lunes, 30 de septiembre de 2013

Hasta luego (y II)


Entre todos me habéis conmovido.
Confieso que me esperaba una reacción así, pero en absoluto tan numerosa y apasionada. Llevamos casi siete años volando juntos y nos hemos acostumbrado a “pensar por libre” en buena compañía.
También yo siento el síndrome de abstinencia. Me gusta escribir cada mañana o cada noche, hacer una especie de diario o contar historias de otros tiempos. Siempre hay algo que recordar; siempre hay un “pensamiento” que pugna por salir; siempre hay una reflexión en la punta de la lengua.
Sin embargo creo que ahora necesito tomar aliento antes de reanudar la marcha.
Cuando empecé el blog, escribí debajo del búho aquel conocido aforismo latino: aliquando bonus dormitat Homerus; de vez en cuando hasta Homero desfallece. Dejémosle dormir.
Ya he puesto el despertador. Cuando suene, decidiré si salto de la cama como esta mañana o me doy la vuelta para dormir quince días más.
Como dije, durante este tiempo no renuncio a colgar del globo lo que haya escrito para otros medios. Mañana o pasado saldrá mi e-mail a Tip y Coll, y más adelante el que escriba a don Álvaro del Portillo en las puertas de su beatificación.
 

sábado, 28 de septiembre de 2013

Hasta luego

Voy a cerrar el globo por algún tiempo. Ha llegado el momento. Lo vengo pensando desde hace bastantes meses, y la razón es muy sencilla: como casi todos sabéis, ahora me dedico exclusivamente a predicar cursos de retiro y a atender actividades semejantes fuera de Madrid. La tarea es apasionante; pero me he quedado sin anécdotas ni historias que contar. 
Hablo con cientos de personas: hombres y mujeres, chicos y chicas; pero son conversaciones, que no deben salir a la luz en la red ni en ningún otro sitio público. Soy testigo de grandes milagros de la Gracia y de aventuras diarias en las que se palpa la actuación de Dios. Pero nadie debe conocerlas. 
Ahora mismo no cambiaría este encargo por ningún otro. Creo que me ha llegado en el momento más adecuado de mi vida. Estoy aprendiendo mucho y dándome más que nunca. 
Ayer pensé echar el cierre definitivo y hacer mutis por el foro sin despedirme. Planeé convertir el blog en un coto cerrado al que nadie tendría acceso sin mi permiso. Sería como un papel borrador en la red para ir anotando ideas y ocurrencias sin orden ni concierto. Hoy rectifico: el globo seguirá como está, anclado en septiembre. Tal vez reproduzca los artículos de Mundo Cristiano y ponga un anuncio algún lunes; pero poco más.
Volveré; no os quepa la menor duda.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Las historias de don Fernando (XIII)

Aquel agricultor tenía un grave problema: la cosecha de sandías se presentaba espléndida, pero los chicos del pueblo parecían decididos a terminar con ella. Todas las noches entraban en el huerto y daba buena cuenta de las más gordas y sabrosas. 
Para resolver el asunto, se le ocurrió poner un letrero en un lugar destacado de la plantación:
Se advierte a los ladrones que en una de las sandías he inyectado veneno.
Aquella noche los chicos no comieron nada, pero, de regreso a casa, redactaron otro cartel. 
Al día siguiente el agricultor notó que no faltaba ninguna sandía, pero junto a su letrero había otro:
 Atención. Ahora hay dos sandías envenenadas.

Repetir

La convivencia de Riaza transcurre sin sobresaltos ni más noticias que las meteorológicas: el otoño ya enseña la patita por debajo de la puerta.
Abro el ordenador para escribir mi línea diaria. ¿Qué puedo decir?
Como otras veces viene en mi ayuda el correo electrónico. Me escribe Toño, que tiene 10 años y de mayor quiere ser dentista como su madre.
"¿Y no te cansas de decir siempre las mismas cosas? ―escribe―. Yo me aburro mucho en las pláticas, porque don C. es muy plasta y siempre dice lo mismo. Contéstame en el globo si quieres."
Me has dejado sin palabras, Toño. Y…, sí, me canso. ¿Será que me aburro a mí mismo de tanto repetir? A veces pienso que corro el riesgo de ser como uno de esos anuncios de la radio que apenas se renuevan y nos machacan una y otra vez con el mismo mensaje, la misma letra y la misma melodía.
Trataré de renovarme; pero la reiteración a veces da fruto, como ocurre en la publicidad.
 

jueves, 26 de septiembre de 2013

Revolución en Río

Con este título, Goya Producciones estrena un nuevo documental sobre la Jornada Mundial de la Juventud de 2013. Será presentado oficialmente en Madrid el próximo 6 de octubre en el cine Palafox a las 12 de la mañana. Éste es el trailer oficial.
 

Elche 1, Real Madrid 2


A pesar de la derrota, fuera del tiempo reglamentario y gracias a un penalty que nunca existió, en Elche están muy contentos porque los chicos del Madrid no se llevaron la Dama de Elche.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

El Papa Francisco también habla del respeto a la vida


En la sección “Observatorio” de ACEPRENSA se publica el siguiente editorial que vale la pena leer y difundir.

La atención mediática suscitada por la entrevista del Papa a La Civiltà Cattolica ha dejado en un segundo plano un significativo discurso en su audiencia a los participantes en el Encuentro de Ginecólogos Católicos, el pasado 20 de septiembre. Como el Papa decía en la entrevista que “no podemos insistir solo en cuestiones ligadas al aborto, al matrimonio homosexual y al uso de métodos anticonceptivos”, algunos periódicos lo presentaban como si el discurso sobre estos temas no iba a estar presente en el magisterio del Papa. Pero el Papa Francisco lo ha desmentido al hablar con firmeza en este discurso del respeto a la vida en todas sus fases.
En su discurso el Papa reflexionó sobre la “situación paradójica en la profesión médica”. Donde por un lado se ven los progresos científicos en el campo de la medicina, y por otro, sin embargo, nos encontramos con el peligro de que “el médico pierda su identidad de servidor de la vida”. “Aun estando por su naturaleza al servicio de la vida, las profesiones sanitarias son inducidas a veces a no respetar la misma vida”.
La paradoja se ve en el hecho de que “mientras se atribuyen nuevos derechos a las personas, a veces incluso presuntos derechos, no siempre se protege la vida como un valor primario y derecho primordial de cada hombre. El fin último del acto médico sigue siendo siempre la defensa y promoción de la vida”.
El Papa hizo un llamamiento a las conciencias de todos los profesionales y voluntarios de la sanidad, de manera particular a los ginecólogos, llamados a colaborar en el nacimiento de nuevas vidas humanas.
El Papa ha evocado un concepto que ya ha utilizado otras veces al hablar de “la cultura del descarte, que hoy esclaviza los corazones y las mentes de muchos, tiene un costo muy alto: requiere que se eliminen seres humanos, sobre todo si son físicamente y socialmente más débiles. Nuestra respuesta a esta mentalidad es un “sí” decidido y sin vacilaciones a la vida. El primer derecho de la persona humana es su vida. Ella tiene otros bienes y algunos de ellos son más preciosos; pero aquel es el bien fundamental y condición para todos los demás”.
Casi como para desmentir algunas interpretaciones apresuradas de lo que dice en la entrevista, el Papa ha recordado que “la atención a la vida humana en su totalidad ha llegado a ser en los últimos tiempos una verdadera y específica prioridad del Magisterio de la Iglesia, particularmente de la vida más indefensa, es decir, del discapacitado, el enfermo, el nasciturus, el niño, el anciano…”
Ha animado a ver en los más débiles el rostro de Cristo. “Cada niño no nacido, sino condenado injustamente a ser abortado, tiene el rostro de Jesucristo, que antes de nacer y después a poco de haber nacido, experimentó el rechazo del mundo”.
El tercer aspecto en el que insistió el Papa Francisco fue el de dar testimonio y difusión de “la cultura de la vida”. “Vosotros que estáis llamados a ocuparos de la vida en su fase inicial, recordad a todos, con los hechos y con las palabras, que esta es siempre, en todas sus fases y en toda edad, sagrada y siempre de calidad. Y no por un discurso de fe, sino de razón, por un discurso de ciencia”.
Porque “la credibilidad de un sistema sanitario no se mide solo por la eficiencia, sino sobre todo por la atención y el amor hacia las personas, cuya vida es siempre sagrada e inviolable”.

martes, 24 de septiembre de 2013

El último mensaje del día


Son las once de la noche y regreso a mi dormitorio. Antes de apagar el ordenador, abro el buzón del correo electrónico y encuentro tu e-mail. Te imagino escribiéndolo con tu IPad muy lentamente. Siempre fuiste hombre meticuloso y preciso. Jamás te excedes. Te dije alguna vez que escribes como un notario que va por la vida levantando acta. Por eso me ha sorprendido tu mensaje de esta noche:
“Ayer me confesé con Father A. Al acabar, he examinado de nuevo todos los años de mi vida consciente, y no recuerdo haber tenido nunca unos días tan alegres como éstos."
Por cierto, no me dices nada de cómo te fue la quimioterapia.

Clase de moral




En Riaza el otoño se resiste a entrar. El prado continúa verde, como si no le hubiese afectado la sequía del verano, y los árboles aún conservan todas sus hojas. Se diría que estamos en plena primavera, salvo por el silencio.
El silencio caracteriza el comienzo de la estación. Ya se marcharos las aves migratorias camino de África y aún no han llegado las que pasan el invierno con nosotros. Quedan los pájaros residentes del jardín: los verdecillos, mirlos, pinzones, pero parecen haberse puesto de acuerdo para no hacerse notar. Ni siquiera alborotan cuando sale el sol. Desayunan en silencio. Al mediodía echan la siesta.
Se está bien en esta casa. He venido con un grupo de hombres. Creo que se lo pasan bien con mis clases de Moral. Al menos no se duermen y muchos toman apuntes en sus aparatos electrónicos.
Cuando los veo, atentos, pendientes de cada una de mis palabras, me avergüenzo un poco aunque no se me note. Todos ellos podrían darme lecciones de mil materias que desconozco, pero no les importa “perder” una semana al año para tratar al Señor y convertirse en alumnos.
Al acabar la clase salimos al jardín en busca de cobertura para el móvil o para echar un pitillo. Se forma una pequeña cola con los que quieren preguntarme algo. La clase se convierte en paseo, y el paseo en tertulia.
De pronto oigo el silbido de un papamoscas cerrojillo.
―¿Se puede saber qué haces aquí todavía? Tus colegas ya se fueron hacia el Sur.
Pero el papamoscas no me escucha: se levanta de su posadero, vuela en círculo, caza un insecto y regresa al punto de partida para tomarse el aperitivo. 

lunes, 23 de septiembre de 2013

El anuncio del lunes (II)

Este otro anuncio aún es mejor. Un buen guión vence siempre a todos los efectos especiales.


El anuncio del lunes

He aquí uno de los mejores anuncios que he publicado: gracias, Cristina, por mandármelo.
(Es posible que no sea compatible con el IPad o Iphone. Lo siento; buscaos un PC, que vale la pena) 

domingo, 22 de septiembre de 2013

Rezar por el Rey

“Ante todo, te ruego que  hagáis peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todas las autoridades, para que podamos llevar una vida tranquila y apacible, con toda piedad y decoro. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador” (San Pablo I Timoteo, 2, 1). De la segunda lectura de la Misa de hoy.
Rezar por los que gobiernan las naciones y el mundo es algo que la Iglesia ha practicado desde los primeros siglos del cristianismo. San Pablo se lo recuerda a Timoteo, a pesar de que esas autoridades serán las que poco después lo llevarán al patíbulo.
Todo esto no tiene nada que ver con la política ni con las ideologías, sino con el cuarto mandamiento del Decálogo. Podrá gustarnos más o menos un gobierno, y es normal y saludable que utilicemos todos los medios legítimos a nuestro alcance para sustituirlo cuando sea el caso; pero, entre tanto, pedimos a Dios que les ayude; que se conviertan al Señor; que ejerzan su trabajo con rectitud y honradez; que busquen el bien común de sus ciudadanos (no sólo el “interés general”) y que gocen siempre de salud de alma y cuerpo.
 

Otra vez García-Máiquez


"EL Papa Francisco tiene, entre otros dones más del Espíritu Santo, un don mediático. Es capaz de convertir en noticia de primera plana y última hora las enseñanzas de dos mil años del cristianismo".  
Éstas son las primeras palabras del artículo de hoy, sobre El Papa y Pemán. Leedlo entero aquí. Vale la pena.

 

sábado, 21 de septiembre de 2013

La luna de otoño

Tengo unos prismáticos formidables que me regalaron hace años. Demasiado buenos para un pajarero jubilado; pero a veces me sirven para contemplar la luna. Hoy quiero mirarla a la cara antes de acostarme. Está llena y tan luminosa que ha apagado casi todas las estrellas
¿Por qué no se deja mirar la luna? Juega al escondite conmigo ocultándose una y otra vez  detrás de las pocas nubes que hay en el Cielo. Quiere que me quede un rato a su lado. La noto cansada. Tiene los ojos tristes.
No me he vuelto romántico ni quiero decir más cursilerías que las necesarias. Me siento en un banco y vuelvo a apuntar a la luna con mis prismáticos. El que me los regaló había escrito una breve nota: “con estos prismáticos podrás distinguir con toda claridad el color de los ojos de cada pájaro, aunque estén a contraluz”.
Tenía razón. No está triste la luna. Ahora lo veo perfectamente; es que se le ha metido una nube en el ojo derecho y llora.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Las historias de don Fernando (XII)

Don Fernando vivió en Japón 50 años, y naturalmente se le nota


Dos hermanos gemelos japoneses de 14 años se incorporan a un colegio español. El profesor lo anuncia al resto de la clase y les pide que sean muy considerados con ellos y que procuren ayudarles en todo.
Unos días más tarde llegan los gemelos, y en la primera clase, el profesor se dirige a todos los chicos:
—Voy a haceros unas preguntas de repaso de historia para que vuestros nuevos amigos se hagan cargo de lo que sabéis. A ver, ¿quién dijo “treinta siglos de historia os contemplan”?
Silencio total. Nadie parece saberlo. Por fin, tímidamente, un japonés levanta la mano:
—Napoleón Bonaparte, en las pirámides de Egipto.
—¡Muy bien! ―ratifica el profesor―. Hagamos otra pregunta: ¿Quién dijo “Alia iacta est”?
De nuevo se corta el silencio, hasta que el segundo japonés levanta la mano.
—Fue Cesar Augusto al cruzar el Rubicón.
Los alumnos no salen de su asombro. Entre los murmullos de la clase se alza una voz:
—¡Caray con los japoneses!
El primer japonés vuelve a levantar la mano:
—Eso es lo que dijo MacArthur al abandonar la Isla de Leyte.  

El octavo



Santi fue el cuarto. Han pasado 6 años, según mis cálculos
Ayer escribí aquí lo siguiente:
"Alicia me telefonea casi todos los años para decirme que espera un niño y, ya de paso, para fijar la fecha del bautizo. Por cierto, que no me llama desde hace tiempo..."
A continuación yo añadía que, como ya son 7, tal vez haya terminado la racha y sustituyamos los bautizos por primeras Comuniones.
Me equivoqué una vez más: no hay que sustituir nada. Las ceremonias se juntan y todo sale más solemne y más barato: Alicia y Nacho ya esperan el 8º, y como Gabriela tiene que hacer la Primera Comunión...
Como ocurre siempre, Alicia asegura, con su adjetivo predilecto, que se encuentra "fenomenal" y espera que sea niño para tenerlos bien ordenados por habitaciones: cuatro y cuatro. A Nacho todo le parece bien.
Esta vez he recibido la noticia en su casa a la hora de cenar. Se está bien en esa casa. Cuesta marcharse. Los críos alborotan como es su obligación, pero el ambiente es fantástico. Entre risas y jaleo, Nachete, que ya tiene 12 años, leyó un manifiesto reivindicando mayor autonomía para viajar solo en transporte público.


jueves, 19 de septiembre de 2013

“No sé si acordará de mí…”


Así comienzan la mayor parte de los mensajes que me envían mis antiguas alumnas. Eso me dijo Cordelia hace un par de años o tres, y también Vila. Y Almudena, Bea…
Alicia no. Alicia me telefonea casi todos los años para decirme que espera un niño y, ya de paso, para fijar la fecha del bautizo. Por cierto, que no me llama desde hace tiempo. A lo mejor, como ya son 7, interrumpimos los bautizos y nos centramos en las Primeras Comuniones. Veremos.
Hoy recibo un correo desde Francia: “seguro que no se acuerda de mí…” El corazón me da un vuelco. Es Blanca y, según dice, no nos vemos desde su boda con Vincent, hace 8 ó 9 años. ¿Tanto tiempo? No sabe la muy incrédula que la encomiendo en Misa ―con nombre y apelido― todos los martes.
¿Por qué los martes? Porque uno es de natural caótico, y necesita poner en orden las intenciones de su Misa. Las agendas electrónicas me han resuelto el problema: los lunes, los niños a los que bauticé; los martes, las bodas; los miércoles, mis difuntos; los jueves, las Primeras Comuniones y Confirmaciones; los viernes, los que he confesado esa semana; Los sábados, los sacerdotes difuntos que he conocido en vida…
Y siempre…, hay mil intenciones más que desbordarían la memoria de la agenda…
 

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Una escena corriente




Vuelvo a casa a las 8 de la mañana, después de celebrar Misa en un centro cercano, y coincido en la puerta de entrada con dos chavales de bachillerato que vienen al colegio. El más alto lleva una mochila negra con un anuncio; el otro la lleva floreada.
Me dicen que viven “ahí enfrente”, o sea, que son de aquí mismo, de Vallecas y no manifiestan un particular entusiasmo por comenzar las clases.
Se adelantan unos pasos y charlan entre ellos. El de la izquierda lleva sueltos los cordones de los zapatos, y luce un zurcido descarado en la popa del pantalón. Al otro le pesan los pies más de lo normal y los arrastra a duras penas. Eso sí; va repeinado con gomina.
Hablan del partido del Madrid y de los goles de Ronaldo.
―Tiene mucha potra ―pontifica el de la izquierda―.
A la altura de la cripta, se desvían y entran sin dejar de charlar. Yo me quedo parado para observarlos. Hacen una genuflexión pausada y en silencio delante del Sagrario. A continuación se dan la vuelta y van hacia clase.
―¿Potra? ¡Qué dices! ¿Llamas potra a los tres recortes que hizo en el área… …?
Como veis, nada fuera de lo normal; pero yo regreso a casa un poco más contento, y pienso en los años de oración y de trabajo que han hecho posible que esta escena se repita cientos de veces cada mañana en Tajamar.

martes, 17 de septiembre de 2013

"Evidentemente"


Volvía en coche desde Valencia.
Una conocida informadora entrevistaba por la radio a un ministro del gobierno de hablar premioso e ideas imprecisas. Al cabo de diez minutos ―palabra de honor― el ministro repitió la palabra “evidentemente” no menos de 22 veces. (Yo empecé a contarlas cuando ya llevaba diez o doce evidencias encima).
Lo curioso del asunto es que cada vez que decía “evidentemente” era para reforzar una afirmación perfectamente discutible; o sea, nada evidente.Acudí a Kloster:
―No le des vueltas, colega ―me respondió―. Es un mecanismo automático. Si a un político se le enredan las neuronas y no sabe cómo salir airoso dirá “evidentemente” y santas Pascuas. Y si se dispone a mentir, añadirá: “créame si le digo…”
―Así que, según tú, esas palabras son simples muletillas.
―Evidentemente.
  

lunes, 16 de septiembre de 2013

El anuncio del lunes

Nos encontramos ante uno de los anuncios que acoge a más estrellas del deporte por metro cuadrado. Intervienen Piqué, Puyol, Iniesta, Neymar y algunos más. Se trata de la última campaña publicitaria de la aerolínea turca Qatar Airways, que ha querido rentabilizar su unión con el fútbol Club Barcelona con un gran vídeo.
El anuncio ha intentado recrear un supuesto país llamado Barca. Todo bajo la banda sonora de Higher and Higher del músico Jackie Wilson.


domingo, 15 de septiembre de 2013

Soñar es libre

Esto no es un anuncio del lunes; es un sueño de domingo que despertará polémicas. Cuando salga yo estaré de viaje.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Adios, Valencia


Hoy, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, me ha tocado dirigir la meditación a los sacerdotes de la convivencia. He hablado de flores y de cruces, de alegrías y dolores, de esfuerzo y fruto apostólico, de optimismo sobrenatural y Esperanza teologal. Y he recordado las palabras del profeta Isaías, que escribió San Josemaría en un ejemplar de Camino cuando vino a La Lloma en 1972 después de casi treinta años de ausencia: electi mei non laborabunt frustra!, mis elegidos no trabajarán en vano.
 
Hoy, cuarenta y un años más tarde, la labor de la Obra sigue creciendo como esos claveles rojos que parecen nacer de la cruz y casi la ocultan.
 
José María y Sonsoles han celebrado el décimo cuarto aniversario de su matrimonio y me invitan a comer. José María, hijo, un chaval de 12 años con cara de listo, hace magia con cartas y monedas. Sonsolitas en cambio lleva la magia en sus ojos enormes y cuenta chistes en cadena.
 
Al atardecer, visita a la Iglesia de San Josemaría. Ahora me toca hacer la maleta. Mañana regreso a Madrid. ¡Cómo pesa la maleta de la despedida! 
 

viernes, 13 de septiembre de 2013

Mi Valencia.




―¿Qué te parece? ―me pregunta Enrique con la mano extendida hacia el cielo―.
―Imponente.
En efecto, la Ciudad de las Artes y las Ciencias impone a cualquiera. No hay más que ver la cantidad de turistas que hay ahora mismo dentro de los edificios y en sus alrededores. Pero no he dicho todo lo que pienso.
Me gusta que las ciudades sean acogedoras, familiares; no demasiado grandes ni estridentes, con callejuelas donde se oigan voces humanas y rincones cálidos que parezcan una prolongación del propio hogar. Me gusta que cada pueblo tenga un color, un aire propio, una personalidad que lo haga distinto. Estas grandes (y probablemente hermosas) construcciones de Calatrava se me aparecen como un escenario sin alma, un gigantesco plató de Hollywood que podía trasladarse a cualquier otra ciudad del mundo.
Veo a mi alrededor muchas máquinas fotográficas y esos teléfonos móviles con cámaras de gran resolución. Claro; estos edificios piden a gritos una foto. Son hermosos, brillan al sol y se contonean como estrellas de cine en la alfombra roja. Yo en cambio sigo buscando la Valencia que viví en los años 70: la calle de la Paz, la Plaza de la Virgen, San Vicente; aquella cafetería sin nombre donde tomaba un café a las 7 de la mañana; Trinquete de Caballeros, San Juan del Hospital...
Siempre me ha gustado volver a ver las viejas películas que me sé de memoria; películas que forman parte de mi vida. Debe ser eso.
En Valencia he tratado a cientos de personas; he visto conversiones y vocaciones. He sido testigo de algunos milagros y de mil historias que seguramente no han terminado todavía. No puedo olvidar que hace muchos años prediqué a los jóvenes de esta ciudad en la Basílica de la Virgen de los Desamparados con motivo del 25º aniversario de su coronación. No sé por qué me lo pidieron a mí, pero desde aquel día soy valenciano.
No, Enrique, no insistas. Veamos la película otra vez y demos gracias a Dios. No me interesan nada los nuevos edificios del viejo cauce del Turia.


Una niña con carácter

No me lo envía don Fernando, sino Cordelia, que, de pequeña, también tenía instintos demoledores. Tal vez no pueda verse el vídeo en IPhone ni en IPad. 


jueves, 12 de septiembre de 2013

Vigilia de oración por la paz


Quizá conocéis el vídeo que pongo a continuación. Es un estupendo resumen de la vigilia de oración que tuvo lugar en la Plaza de San Pedro para pedir por la paz. Se congregaron más de cien mil personas presididas por el Santo Padre.

Las historias de don Fernando (XI)

El brillo de las manzanas


Un hombre joven preguntó a un viejo millonario cómo se hizo rico. Éste puso los pulgares detrás de las solapas de su magnífico traje y respondió:
“Querido amigo, todo fue una cuestión de paciencia. Me hice rico a partir de la gran depresión de 1932 cuando me quedé con solo diez centavos. Con esos diez centavos compré una manzana y me pasé el día sacándole brillo. Por la tarde la vendí por veinte centavos. El día siguiente invertí los veinte centavos en dos manzanas y me pasé el día sacándoles brillo. A las cinco de la tarde las vendí por cuarenta centavos.
Seguí así todo el mes. Al final del mes había acumulado 9,80 dólares. Entonces murió mi suegro y nos dejó dos millones de dólares.”