tropiezas con los escollos de la tentación, mira a la estrella, llama a María. Si te agitan las olas de la soberbia, de la ambición o de la envidia, mira a la estrella, llama a María. Si la ira, la avaricia o la impureza impelen violentamente la nave de tu alma, mira a María. Si turbado con la memoria de tus pecados, confuso ante la fealdad de tu conciencia, temeroso ante la idea del juicio, comienzas a hundirte en la sima sin fondo de la tristeza o en el abismo de la desesperación, piensa en María. En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. No se aparte María de tu boca, no se aparte de tu corazón; y para conseguir su ayuda intercesora no te apartes tú de los ejemplos de su virtud. No te descaminarás si la sigues, no desesperarás si la ruegas, no te perderás si en ella piensas. Si ella te tiene de su mano, no caerás; si te protege, nada tendrás que temer; no te fatigarás sí es tu guía; llegarás felizmente al puerto si Ella te ampara (SAN BERNARDO. Homilía sobre la Virgen Madre, 2).


viernes, 16 de mayo de 2008

Himnos y cantos marianos (III)

Existen infinidad de versiones y adaptaciones del "Ave Maria" de Shubert: desde la de Luciano Pavarotti, que ya publiqué en el blog el día de su muerte, hasta la que cantó Niña Pastori con aire flamenco al Santo Padre Juan Pablo II.

No sé quién es la soprano que canta esta versión, pero vale la pena escucharla a pesar de que el canto merecía unas imágenes mejores.

jueves, 15 de mayo de 2008

¿Duerme o no duerme el búho?







Algunos
amigos y comentaristas del blog andan preocupados con mi salud. Han observado (sobre todo ellas, que son más "fijonas") que mis entradas se producen a horas realmente intempestivas: las dos de la madrugada, las cuatro..., y se preguntan cuándo y cuanto duermo.

Podría responder que no soy yo, sino Kloster quien trasnocha; pero contaré la verdad: desde hace algún tiempo mi seguro servidor "blogger" ha inventado un procedimiento que permite a los blogueros programar el día y la hora. en que queremos que nuestros post se cuelguen en la red.

Como se trata de una novedad, he empezado a poner a prueba el sistema: escribo una tontería a las siete de la tarde y configuro las cosas para que se publique, por ejemplo, a las 2,54 de la madrugada mientras yo navego en el mundo virtual de los sueños. La verdad es que funciona a la perfección.

Nunca pensé que mis seguidores se fijaran demasiado en estas cosas, pero os agradezco mucho vuestro interés.

El lema de mi blog sigue siento verdad: "aliquando bonus dormitat Homerus". Homero descansa lo necesario. Hasta los búhos necesitan cerrar los ojos de vez en cuando.


"...lo mismo que una aceituna"


¿Qué
os parece este himno a nuestra Señora de la Cabeza? No es Pergolesi precisamente, pero resulta igualmente conmovedor. Nunca supuse que se podía comparar a la Virgen que una aceituna.



Y muchas gracias, Piedad, por enviarme este vídeo. Es estupendo.



miércoles, 14 de mayo de 2008

STABAT MATER






Me pedís la letra del "Stabat Mater" de Pergolesi. No es difícil encontrarla en Internet. Éste es el texto original latino. Se trata de una conocida secuencia mariana, de autor anónimo, escrita en el siglo XIII, que se utiliza en la liturgia católica y ha tenido multitud de versiones cantadas.

Stabat Mater dolorosa
juxta crucem lacrymosa
dum pendebat Filius.

Cuius animam gementem,
contristatam et dolentem,
pertransivit gladius.

O quam tristis et afflicta
fuit illa benedicta
Mater Unigeniti,

quae moerebat et dolebat,
Pia Mater, cum videbat
Nati poenas incliti.

Quis est homo, qui non fleret,
Matrem Christi si videret
in tanto supplicio?

Quis non posset contristari,
Christi Matrem contemplari
dolentem cum Filio?

Pro peccatis suae gentis
vidit Jesum in tormentis
et flagellis subditum.

Vidit suum dulcem natum
moriendo desolatum
cum emisit spiritum.

Eja Mater, fons amoris,
me sentire vim doloris
fac, ut tecum lugeam.

Fac ut ardeat cor meum
in amando Christum Deum,
ut sibi complaceam.

Sancta Mater, istud agas,
Crucifixi fige plagas
cordi meo valide.

Tui Nati vulnerati,
tam dignati pro me pati,
poenas mecum divide.

Fac me vere tecum flere,
Crucifixo condolere,
donec ego vixero.

Juxta crucem tecum stare,
te libenter sociare
in planctu desidero.

Virgo virginum praeclara,
mihi jam non sis avara,
fac me tecum plangere.

Fac ut portem Christi mortem,
passionis fac consortem
et plagas recolere.

Fac me plagis vulnerari,
cruce hac inebriari
ob amorem Filii.

Inflammatus et accensus
per te, Virgo, sim defensus
in die judicii.

Fac me cruce custodiri,
morte Christi praemuniri,
confoveri gratia.

Quando corpus morietur
fac ut animae donetur
Paradisi gloria.


Y ésta es la traducción más conocida, obra de Lópe de Vega:

La Madre piadosa estaba

junto a la cruz y lloraba

mientras el Hijo pendía.

Cuya alma, triste y llorosa,

traspasada y dolorosa,

fiero cuchillo tenía.


¡Oh, cuán triste y cuán aflita

se vio la Madre bendita,

de tantos tormentos llena!

Cuando triste contemplaba

y dolorosa miraba

del Hijo amado la pena.


Y ¿cuál hombre no llorara,

si a la Madre contemplara

de Cristo, en tanto dolor?

Y ¿quién no se entristeciera,

Madre piadosa, si os viera

sujeta a tanto rigor?


Por los pecados del mundo,

vio a Jesús en tan profundo

tormento la dulce Madre.

Vio morir al Hijo amado,

que rindió desamparado

el espíritu a su Padre.


¡Oh dulce fuente de amor!,

hazme sentir tu dolor

para que llore contigo.

Y que, por mi Cristo amado,

mi corazón abrasado

más viva en él que conmigo.


Y, porque a amarle me anime,

en mi corazón imprime

las llagas que tuvo en sí.

Y de tu Hijo, Señora,

divide conmigo ahora

las que padeció por mí.


Hazme contigo llorar

y de veras lastimar

de sus penas mientras vivo.

Porque acompañar deseo

en la cruz, donde le veo,

tu corazón compasivo.


¡Virgen de vírgenes santas!,

llore ya con ansias tantas,

que el llanto dulce me sea.

Porque su pasión y muerte

tenga en mi alma, de suerte

que siempre sus penas vea.


Haz que su cruz me enamore

y que en ella viva y more

de mi fe y amor indicio.

Porque me inflame y encienda,

y contigo me defienda

en el día del juicio.


Haz que me ampare la muerte

de Cristo, cuando en tan fuerte

trance vida y alma estén.

Porque, cuando quede en calma

el cuerpo, vaya mi alma

a su eterna gloria. Amén.


Himnos y cantos marianos (II)


La soprano inglesa Emma Kirkby ha fascinado a los aficionados a la música antigua durante más de dos décadas gracias a una técnica espléndida y una voz diáfana. En este video interpreta el "Stabat Mater" de Pergolesi.



Llegaron las fotos



La Primera Comunión de Lupita, Clara, Álvaro y Cristina se iba a celebrar en este jardín. Pero se cumplieron los pronósticos y hubo que poner al mal tiempo buena cara.

Aquí está toda la tribu Pimentel.



martes, 13 de mayo de 2008

Morir es una rosa...



"Morir es una rosa/ que se nos da de balde,/ un perfume cuajado/ en amor para siempre".

He recordado estos cuatro versos de Ernestina de Champourcin al leer lo que escribe Dani en su blog sobre la marcha al cielo de Juan García Atance y al ver la rosa blanca con que ilustra su comentario.

Pocos días antes se nos murió en Valencia Felipe Ivars, otro amigo del alma y padre de María Jesús, Charo, María José, Felipe, Ada y Juan. Felipe ha sido un hombre santo, generoso, sacrificado y feliz. Ahora, desde el Cielo, sigue ayudando a su familia, de la que yo también formo parte.

Y, entre tanto, continúan los bautizos y las Primeras Comuniones. Ayer estaba dando un Círculo a un grupo de chicas cuando sonó en el móvil un aviso de mensaje. Sin dejar de hablar, lo saqué del bolsillo y leí: "ha nacido Julia. 3,300".

Ya lo escribí un día y lo repito ahora: cada vez que oigo decir que los curas renunciamos "al amor" me da la risa. ¡Cuántos disgustos, cuántas alegrías, cuánta capacidad de querer se nos regala!

Himnos y cantos marianos (I)


En Internet uno encuentra cualquier cosa: hay toneladas de basura y barrios apestosos que conviene evitar; pero también hay maravillas.

Ya que estamos en el mes de mayo, he pensado traer aquí algunos de los himnos y motetes marianos que aparecen en la red. Empecemos por éste, que, en mi opinión es bellísimo.

La cantante italiana Tosca honra a Santa María, al conmemorarse los 2000 años del nacimiento de su hijo Jesús.



lunes, 12 de mayo de 2008

El Don de Sabiduría

Ni siquiera esta vez diré su nombre, porque aunque haya cumplido 8 años, también tiene derecho a su intimidad. Lo conocí el sábado pasado y me dijo que haría la Primera Comunión al día siguiente, es decir en Pentecostés. Pero tenía una duda:

―Es que me han dicho en el colegio que en la Comunión recibo a Jesús...

―Sí, así es.

―Pero hoy han dicho en Misa que mañana recibimos al Espíritu Santo también. ¿Voy a recibir a los dos?

―¿Tú sabes quién es el Espíritu Santo?

―Claro: es Dios.

Nos sentamos en un banco y seguimos charlando cinco o seis minutos. Le hablé de la presencia de la Santísima Trinidad en el alma, y él no sólo asentía, sino que hacía preguntas bien atinadas y razonables. Por ejemplo la última:

―Y si Dios es tan grande, ¿cómo cabe..?

―Por eso ―le respondí―, porque es muy grande y lo puede todo. ¿Me entiendes?

Lo pensó dos segundos, dijo que sí, que lo entendía. Me dio las gracias, se levantó y se fue corriendo con sus hermanos.


Pentecostés



Vuelve a Madrid la primavera y con ella, ¡ay de mí!, esta alergia al polen que no sé de dónde vino ni por qué la ha tomado conmigo este año.

Por la mañana, Retiro. Un buen día éste de Pentecostés para quedarse a solas con Dios y pedir al Espíritu Santo que nos espabile el alma para que tengamos el valor de salir a la calle, igual que lo hicieron los apóstoles, a incendiar el mundo con nuestra fe.

Aquel primer día se bautizaron tres mil, y unos pobres hombres, sin más patrimonio que la Gracia de Dios, comenzaron la conquista del Imperio Romano.

Hoy ha habido Confirmaciones en muchas iglesias de España. También en Madrid. Yo me he pasado por la Iglesia del Espíritu Santo y he comprobado que “mis chicas” se habían puesto guapas para recibir el Sacramento. Me temo que tengo instintos maternos.

Desde la última fila he asistido con cierta emoción a ese momento de la ceremonia en el que los confirmandos son llamados por su nombre y van respondiendo, uno a uno, para expresar su compromiso con Dios y con la Iglesia. ¿Sabrán conservar la fe y acrecentarla durante toda su vida? ¿Dejarán que el Espíritu Santo incendie su alma hasta consumirla del todo?

Por allí andaba María Bofarull —nuestra María, la indomable periodista y bloguera— que ejercía de madrina de su hermana Bárbara. Pensé que no la reconocería, pero sigue con la misma cara de quinceañera.

En la puerta de la Iglesia unos cuantos chavales que se resistían a entrar, fumaban el penúltimo pitillo y alfombraban la acera de colillas.

domingo, 11 de mayo de 2008

Ayer, Primeras Comuniones


Ayer, sábado, la famosa tribu de los Pimentel, sobre la que ya hablé aquí hace tiempo, ha celebrado 4 primeras comuniones. Álvaro, Clara, Lupita y Cristina han recibido al Señor en la capilla del Colegio El Prado. Como es lógico, yo he sido el oficiante.

No haré la crónica del evento, que probablemente tendría poco interés para los lectores; pero quiero repetir lo que ya dije en otra ocasión: las primeras comuniones me emocionan más que ninguna otra ceremonia. Cuando miro a los ojos de esos niños, que se acercan temblando a recibir a Jesús, me conmuevo y tengo que hacer serios esfuerzos para que no se me note.

Como esta vez eran sólo cuatro, les he regalado el cuento de “Regaliz”, que ya publiqué en el blog, con una dedicatoria para cada uno. Con este truco casi me he ahorrado la homilía.

A ver si me mandan las fotos y cuelgo alguna por aquí.



sábado, 10 de mayo de 2008

Al Rocío yo quiero volver...


Sólo
he estado una vez el el Rocío. Fue, si no me equivoco, en 1963. Me pareció una gran locura, una desmesurada exageración. Yo había salido del País Vasco muy pocas veces. De Bilbao fui a Navarra y de Navarra a Barcelona. En octubre de 1962 crucé Despeñaperros por primera vez, y pensé que había llegado a otro Planeta donde valía la pena quedarse para siempre.

Poco a poco me fui convirtiendo a Andalucía. Algo tuvo que ver el Rocío con esa conversión.



Sí, yo también quiero volver.



viernes, 9 de mayo de 2008

La Idea



Regresaba a casa muy contento. Llovía con entusiasmo sobre Madrid y la alergia me había concedido un respiro en el sentido más literal de la palabra. Yo había predicado ya dos retiros (uno de mañana y otro de tarde) y, después de confesar a un montón de personas encantadoras, no me encontraba más cansado de lo corriente: o sea, como si me hubieran dado una paliza, pero una paliza moderada, sin abusar.

Entré en el coche y lo puse marcha; me dejé abrazar por el cinturón de seguridad, tomé aliento, y en ese preciso instante, me vino La Idea. ¿De dónde llegó? Lo ignoro, pero era una idea brillante, profunda y tan ingeniosa que me hizo sonreír. No era una reflexión muy abstracta, ya que apareció bien envuelta en palabras precisas que debería haber apuntado en la agenda.

Me sentí feliz con el hallazgo. Temo que incluso me piropeé a mí mismo, por haber sido capaz de concebir un pensamiento tan sugerente. Me lo imaginé redactado en el blog con la etiqueta “pensieri” que tanto gusta a mis lectores. Entonces miré hacia mi izquierda y la vista se me fue a una tarta de chocolate que había en el escaparate de la Pastelería Mallorca. Fue apenas una décima de segundo, pero me distraje tanto, tanto, que lo olvidé todo.

He llegado a casa. Me he puesto frente al teclado del ordenador y he llamado a La Idea para que vuelva. Pero es inútil. Ya no recuerdo qué fue aquello tan certero que me vino a la cabeza y que se fue en un suspiro. Ahora mismo no soy capaz de recordar siquiera a qué género o especie pertenecía il mio pensiero: ¿era una consideración filosófica, un endecasílabo italiano, un personaje de cuento infantil, un argumento contra el maniqueísmo, un poema satírico, un guión cinematográfico…?

No me digáis que no importa, que ya se me ocurrirán otras ideas mañana o pasado. Quizá no. Tal vez ésta sea la última de mi vida. Tal vez era esa idea que todo el mundo busca, la que Occidente necesita para salir de la crisis. ¿No hemos dicho tantas veces que son las ideas las que mueven el mundo?

Quizá alguno de vosotros se tropiece con ella por ahí, en el aire de la primavera. Es brillante, ingeniosa, positiva, quizá algo paradójica. Si la encontráis, es mía. Mandádmela por correo certificado a este blog, que hoy se acuesta sin un solo pensamiento original que llevar a la red.

jueves, 8 de mayo de 2008

Regaliz ( y III)


Tercera Parte


Caminaba Regaliz por la orilla del lago cuando vio una multitud a lo lejos, en la ladera de la montaña. El sol del atardecer iluminaba la figura de un hombre vestido de blanco que, sentado en lo alto de una roca, parecía hablar a los demás.

Movido por la curiosidad, fue acercándose poco a poco. Al principio no oía bien las palabras, pero sí la voz de aquel hombre, que era recia como un trueno y, sin embargo, cariñosa y dulce como una melodía.

Regaliz empezó a subir por la pendiente. Pocos minutos después se encontró sentado junto a Jesús.

Sí, era Jesús, y estaba rodeado de sus apóstoles, de los discípulos y de una inmensa multitud: había hombres, mujeres y niños. La mayoría no eran de allí (Abel conocía muy bien a la gente de aquellas tierras). Muchos estaban enfermos, y en los rostros de todos se leía el cansancio de una larga caminata.

Jesús contaba cuentos. Hablaba de pescadores, de un hijo que se marchó de casa, de un sembrador que echaba a voleo la semilla…

Y a Regaliz —como a todos— se le pasaron las horas sin darse cuenta.

Había empezado a anochecer cuando Jesús hizo una pausa y fijándose en la multitud que le escuchaba como embobada, se dirigió a un discípulo alto y de barba roja que estaba a su lado:

—Deberíamos comprar panes para que coman todos éstos, ¿no te parece, Felipe?

Felipe contestó:

—Pero, Señor… Harían falta más de doscientos denarios de pan para alimentar a tanta gente. ¿De dónde quieres que los saquemos?

—¿Cuantos panes tenéis?

Felipe y los demás apóstoles no sabían qué contestar. Seguramente se trataba de una broma de Jesús. Pero Abel, que había oído toda la conversación, comprendió que había llegado su momento, y dijo al oído de Andrés.

—Oye, yo tengo cinco panes y dos peces. Dile a Jesús que se los regalo.

Andrés sonrió:

—Aquí hay un chico que tiene… Pero ¿qué es esto para tantos?

Jesús se acercó a Abel:

—¿Me los regalas, Regaliz?

Al oírse llamar así, casi se muere del susto.

El Señor, entonces, tomó en sus manos los panes y el pescado, y mandó a la gente que se sentasen en grupos, porque, según dijo, iba a empezar la merienda. Entre el chico y los apóstoles encendieron unas brasas para asar los peces, y el aroma se extendió por la montaña, y abrió aún más el apetito de todos.

—Oye, ¿pero no habíamos quedado que sólo tenías dos peces? —preguntó Tomás— ¡Yo ya he asado cinco!

—Y yo cinco más, contestó Abel.

—Y yo diez, aseguró Mateo.

Para entonces los panes se habían multiplicado por cien o por mil, y las gentes, que no sabían muy bien lo que estaba pasando, aplaudían, gritaban y cantaban llenos de entusiasmo.

¡Cómo disfrutó Regaliz repartiendo sus panes y su pescado entre todos!:

—Toma, para ti. ¡Te lo regalo! Y si necesitas más me lo pides, ¿vale?

Al terminar, era ya de noche. Jesús se levantó e hizo ademán de marcharse.

A Abel le dio un vuelco el corazón. No se le había ocurrido que aquello pudiese terminar así, tan pronto. Echó a correr detrás de Jesús, y gritó:

—¡Espérame. Yo me voy contigo!

El Señor se detuvo, sonrió y con un pañuelo blanco limpió las lágrimas que ya se le escapaban a Regaliz.

—Todavía no. No te preocupes. Volveremos a vernos. Ahora tienes que ir a casa… Además hay que recoger las sobras. No querrás dejarlo todo así de sucio, ¿verdad? Mira a ver si puedes llevar algo a tus padres.

Abel regresó a casa ya muy tarde.

—¿Se puede saber dónde te has metido? ¿Qué traes ahí?

—He estado con Jesús. Entre los dos hemos dado de comer a miles y miles de personas. Mirad, aquí os traigo algo de lo que ha sobrado.

Abel les enseñó una gran cesta llena de panes y de peces.

—¿Pero cómo…?

—Muy sencillo. Pierdeplumas me regaló una pluma, y, al final, mira en lo que se ha convertido.

Antes de acostarse, abrió la bolsa para sacar las plumas de su colección. Pero…, ¿qué era aquello? Había también un pañuelo. Y todavía estaba húmedo de lágrimas… Jesús se lo había metido allí, sin que él se diera cuenta.

Regaliz comenzó a extender el pañuelo sobre la estera donde dormía. Y de nuevo sintió que el corazón se le aceleraba. Allí estaba la pluma otra vez: blanca, amarilla, roja y dorada.

Aquella noche tardó mucho en conciliar el sueño. Se durmió de madrugada con la pluma en la mano, pensando a quién se la podría regalar.