martes, 30 de junio de 2009

¿Por qué os vais, insensatos?




Puesta del sol desde el Puerto de la Quesera (agosto de 2007)
Os oigo. Sé que estáis preparando el equipaje. Desde aquí noto el aroma repugnante de la crema bronceadora. No sé para qué queréis tantos bañadores distintos y esas horrendas gafas de sol amarillas que comprasteis en el mercadillo.

Me abandonáis hasta el otoño; lo presiento. Ya no entraréis en el blog durante el trabajo y os olvidaréis de mí. Y no me vengáis con esa historia de que, por culpa de la crisis, apenas pescáis 15 días de vacaciones. Yo sé que, a base de findes y otras escapadas ilegales, lograréis prolongar el merecido descanso un par de meses más.

Por cierto, ¿por qué a vuestro descanso lo calificáis siempre de “merecido”? Esta mañana oía un programa de radio aburridísimo y, al terminar, la propia emisora hacía propaganda de sí misma y ponía en boca de una locutora la siguiente afirmación: “te mereces esta radio”.

—¡No, por Dios! —exclamé en voz alta—. ¿Cómo voy a merecerme semejante bodrio?

Oye, ¿se puede saber qué es eso que has metido en la maleta? ¿Una tartera? ¿Todavía existen esos recipientes posbélicos? ¡Ah, ya!, parce que se van a suprimir los chiringuitos y habrá que volver a la playa con los tradicionales filetes empanados y la tortilla de arena.

En resumen, ¿qué hago? ¿Echo el cierre al blog hasta el mes de septiembre y le doy un merecido descanso? ¿Dejo a Kloster al mando de la nave con el grave riesgo que comporta o sigo como si nada?

De momento, me voy a Riaza otra vez. A estas alturas del año ya se habrán callado los ruiseñores, pero yo subiré todas las tardes al puesto de la Quesera para ver la puesta de sol y las aves crepusculares, y sentiré una inmensa compasión por las multitudes que han huido a las playas para embadurnarse con crema de zanahoria.

lunes, 29 de junio de 2009

San Pedro y San Pablo




Los
han llamado “las dos alas de la Iglesia”; pero yo prefiero la vieja imagen juanramoniana de las raíces y las alas.

Pedro es la raíz que mantiene anclado en tierra el árbol de la Iglesia y lo hace inmune a los huracanes y a las riadas.

Pablo es la rama que vuela cada día más alto, más lejos, y florece y da fruto en todas las estaciones.

Pedro es la cepa que, con la savia que nace de la tierra, alimenta al sarmiento, a la flor y al fruto

Pablo es el ramal donde anidan las aves más grandes y los pájaros más diminutos.

Pedro, a veces, se estremece y expulsa del árbol las hojas secas y poda las ramas muertas.

Pablo es el renuevo que florece después de cada poda.

Pedro y Pablo son dos partes del mismo árbol. Es inútil tratar de enfrentarlos: sin raíces no hay alas ni hay vuelos. Sin alas, las raíces se convierten en piedra, en fortín, y mueren.



Los lunes, publicidad


Conmigo
que no cuenten para conducir un coche así.







domingo, 28 de junio de 2009

¿Un chiste?

Eso dice Alfonso, que esto es un chiste, pero a mi no me hace ninguna gracia: es sólo una fotografía de la realidad.


Michael Jackson




Han pasado muchos años y, aunque no recuerdo su nombre, no he olvidado su rostro flaco, su gesto siempre serio, su voz grave, su carácter reservado y su enorme curiosidad por todas las expresiones del arte, a pesar de que él no practicaba ninguna. Estudiaba una carrera técnica, quizá ingeniería, y sólo tenía 18 años cuando me dio una especie de conferencia privada sobre Beethoven. Lo sabía todo: familia, amores, fechas, lugares, anécdotas. Hizo un espléndido perfil psicológico del personaje y me habló de su música con la precisión y seguridad de un auténtico experto.

Le pregunté qué composición de Beethoven le gustaba más, y dudó un instante: creo que me habló del famoso concierto número 5 para piano; pero, al final, como quien revela un secreto inconfesable, añadió:

—Lo que pasa es que yo no sintonizo con Beethoven. Supongo que es un genio, pero no consigo llegar hasta él. Es demasiado moderno para mí. Me he quedado en Mozart.

Pensé entonces que aquel chaval era un tipo singular, pero, desde entonces, tuvimos largas conversaciones sobre música. Y, cuando llegábamos a Beethoven, los dos bromeábamos sobre esa falta de “sintonía”, y concluíamos que la culpa no era de mi amigo sino del inefable sordo alemán.

Esta mañana me he encontrado con una chica de mi colegio que acaba de terminar primero de bachillerato. Le he preguntado por las notas y por sus planes de vacaciones. Al final hemos hablado del tema del día: la muerte del “rey del pop”.

—¿Le gustaba Michael Jackson?

Por un momento he sentido la tentación de quedar como un cura guay y enrollado . Acababa de oír por la radio un montón de canciones del "genio" en cuestión y podía hacer un alarde de erudición jacksoniana, pero ¿para qué fingir? Me he acordado de Beethoven.

—No sintonizo con él. Soy demasiado viejo. Yo me he quedado en Mozart.



sábado, 27 de junio de 2009

Mecachis, se me ha olvidado celebrar el solsticio de verano

Adorador del sol en plena faena
Ayer lo recordaba un sesudo comentarista por la radio. Primero explicó lo que todos sabemos: que hacia 21 de junio más o menos, la tierra se inclina 23 y pico grados en dirección al sol, lo cual produce unos días muy largos y unas noches muy cortas. Es lo que llaman el solsticio de verano.

A continuación, pasó a explicar cómo debe ser nuestra participación en el jolgorio de la naturaleza. Yo como iba al volante de mi bólido, no pude anotar las sugerencias del artista, pero retuve en la memoria que todas las “entidades” (sic) del Planeta hemos de unirnos a la alegría de la madre tierra en una celebración “pagano-natural” sin represiones ni contaminaciones de la moral judeocristiana. Toma del frasco.

La directora del programa ni siquiera se rió un poquito. Yo habría dado cualquier cosa por estar allí y decirle al druida en cuestión que a mí no me llama nadie “entidad”, que uno tiene estudios y es de Bilbao; que lo del paganismo natural es una cursilería y que pienso seguir contaminándome con la fiesta de San Juan, que está la mar de bien.

Siempre pensé que este país nuestro tenía un profundo sentido del ridículo y una sensibilidad especial para reírse de lo cursi.

Se conoce que me equivocaba.

En la fiesta de San Josemaría

Me pide María que escriba algo sobre la fiesta de San Josemaría que celebramos ayer. ¿Y qué quieres que diga? Me resulta difícil redactar sólo unas líneas sobre un santo tan grande y tan cercano.

Gracias a Dios, además de los recuerdos personales, conservamos muchas imágenes y muchos sonidos. Éste primero pertenece a una "tertulia" de San Josemaría en Buenos Aires en 1974.




Y éste está tomado de una larga catequesis por España y Portugal en 1972.






viernes, 26 de junio de 2009

Un adjetivo perdido


En el centro del pinar de Valsain, junto al camino Schmidt, a 2000 metros de altura, se me cruzó un arredajo que volaba como suelen los de su calaña: silenciosa y cautelosamente. Quizá me confundió con un árbol cuando pasó a menos de un metro de mi nariz.

Inmediatamente me vino a la cabeza un adjetivo para aquel vuelo. ¿Cómo era, Dios mío? Debí haberlo apuntado, pero me pareció evidente. Ahora sé que lo he perdido para siempre. ¡Estaba yo tan contento con mi adjetivo!

Para mi vergüenza, esta mañana he vuelto a distraerme durante la Misa tratando de recordarlo. Maldita literatura que me aleja de lo único importante.

Pero, ¿cómo era? ¿Furtivo, engañoso, desconfiado...?

No tengo arreglo.


Un gorrión fuera de sitio


Ayer subí a “la Bola del mundo”, una cumbre pelada de la Sierra de Madrid de nombre presuntuoso, donde los vencejos llegan a su límite de altura. Por allí pasan en grandes bandadas migratorias casi rozando el suelo, como si no fuesen capaces de elevarse ni un metro más.

Sentado en la Bola del mundo me dispuse a leer a uno de mis poetas de cabecera, cuando vi a mi derecha un gorrión común.

—¿Se puede saber qué hace un pájaro como tú en un sitio como éste?

Como todo el mundo sabe, el passer domesticus es un ave urbana; vive en los pueblos, en las ciudades y, en general, allí donde hay seres humanos en abundancia. Dicen que apareció en el Neolítico cuando los hombres empezamos a proliferar, pero como no me acuerdo muy bien de aquella época, lo único que puedo afirmar es que donde no hay hombres tampoco hay gorriones, al menos de la especie que nos ocupa.

El gorrión no contestó a mi pregunta, pero aceptó de buen grado unas migajas del sándwich que había sacado de la bolsa.

—No me habrás seguido hasta aquí, ¿verdad?

Cuentan que los gorriones también descubrieron América desde las carabelas de Colón y que colonizaron el nuevo mundo con más eficacia que los españoles. Lo malo es que tampoco me acuerdo bien de aquellos tiempos.

—A lo mejor eres un gorrión delincuente, huido de la justicia.

El gorrión, cada vez más confiado, se me acercó a menos de medio metro. Yo los he visto en situaciones aún más comprometidas. En el zoo de Madrid, por ejemplo, juegan con los leones y comparten la comida con ellos.

—¿...o serás sólo una metáfora escapada del libro que estoy leyendo?

Al gorrión le sentó mal que lo confundiera con una figura literaria, a pesar de que yo leía “las cosas del campo”, de Muñoz Rojas, que es un joven poeta de 99 años. Me miró con desprecio y salió volando en dirección Sur, como si fuera un vencejo más.

jueves, 25 de junio de 2009

Otro aniversario


El año pasado conté aquí mismo el significado de esta fecha. Hoy se cumplen 65 años de la ordenación de los tres primeros sacerdotes del Opus Dei: tres hombres santos y felices que pronto veremos en los altares.

Hemos comenzado un año dedicado a los sacerdotes y a la santidad de los sacerdotes. ¿Quién se anima? Dios sigue llamando. Sólo es cuestión de lavarse las orejas para oír su voz y de coraje para seguirla.

Las señales son claras, con tal de que sepamos mirarlas.


Rescate



Dije que no volvería a escribir sobre el aborto, pero, en mi blog vecino —supermicrovídeos, de Alfonso Sanz—, alguien puso un comentario en dos partes,que no me resisto a copiar sin glosas ni posdatas:


Primera parte

Esta mañana he estado hablando con una persona que me ha llamado asustada. Le han dicho los médicos que, por su edad, tiene un riesgo mayor de que el niño que está esperando tenga síndrome de Down. Me dice que en el hospital la han coaccionado para hacerse la amniocentesis. Ella ha dicho que, antes de firmar nada, quería enterarse bien (porque allí no le han explicado nada; sólo que como está de 15 semanas tiene que hacérsela pronto, antes de las 20 para poder abortar legalmente). Es una persona sencilla, sin cultura, a la que han asustado porque tiene 40 años. Yo soy médico de familia en ejercicio. Hemos hablado más de una hora. Le he explicado que la amniocentesis es una prueba diagnóstica con riesgo alto de provocar daño al niño, y que para qué se la va a hacer, si no piensa matar a su hijo aunque esté enfermo. Me ha preguntado cómo es el niño con 20 semanas y se lo he contado. Me ha preguntado cómo hacen el aborto y también se lo he contado.

Se lo está pensando...

Segunda parte

Esta mañana he visto seis llamadas perdidas de la persona a la que coaccionaban para hacerse la amniocentesis. La llamo y me dice llorando que está en el hospital porque tenía nueva cita con el gine y que le han echado la bronca por no ir a la cita de la amnio y que quieren que firme otra cosa para hacerle otra prueba que no entiende que es.

Le digo que me espere que voy. Llego al hospital y la encuentro escondida. Me dice que es porque cuando salen a llamar y le ven le vuelven a regañar y le instan para que firme. Veo que lo que tiene que firmar es que se le ha aconsejado hacerse la amniocentesis y que no se la hace porque ella no quiere y también que le van a hacer una ecografía especial para ver malformaciones posibles pero que no es tan precisa como la amniocentesis y que si luego el niño tiene algo que no se ha visto que no proteste. ALUCINANTE!

Me identifico como médico y me explayo... les digo que no explican las pruebas, que no explican el consentimiento informado, que les coaccionan a firmar algo que no entienden, que no se hace la amniocentesis porque no quiere arriesgarse a hacer daño al bebé, que además no va a matar al niño salga lo que salga por tanto no tiene razón de ser hacérsela y que la ecografía se la hace pero la amniocentesis no.

A mí no se atreven a decirme nada pero la tumban en la camilla y le vuelve a decir CUATRO veces que por qué no se la hace, (yo oyendo todo porque solo nos separaba una cortinilla) y le preguntan "¿pero es que no interrumpirías el embarazo si el niño tuviese síndrome de Down?" y mi amiga: PUES NO! "Ah! bueno entonces es verdad que no tiene sentido que te la hagas, ya no te insisto mas pero que sepas que aunque la ecografía ha salido RIGUROSAMENTE NORMAL, por tu edad tienes mas posibilidades..."

A mí, ni me miran, ni me tratan como a un "colega de profesión", PENOSO!!!! Ellos mismos se descalifican... humilla el que puede no el que quiere...

A la salida me dice mi amiga que con tanta insistencia y sin entender nada si no llego a estar yo le convencen.

Está visto que tenemos que ir rescatando a los niños uno por uno. PUES LO HAREMOS!

23 de junio de 2009


miércoles, 24 de junio de 2009

La diferencia

Una vez más recurro a un artículo de Enrique García-Máiquez en el que se demuestra que la palabra "libertad" sigue siendo subversiva.

En la Resolución Provisional de los Conciertos Educativos de la Consejería de Educación se han eliminado de la lista de centros subvencionados a los 12 centros no mixtos que había hasta ahora. Se les tacha de algo y por algo tan tremendo como practicar la discriminación por razón de sexo en la admisión de alumnos que suena casi a violencia de género. Pero nadie es discriminado siempre que existan otras posibilidades de escolarización, como es el caso. Según mi sentido común de andar por casa, si nos ponemos así de mixtificadores, habría que considerar discriminatorios a los Juegos Olímpicos porque los deportistas compiten escrupulosamente divididos por razón de sexo. Peo esperen un poco, por favor, no se rasguen aún las vestiduras, que por suerte no tenemos que acudir a mi sentido común (el menos común de mis sentidos, me temo). Hay instancias mucho más altas.

La Declaración Universal de Derechos Humanos, la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención relativa a la Lucha contra las Discriminaciones en el Esfera de la Enseñanza, entre otras, amparan el modelo de educación separada, en auge además en países tan democráticos como Gran Bretaña, Estados Unidos o Australia. El Parlamento Europeo, en un informe de 1 de abril de 2009, defendió la necesidad de la pluralidad educativa, respaldando la no mixta. Y el Tribunal Supremo en sentencia de julio de 2008 determinó: “No se puede asociar la enseñanza separada con la discriminación por razón de sexo”.

Entre los pedagogos, unos consideran mejor la enseñanza diferenciada, otros la mixta. Todos tienen sus razones. Lo prudente sería que los políticos no tomarán partido por ninguna de las posturas y dejasen que los padres eligieran sin trabas lo que consideren más conveniente para sus hijos. Pero si se retiran los conciertos, sólo las familias con dinerito podrán optar por los colegios no mixtos, que serán exclusivamente privados. Imaginemos por un momento (como hipótesis de trabajo) que la educación no mixta fuese más eficaz: se estarían perpetuando los privilegios de clase.

No hace falta, sin embargo, construir hipótesis. Basta con la realidad. Si ambas educaciones presentan sus propias ventajas y son respetuosas con los derechos de los niños, ¿por qué no permitir (y alentar, incluso) que convivan los dos sistemas, abriendo así el abanico de la libertad? La tentación del totalitarismo es insistente y bienintencionada: nos invita a imponer nuestras opiniones —que son las acertadas, por supuesto, para nosotros— a la totalidad de la población, quiera o no. La única vacuna eficaz contra la intolerancia es un respeto total a la diferencia. Y en este caso particular, a la diferenciada.

Enrique García-Máiquez.
Diario de Sevilla

Pretendían llamarlo Zacarías.



Natividad de San Juan Bautista

“A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo:

—¡No! Se va a llamar Juan." (Lucas, 1, 58)


Habría sido terrible que Juan Bautista, “el más grande nacido de mujer” hubiese recibido el nombre de su padre. ¿Os imagináis?: ya no hablaríamos de don Juan Tenorio sino de Zacarías Tenorio. Y de Zacarías Carlos de Borbón, de Zacarías Guerra, de Zacarías XXIII…

¿Cómo podría ser poeta Juan Ramón llamándose Zacarías Ramón? ¿Y qué verónicas daría don Juan Belmonte con semejante Zacarías por montera?

No sé si lo diré en la homilía de hoy; pero no me cabe duda de que ser fiel a la voluntad de Dios tiene también su recompensa en estas cosas.

Por cierto, felicidades a los Juanes, y también a los Zacarías, que por poco celebran hoy su santo.

martes, 23 de junio de 2009

Tinta y cálamo

Mi pluma es una Waterman que me trajeron los reyes hace años y tiene por tanto poderes mágicos. A veces —sólo a veces— se desliza sobre el folio en blanco más veloz incluso que el pensamiento. Yo querría sujetarla, pero ella sabe muy bien a dónde va y qué palabras debe escribir. Todo le nace a la pluma tan sin querer que no puedo atribuirme la autoría de lo que ella emborrona; lo mío es contemplar el espectáculo. De pronto le surge una frase, una oración, una imagen feliz, un chiste o un llanto, y me convierto en el primer lector de algo que nunca me ha pertenecido. Aunque mi firma figure al final y los rasgos de la escritura sean míos, yo sé que fue la pluma, solo ella.

El bolígrafo en cambio no ha aprendido a escribir conmigo. Su bola de acero me tira de la mano, me arrastra y se desboca como un caballo salvaje. Trato de embridarlo con fuerza, pero jamás he logrado que deje una huella coherente sobre el papel. Todo lo más, monigotes, caricaturas o trazos pueriles.

¿Y el rotulador? Aún menos. El rotulador fue creado por un demonio geómetra; por eso no escribe: dibuja lentamente vocablos sin vida.

Frente al teclado y la pantalla todo parece distinto. No se me desmandan las palabras ni se deslizan por el folio sin control. Ellas saben que puedo eliminarlas con un gesto. Y se someten resignadas. El resultado es un texto sin erratas, limpio, homogéneo, pero ajeno a mi pulso, a la sangre alborotada que lo concibió. Por eso lo olvido e incluso lo repudio.

Ayer traté de escribir una breve historia. La idea era buena, pero la pluma tenía otros planes y no permitió que la utilizara; el bolígrafo se rió de mí; el rotulador estaba cansado. Y cuando abrí el ordenador, comprendí que era inútil: hasta las letras estaban contaminadas. Si yo escribo “amor” pongamos por caso, necesito estrenar cada letra, marcarla de forma diferente, dejarla flotando levemente sobre el folio o grabarla a fuego con mi pluma mágica. Pero estos caracteres informáticos, idénticos siempre a sí mismos, a saber que porquerías habrán escrito.

Con ellos no se puede hacer carrera.

lunes, 22 de junio de 2009

Los lunes, publicidad.



Supongo que esto es un anuncio, aunque no sé de qué. No he entendido nada, pero es buenísimo. Ya pusimos algo parecido hace un par de meses y se conoce que ha tenido éxto. Vedlo en pantalla grande.


domingo, 21 de junio de 2009

Las imágenes de la matanza


No volveré a escribir por ahora sobre el aborto, al menos en este blog donde todos estamos de acuerdo. Seguiremos rezando y peleando para que termine esta locura, pero no tiene sentido, en mi opinión, que nos amarguemos la vida con lamentos.

Añadiré sólo una última consideración:

Hace unos días, después de redactar un breve post sobre este asunto, fui a Google en busca de una fotografía que lo ilustrara. Escribí la palabra "aborto", hice click en "imágenes", y..., ¡qué horror!: la pantalla se llenó de sangre, de miembros despedazados, de niños triturados en una carnicería.

No fui capaz de poner en el blog ninguna de esas fotografías; pero entiendo que hay que difundirlas. Es necesario que los que defienden un imaginario derecho al aborto vean en qué se concreta ese "derecho".

Ayer os invité a abrir este "supermicrovídeo" de Alfonso Sanz en el que una mujer, partidaria del proyecto de ley que presenta el gobierno, se niega a mirar la fotografía de un feto humano y a enfocar el debate desde el punto de vista del niño.

Pidamos al Señor que no tengan miedo a la verdad aunque duela; que sientan el mismo horror que a mí me impide reproducir aquí una sola de esas imágenes. Vuelvo a repetir lo que escribí hace años en este artículo:

Esos niños invisibles, algunas veces tienen los ojos negros como el azabache, azules como el mar, o verdes como la esperanza. Pero hay que evitar que lo sepan sus madres. ¡Ah, si lo supieran!: aún sería posible la salvación. Sólo Dios los mira. Cuando los niños invisibles abren los ojos ven los ojos de Dios empañados de lágrimas.






sábado, 20 de junio de 2009

Año sacerdotal


Mensaje del Prelado del Opus Dei



La blogosfera


Hace unos días David Sifry, el director de Technorati, nos explicó cómo está la blogosfera. Los datos (por cierto, no sé cómo se obtienen) producen vértigo.
  • Existen 75 millones de blogs.
  • Cada día nacen 120.000 blogs.
  • Se crea un blog cada 1,4 segundos.
  • Se escriben un millón y medio de posts al día
  • Es decir, unos 17 posts por segundo.
  • En menos de un año pasamos de 35 a 75 millones de blogs.
  • Los idiomas más utilizados en la blogosfera son, por este orden, el japonés, el inglés, el chino, el italiano y el español.
Hay otros datos más difíciles de calcular, pero que serían igualmente significativos si alguien los conociera:
  • ¿Cuántos blogs abandonados navegan sin rumbo en la blogosfera? ¿Quién recicla la chatarra espacial?
  • ¿Donde se entierran los blogs muertos?
  • ¿Cuántos lectores suman esos 75 presuntos millones de blogs?
Por último, me atrevo a preguntar desde mi ignorancia a mis expertos visitantes:
  • ¿Es infinito el espacio virtual?
  • Y si es limitado, ¿cuántos blogs caben en la blogosfera?
  • ¿Es posible poner puertas a este campo virtual en el que nos alojamos?
  • ¿Sería posible clasificar los blogs por su temática, tono, color político, etc.?
  • ¿Hacia dónde camina esta galaxia?
Leo que han puesto a la venta un spray con "aroma de libro nuevo" para que los lectores de e-books electrónicos no olviden el entrañable olor del libro recién impreso.



Que alguien responda a los obispos, porfa



Nada
, no hay manera. Llevo todo el día esperando que alguien les responda, pero es imposible: les han llamado de todo; pero argumentos, ni uno.

Veamos. En el documento que resumíamos anteayer, la Conferencia Episcopal viene a decir lo siguiente:

1. La mera voluntad de la madre no debería anular el derecho a la vida del niño ya concebido.

(Respuesta: no se metan en política y vuelvan a la sacristía, que ya están ustedes muy vistos. Y además la guerra de Irak estuvo muy mal)

2. El aborto no cura, mata.

(Respuesta: la Iglesia, como siempre, aún no sabe cuál es su papel. A ver si nos vamos enterando de que los pecados y los delitos son cosas diferentes. Queremos ser como "los países de nuestro entorno")

3. No existe un “derecho” al aborto. Matar a un inocente siempre será una atrocidad.

(Respuesta: la única Moral Pública la dictan las leyes. Las “morales privadas” se viven en privado. O sea, que a estudiar la educación para la ciudadanía. Y la guerra de Irak, horrible)

4. La nueva ley no apoya a la mujer para ahorrarle el terrible drama del aborto.

(Respuesta: para feministas, nosotros y nosotras. Además la guerra de Irak fue un desastre)

5. Se niega o se devalúa al ser humano para justificar su eliminación.

(Respuesta: ustedes son gordos y feos. Ah, además está lo de Galileo, los crímenes del franquismo y la guerra de Irak, por supuesto.)

Sólo Bibiana, nuestra querida Bibiana, cometió la grave imprudencia de agarrar el toro por los cuernos. Nunca le agradeceremos bastante que respondiera, sin salirse por la tangente, a aquella terrible pregunta:

-“¿Cree usted que un feto de trece semanas es un ser vivo?”

¡Pobre Bibiana! Era demasiado joven y le faltaba experiencia. Aún no había aprendido que este tipo de cuestiones deben contestarse con una disertación bien preparada sobre las señoras de derechas que abortan en clínicas de lujo y la expulsión de los judíos y judías durante el reinado de Fernando e Isabel. Pero la pobre ministra se metió en un lío, dijo aquello de que ser vivo sí, pero humano no y temblaron las Facultades de Biología.

No hubo más remedio que amordazarla y darle unas clases de retórica política para que vaya aprendiendo.

Ved aquí el vídeo de Bibiana y, de paso, otro igualmente significativo. No sé, querida ministra, cómo se puede ser tan bruta y tan cándida al mismo tiempo.

viernes, 19 de junio de 2009

Un año dedicado al sacerdocio


Comienza un año dedicado al sacerdocio en el 150 aniversario de la muerte del Santo Cura de Ars, un sacerdote modesto que desde su confesonario en una pequeña aldea de Francia, llenó de luz al mundo entero.

San Juan María Vianney será proclamado patrono de los sacerdotes, y con este motivo el Santo Padre nos manda una carta. Os transcribo sólo unas líneas. Yo acabo leerla y doy gracias a Dios una vez más por mi vocación de cura y por tener un Papa tan grande.

El Cura de Ars era muy humilde, pero consciente de ser, como sacerdote, un inmenso don para su gente: "Un buen pastor, un pastor según el Corazón de Dios, es el tesoro más grande que el buen Dios puede conceder a una parroquia, y uno de los dones más preciosos de la misericordia divina". Hablaba del sacerdocio como si no fuera posible llegar a percibir toda la grandeza del don y de la tarea confiados a una criatura humana: "¡Oh, qué grande es el sacerdote! Si se diese cuenta, moriría... Dios le obedece: pronuncia dos palabras y Nuestro Señor baja del cielo al oír su voz y se encierra en una pequeña hostia...".

Explicando a sus fieles la importancia de los sacramentos decía: "Si desapareciese el sacramento del Orden, no tendríamos al Señor. ¿Quién lo ha puesto en el sagrario? El sacerdote. ¿Quién ha recibido vuestra alma apenas nacidos? El sacerdote. ¿Quién la nutre para que pueda terminar su peregrinación? El sacerdote. ¿Quién la preparará para comparecer ante Dios, lavándola por última vez en la sangre de Jesucristo? El sacerdote, siempre el sacerdote. Y si esta alma llegase a morir [a causa del pecado], ¿quién la resucitará y le dará el descanso y la paz? También el sacerdote... ¡Después de Dios, el sacerdote lo es todo!... Él mismo sólo lo entenderá en el cielo". (1)

Estas afirmaciones, nacidas del corazón sacerdotal del santo párroco, pueden parecer exageradas. Sin embargo, revelan la altísima consideración en que tenía el sacramento del sacerdocio. Parecía sobrecogido por un inmenso sentido de la responsabilidad: "Si comprendiéramos bien lo que representa un sacerdote sobre la tierra, moriríamos: no de pavor, sino de amor... Sin el sacerdote, la muerte y la pasión de Nuestro Señor no servirían de nada. El sacerdote continúa la obra de la redención sobre la tierra... ¿De qué nos serviría una casa llena de oro si no hubiera nadie que nos abriera la puerta? El sacerdote tiene la llave de los tesoros del cielo: él es quien abre la puerta; es el administrador del buen Dios; el administrador de sus bienes... Dejad una parroquia veinte años sin sacerdote y adorarán a las bestias... El sacerdote no es sacerdote para sí mismo, sino para vosotros".(2)

(1)."Le Sacerdoce, c'est l'amour du coeur de Jésus" (in Le curé d'Ars. Sa pensée - Son Coeur. Présentés par l'Abbé Bernard Nodet, éd. Xavier Mappus, Foi Vivante 1966, p. 98).

(2) Ibidem

jueves, 18 de junio de 2009

Declaración episcopal sobre el Anteproyecto de "Ley del aborto"




Se consagra el "derecho" a matar

Madrid, 18 de junio de 2009

La Comisión Permanente de la CEE ha aprobado una Declaración sobre el Anteproyecto de “Ley del aborto”. Los obispos, que en numerosas ocasiones han anunciado el Evangelio de la Vida y denunciado la cultura de la muerte, desean poner de relieve algunos aspectos del Anteproyecto en cuestión que, de llegar a convertirse en Ley, supondría un serio retroceso en la protección de la vida de los que van a nacer, un mayor abandono de las madres gestantes y, en definitiva, un daño muy serio para el bien común.

La Declaración, titulada Sobre el Anteproyecto de “Ley del aborto”: atentar contra la vida de los que van a nacer, convertido en “derecho”, puede consultarse íntegramente aquí.

A continuación se ofrece un resumen, basado en los aspectos principales del texto aprobado por la Permanente:

I. La mera voluntad de la gestante anula el derecho a la vida del que va a nacer

El aspecto tal vez más sombrío del Anteproyecto es su pretensión de calificar el aborto como un derecho que habría de ser protegido por el Estado. El Anteproyecto establece un plazo de catorce semanas dentro del cual la voluntad de la madre se convierte en árbitro absoluto sobre la vida o la muerte del hijo que lleva en sus entrañas. Sin embargo, el derecho a la vida no es una concesión del Estado, es un derecho anterior al Estado mismo y éste tiene siempre la obligación de tutelarlo. En cambio carece de autoridad para establecer un plazo, dentro de cuyos límites la práctica del aborto dejaría de ser un atentado contra el derecho a la vida.

II. La salud como excusa para eliminar a los que van a nacer

La inclusión del aborto entre los medios supuestamente necesarios para cuidar la salud es de por sí una grave falsedad. Abortar nunca es curar, es siempre matar. Una auténtica política sanitaria debe tener en cuenta siempre la salud de la madre gestante, pero también la vida y la salud del niño que va a nacer.

La imposición del aborto procurado en el sistema sanitario como prestación asistencial para la salud bio-psico-social de la gestante, a la que ésta tendría un supuesto derecho, lleva consigo la transferencia de la obligatoriedad a los profesionales de la sanidad. De este modo queda abierta la posibilidad de que no se respete a quienes por muy justificados motivos de conciencia se nieguen a realizar abortos, cargándolos arbitrariamente con un supuesto deber e incluso con eventuales sanciones.

Es necesario reconocer y agradecer el valor mostrado por tantos ginecólogos y profesionales de la sanidad que, fieles a su vocación y al verdadero sentido de su trabajo, resisten presiones de todo tipo e incluso afrontan ciertas marginaciones con tal de servir siempre a la vida de cada ser humano.

III. Se niega o devalúa al ser humano para intentar justificar su eliminación

Sorprendentemente, el Anteproyecto no explica en ningún momento por qué fragmenta el tiempo de la gestación en tres períodos o plazos pretendidamente determinantes de diferentes tipos de trato del ser humano en gestación. Es necesario sostener la afirmación irracional de que durante algún tiempo determinado el ser vivo producto de la fecundación humana no sería un ser humano, porque sería muy duro reconocer que sí lo es y al mismo tiempo afirmar que se le puede quitar la vida simplemente porque así lo decide quien lo gesta. Sería tanto como reconocer que hay un derecho a matar a un inocente.

IV. No se apoya a la mujer para ahorrarle el trauma del aborto y sus graves secuelas

Este proyecto legal no manifiesta interés real por el bien de las mujeres tentadas de abortar y, en particular, de las más jóvenes. Se limita a despejarles el camino hacia el abismo moral y hacia el síndrome post-aborto.

Agradecemos la dedicación de tantas personas que, en un número cada vez mayor de instituciones eclesiales o civiles, se dedican a prestar su apoyo personal a las mujeres gestantes y reconocemos el valiente testimonio público de las mujeres víctimas del aborto, que ayudan a la sociedad a recapacitar sobre un camino de sufrimiento ya demasiado largo. Las mujeres que se encuentran en esta dolorosa situación encontrarán siempre en la Iglesia el hogar de la misericordia y el consuelo.

V. Privar de la vida a los que van a nacer no es algo privado

El Anteproyecto de Ley presenta el aborto como si fuera un asunto privado ligado prácticamente sólo a la decisión individual de la gestante. Pero eliminar una vida no es nunca un asunto meramente privado. Por el contrario, se trata de un acto de gran trascendencia pública. La vida de los que van a nacer es un fundamental elemento constitutivo del bien común que merece especial protección y promoción. Se debería avanzar en las políticas de protección de la maternidad/paternidad, muy retrasadas respecto a los países de nuestro entorno.

VI. El Estado impone a todos una determinada educación sexual

Se comete la injusticia de imponer una determinada educación moral sexual, que, además, por ser abortista y “de género”, tampoco será eficaz ni como verdadera educación ni como camino de prevención del aborto.

Es necesario permitir y promover que la sociedad desarrolle sus capacidades educativas y morales.

Conclusión: por el Pueblo de la Vida

El Evangelio de la vida proclama que cada ser humano que viene a este mundo no es ningún producto del azar ni de las leyes ciegas de la materia, sino un ser único, capaz de conocer y de amar a su Creador, precisamente porque Dios lo ha amado desde siempre por sí mismo. Cada ser humano es, por eso, un don sagrado para sus padres y para toda la sociedad. No ha de ser considerado jamás como un objeto subordinado al deseo de otras personas. Su vida no puede quedar al arbitrio de nadie, y menos del Estado, cuyo cometido más básico es precisamente garantizar el derecho de todos a la vida, como elemento fundamental del bien común.

Hablamos precisamente a favor de quienes tienen derecho a nacer y a ser acogidos por sus padres con amor; hablamos a favor de las madres, que tienen derecho a recibir el apoyo social y estatal necesario para evitar convertirse en víctimas del aborto; hablamos a favor de la libertad de los padres y de las escuelas que colaboran con ellos para dar a sus hijos una formación afectiva y sexual de acuerdo con unas convicciones morales que los preparen de verdad para ser padres y acoger el don de la vida; hablamos a favor de una sociedad que tiene derecho a contar con leyes justas que no confundan la injusticia con el derecho.


Las calores


Madrid me recibe con un calor infernal Me pregunto cómo fuimos capaces de sobrevivir sin aire acondicionado durante tantos años, en aquella edad terrible cuando el móvil sólo aparecía en las novelas policiacas y el portátil era un transistor arrastrable .

Ahora que todo es más sencillo, nos quejamos de cualquier cosa. Yo he hecho el propósito de no decir ni una sola vez "qué calor hace", sobre todo después de constatar que, no por mucho repetirlo, baja lo más mínimo la temperatura.

Un día de estos los periódicos empezarán a hablarnos del calentamiento global y del cambio climático. Y sacarán del archivo viejos artículos de relleno sobre lo mal que lo pasan los pingüinos en verano.

Esta semana me esperan dos bautizos, unas bodas de plata y un cumpleaños muy especial. Entre tanto la musa se me ha metido en el congelador. Así que no esperéis nada de mí hasta la próxima nevada.

miércoles, 17 de junio de 2009

"Salmo vespertino"


Ayer, por fin, un cuarto de hora antes de ponerse sobre el mar, vimos el sol. Fue un extraño tramonto: una nube negra cubría casi todo el cielo; pero allá, por el oeste, la oscuridad desaparecía por completo y nos dejaba ver un disco de fuego que se bañaba en el mar, limpio de bruma, entre azules y rojos incandescentes.

Asistí al espectáculo mientras leía este "salmo" melancólico y esperanzado de Carlos J. Morales




...al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana el júbilo.
Salmo 29



¿Por qué en las tardes nos visita el llanto?
¿Seguirán siendo así todas las tardes?
¿Tan mal lo haremos siempre durante la jornada?
¿Tan vano es el consuelo de la noche que entra?,
¿tan débil su misterio?

Yo creo que una tarde le pasa a la otra tarde
su memoria: su poquedad, su nada,
su subsuelo; su anuncio de que es tarde
para alcanzar el triunfo, de que algo
tuvo que haber fallado, de que es tarde
para empezar siquiera, para empezar
a ser lo que quisimos.

¿Y es la noche un engaño?,
¿un tiempo comprimido de promesas?,
¿un sueño siempre igual, un tiempo nulo?
¡Qué larga es esta tarde,
qué condensada sale nuestra vida
en su perfume viejo, en su cansancio!
¡Qué hablador su silencio, qué aburrido
su bullicio salvaje, su rumor de semáforos!

¿Será verdad que en la mañana el júbilo
volverá a nuestra casa, ahora que es tan tarde,
que parece imposible –¡esta va la vencida!–
cambiar de dirección y de sentido?

martes, 16 de junio de 2009

Cucho, el pavo y la melancolía

Escribo desde mi colegio de Gaztelueta, a la vista del monte Serantes, que siempre ha sido mi fuente de inspiración más fiable. Acabo de salir de una conferencia y he charlado con muchos antiguos alumnos y con algunos nuevos. Hemos recordado tantas cosas medio olvidadas, y yo he vuelto a pensar en Cucho. Por eso os pongo este refrito de verano.



He leído no sé dónde que la edad del pavo es la etapa más feliz de la vida. No es cierto: la adolescencia es el tiempo de la melancolía.

—¿Por qué llora una tanto a esta edad? —me preguntó un día Vicky, que andaba por entonces con la lágrima fácil de los 15 años—.

—No todos son tan llorones como tú —le contesté—; pero a lo mejor es que empiezas a sentirte mayor y lloras por la infancia perdida.

Aquel día Vicky me preguntó si yo también era llorón mis tiempos, y aproveché para contestarle que mis tiempos aún no habían llegado y que se fuera a clase y se dejara de tonterías.

Llorón no creo haberlo sido nunca, pero sí que recuerdo con toda nitidez los altibajos de la adolescencia. Uno de mis testigos fue Cucho, un perro pastor alemán alto y de buen genio, que me acompañó en mis crisis y fue mi confidente en los momentos más duros.

Cucho llegó a casa cuando apenas era un cachorro. Nos lo regaló Yanko Daucik, que estudió conmigo en el colegio durante los años en que su padre entrenaba al Athletic de Bilbao. El padre de Cucho se llamaba Arco y era de origen checo, como la familia de mi amigo. Por eso llegó con el nombre puesto. Podíamos habérselo cambiado, porque al principio no nos gustaba; pero nadie se atrevió a tomar la iniciativa. Sólo mi madre le llamaba Polka, quién sabe por qué.

El caso es que creció desmesuradamente. Ahora lo recuerdo gigantesco, aunque quizá no era para tanto. Y como se alimentaba bien, vivía en el campo, y estaba todo el día rodeado de niños, se hizo fuerte, lustroso y buen amigo de la chavalería.

Sin embargo jamás abdicó de su dignidad. Nunca quiso parecerse a esos perritos habilidosos, que según sus dueños son listísimos porque hacen monerías impropias de un cánido y, por tanto, son medio idiotas. Cucho siempre fue todo un perro, un pedazo de pastor alemán, cariñoso y servicial, de ojos mansos y dientes de fiera; de pocos aunque sonoros ladridos, y capaz de amedrentar a cualquiera con sólo mirarlo.

Durante un tiempo, fue mi mejor amigo. Por la mañana entraba en mi cuarto a la hora prevista, y me sacaba de la cama lamiéndome la cara. No era una experiencia agradable, pero me ayudaba a correr camino de la ducha.

Luego, al atardecer, Cucho y yo teníamos largas conversaciones. No os riáis, que ya empiezo a ponerme colorado. Un poco raro sí que parece, la verdad; pero tampoco tanto. Lo que pasa es que tuve unos años tímidos y turbulentos: sólo me interesaban el ajedrez y la poesía de Garcilaso de la Vega, y ninguno de mis amigos sintonizaba con semejantes aficiones.

Cucho, en cambio, sí. Allí, en la campa que había a unos cientos de metros de mi casa, nos sentábamos el uno frente al otro. Cucho, con la mirada atenta, la boca abierta y la lengua fuera, inmóvil como una estatua. Yo, con mi pavo a cuestas, le recitaba poemas, que podían ser propios o prestados (“el dulce lamentar de dos pastores,/ Salicio juntamente y Nemoroso…”) Otras veces le contaba mis penas.

Como la cosa ni siquiera a mí me parecía muy normal, un día decidí explicárselo al sacerdote. Su respuesta me desconcertó:

—Mientras Cucho no te conteste, puedes estar tranquilo: aún no estás completamente majareta. Pero pienso que necesitas algo más que un perro: ha llegado el momento de que empieces a hablar con Dios.

No he entrecomillado el consejo, pero podía haberlo hecho, porque sólo han pasado cincuenta y tantos años y lo recuerdo muy bien, casi palabra por palabra.

Desde que soy sacerdote he contado mil veces esta historia, para explicar a chicos y a chicas que a esa edad tan rara de la melancolía, cuando nadie nos entiende, ni nosotros mismos, y uno se desahoga con la almohada, con el espejo o con el gato, Dios se pone a nuestros pies como un perrillo. Es la hora de tomarse en serio a ese interlocutor divino, y dedicarle, al menos, unos minutos cada día.

Si le damos esa oportunidad, no tardaremos en descubrir que, en este diálogo, hemos de intercambiar los papeles para que Dios lleve la voz cantante. Lo nuestro —como predicó San Josemaría— es “estar pendientes de sus labios: con el oído atento, la voluntad tensa, dispuesta a seguir las divinas inspiraciones”.

Es decir, como el bueno de Cucho, que cuando me miraba con la boca abierta, parecía un atleta a punto de tomar la salida. Quizá sólo esperaba que lanzara un palo a lo lejos para correr a buscarlo, y repetir una y otra vez el mismo juego.

lunes, 15 de junio de 2009

Molinos y buitres


Salgo de Riaza camino de Bilbao a las diez en punto de la mañana.‭ ‬Es domingo y apenas hay tráfico en la carretera.‭ ‬El cielo está encapotado.‭ ‬La Agencia estatal de meteorología habla de una ola de calor en toda España y de tormentas por el Norte:‭ ‬En la Provincia de Burgos y en la cornisa cantábrica habrá lluvias copiosas a partir del mediodía.‭

El cielo se va ennegreciendo aún más.‭ ‬No hay ni una brizna de brisa,‭ ‬ni un pájaro en el aire,‭ ‬ni casi automóviles que me hagan compañía.‭

De pronto,‭ ‬al otro lado de una colina se asoma vertical el aspa enorme de uno de esos nuevos molinos de viento que florecen desde hace años por toda la geografía de España.‭ ‬Son altos,‭ ‬esbeltos,‭ ‬y aletean como aves majestuosas sobre las montañas.‭ ‬Si mi Señor don Quijote los viera,‭ ‬sin duda que los tomaría por gigantes aún más recios que los que lo derribaron en su primera aventura.

Me gustan mucho los nuevos molinos.‭ ‬Tanto como los antiguos.‭ ‬Es un espectáculo verlos emerger poco a poco detrás los altozanos desperezándose pesadamente sobre el cielo.‭ ‬Hoy,‭ ‬además,‭ ‬el contraste entre el negro empizarrado de las nubes y el blanco nítido de los molinos produce un efecto singular.‭ ‬Sin embargo las aspas no se mueven.‭ ‬Esta mañana no hay viento ni siquiera en las alturas.‭

Van pasando los minutos y los kilómetros.‭ ‬He contado ya‭ ‬60‭ ‬molinos inmóviles como cadáveres.‭ ‬En el desfiladero de Pancorbo una bandada de buitres hace su ronda en el cielo negro.‭ ‬Por un momento me los imagino lanzándose sobre los molinos muertos para darse un banquete de carroña.‭

Creo que tengo demasiada imaginación.‭ ‬Empiezo a rezar el rosario cuando caen sobre el parabrisas las primeras gotas de la tormenta.

Los lunes, publicidad.

Madrid-Manchester y pepsi.

Hace tanto calor que hasta me tomaría una pepsi



domingo, 14 de junio de 2009

Tesoritos



Ayer,
sábado, la iglesia de Riaza estaba algo más concurrida que de costumbre. Andaba yo por allí por ver si encontraba al párroco, que se llama Antonio y seguro que celebraba su santo, cuando se me acercó una mujer de cierta edad:
-Padre, ¿sabría usted decirme qué hay ahí?

Se refería a una puerta de cristal que hay el la parte posterior del templo. Se trata de un pequeño museo en el que se conservan algunas imágenes más o menos valiosas, vasos sagrados, ornamentos antiguos, cruces procesionales, etc. Por supuesto lo puede visitar cualquiera que lo pida, pero habitualmente se cierra con llave e incluso está protegido con una alarma.

Mientras se lo explicaba a la buena mujer, se fueron acercando tres o cuatro personas más.

-Así que aquí también tienen sus pequeños tesoritos -apostilló en broma otra visitante-.

-No, señora, no. El único tesoro de la iglesia está dentro del Sagrario, y como mañana es el Corpus, lo sacarán a la plaza para que todo el mundo lo contemple.

La señora no se tomó a mal la brusquedad de mi respuesta. Al contrario; me dio la razón.

* (La foto es de uno de esos "tesoritos" y la saqué yo mismo)


-

sábado, 13 de junio de 2009

El ruiseñor astuto



Esto es una tarabilla, por supuesto
Lo llevo oyendo desde que llegué a Riaza. No es un gran maestro, pero indudablemente se trata de un ruiseñor; quizá un Salieri más que un Mozart.

He salido varias veces de casa para buscarlo. Ver un ruiseñor y situarse en primera fila del concierto es un privilegio. Hoy, después de la tercera clase del día, cerca ya de la puesta del sol, con los prismáticos en bandolera y una pequeña cámara de fotos en el bolsillo, me he dirigido hacia el regato cercano. Pienso que ése es el hábitat natural del pájaro. Y, en efecto, por allí, entre las zarzas y esas flores amarillas, que llaman "donpedros", suena el silbido líquido y tremulante del macho.

Camino despacio, procurando hacer el menor ruido posible, pero al tomar el camino de la ermita de San Benito, se interrumpe la música. Sigo avanzando y me siento junto al arroyo a la espera de que el ruiseñor se confíe.

Al cabo de 12 minutos exactos oigo de nuevo el silbo del concertista. Me fosilizo para no ser visto y empieza la música.

El ruiseñor -ya lo he dicho otras veces- tiene un aspecto vulgar; no es un pájaro de exposición, ni falta que le hace. Quizá por eso se esconde entre las zarzas incluso cuando canta como un ángel con voz poderosa. Me pongo en pie y camino hacia el pájaro no sé con qué propósito y, de pronto, lo veo venir hacia mí como si quisiera hacerme frente. Ha dejado de cantar y emite un extraño gemido lastimero. Tiene un ala caída y avanza renqueante. Tuerce a la derecha y enfila el camino de piedra. Se diría que me invita a seguirle. Quizá pueda curarle el ala herida.

Unos metros más adelante, el ruiseñor echa a volar y se va. Era todo un truco, por cierto muy conocido, para alejarme del nido, donde la hembra estará incubando o cuidando a los polluelos.

-De acuerdo, Salieri. Respetaré tu intimidad; pero mañana volveré a escucharte. Ya puedes ir preparando una buena sinfonía.

De regreso a casa, voy improvisando una letrilla, con música y todo, tan mala como la que sigue:

Muy buen truco,
cantaor;
es un cuco
el ruiseñor.

Con gran maña
y martingala
él me engaña
y va de ala.

En su nido
pajarero
escondido
yo le espero.

viernes, 12 de junio de 2009

San Josemaría en la Basílica de Nuestra Señora de Luján




Pilar Ardanza me envía desde Buenos Aires la siguiente información, que publico con mucho gusto:





"Hoy, viernes, 12 de junio se celebrará a las 16 hs. en la Basílica de Luján la Santa Misa con ocasión de la bendición y entronización de una imagen de San Josemaría. Presidirá la ceremonia el Arzobispo de la diócesis, Mons. Agustín Radrizzani.

El mismo día, pero en 1974, San Josemaría acudió a la Basílica para rezar a la Virgen. En esa ocasión se reunió con muchas personas de numerosas ciudades de Argentina, Uruguay y Paraguay. Recordemos algunas palabras suyas pronunciadas durante su estadía en nuestro país, desde el 7 al 28 de junio.

“Que sembréis la paz y la alegría por todos lados; que no digáis ninguna palabra molesta para nadie; que sepáis ir del brazo de los que no piensan como vosotros. Que no os maltratéis jamás; que seáis hermanos de todas las criaturas, sembradores de paz y alegría, y que les deis esta inquietud de acción de gracias que tú me has dado con tus palabras. Porque me has conmovido, y me haces decir otra vez al Señor: Gratias Tibi, Deus, gracias Tibi!”

Se espera que participen de la ceremonia fieles de Capital, Gran Buenos Aires, La Plata y Rosario. De esta manera, quedará un recuerdo habitual del paso de San Josemaría por Luján, uno de los pocos santos reconocidos por la Iglesia que ha visitado la Basílica, junto con el Beato Pío IX y San Luis Orione."

PD. La fotografía que he puesto es de un cuadro de Justo Luis R. Sánchez de Alba. Nada tiene que ver con esta noticia

jueves, 11 de junio de 2009

La ornitoterapia

Hoy he visto unos cuantos alcaudones como éste.
Es un pajarillo curioso que caza como una rapaz.

Me gustaría glosar los comentarios que aparecen en cada post, responder a las preguntas que suelen quedar en el aire, sacar punta a vuestras observaciones, casi siempre atinadas y sugerentes. Pero resulta que estoy en Riaza: la línea que me conecta a internet es pésima y oscilante: a veces parece que se acelera y, de pronto, me encuentro desconectado sin saber por qué. Subir una fotografía al blog puede ser más trabajoso que escalar una de las montañas que me rodean.

Además, Kloster, mi psiquiatra de cabecera, me ha recomendado que me someta periódicamente al tratamiento antineurosis que él mismo inventó: me refiero a la ornitoterapia.

Según Kloster, cuando uno se encuentra cansado o deprimido, tenso o irritado, con ganas de asesinar políticos en activo o de invadir Andorra con carros de combate, es necesario cumplir la recomendación evangélica: "mirad las aves del Cielo". Una buena excursión en busca de rapaces o un paseo por el bosque para ver fringílidos contribuye a devolvernos la cordura y a aplacar nuestros malos instintos. Y el tratamiento no tiene contraindicaciones ni hace daño al estómago.

Por eso, en cuando termine de escribir esta bobada, la programaré para que salga de madrugada y me iré al campo con los prismáticos al cuello.

Es posible que no vea nada interesante, pero el buen ornitómano no se desanima jamás.



miércoles, 10 de junio de 2009

El cárabo


Sigo en Riaza encerrado en el Albergue de Valdelafuente.‭ ‬Debería escribir algo en el blog,‭ ‬pero hasta ahora mismo no ha ocurrido nada digno de una reseña.‭ ‬He predicado,‭ ‬he dado dos clases,‭ ‬he confesado,‭ ‬y me he tomado un paracetamol,‭ ‬más que nada por comer algo.‭

Salgo al jardín.‭ ‬El cielo amenaza lluvia,‭ ‬pero ha cambiado el viento.‭ ‬Mi instinto‭ —‬que casi nunca acierta‭— ‬me dice que mañana llegará el verano.‭ ‬Si es así,‭ ‬al acabar el retiro que debo predicar,‭ ‬trataré de dar un paseo ornitológico por el hayedo de Riofrío.‭

Decido regresar a casa,‭ ‬pero,‭ ‬al dar la vuelta,‭ ‬oigo un ruido en el parterre que bordea el camino.‭ ‬Me detengo,‭ ‬giro la cabeza lentamente y allí esta:‭ ‬una rapaz nocturna fuera de sitio y de hora.‭ ‬Nada menos que un cárabo gordo y robusto como los de su especie.‭ ‬Mi presencia no parece alterarlo demasiado‭; ‬quizá es que no puede verme.‭ ‬Tiene los ojos entornados y mueve el cuello espasmódicamente.‭ ‬Se diría que le aprieta el cuello de la camisa.‭

El cárabo es un ave rechoncha de grandes pupilas negras.‭ ‬Quizá mida medio metro de altura,‭ ‬pero no tiene‭ “‬orejas‭” ‬como Homero,‭ ‬el búho real que preside mi blog.‭ ‬No es mi pájaro preferido,‭ ‬pero un ornitómano como yo debe levantar acta de estas cosas.

Lo tengo a menos de tres metros.‭ ¿‬Qué hago‭? ‬Hasta hoy sólo había visto un cárabo y fue precisamente aquí,‭ ‬en este mismo jardín,‭ ‬hace quince o veinte años.‭

—Oye,‭ ¿‬tú no serás pariente de aquel otro‭…?

Nada.‭ ‬No contesta.‭ ‬Y eso que lo he dicho bien alto.‭ ‬Tampoco se asusta ni hace ademán de marcharse.‭ ‬Al fin,‭ ‬doy una palmada enérgica y levanta el vuelo.‭ ‬Me interesa ver el tamaño de las alas y de la cola.‭ ‬En efecto,‭ ‬las alas son cortas y la cola es un buen timón para navegar driblando a los árboles del bosque.‭

Regreso a casa.‭ ‬Kloster,‭ ‬que también me acompaña estos días,‭ ‬me pregunta si he sacado alguna enseñanza de mi encuentro con el cárabo.‭ ‬Le contesto que sí:‭ ‬mañana,‭ ‬en la primera meditación del retiro,‭ ‬contaré mi aventura ornitológica.

‭—¿‬Y qué dirás.

‭—‬Elemental,‭ ‬mi querido Kloster.‭ ‬Tengo que decirles que hemos de ser contemplativos en medio del mundo.‭ ‬Y aprender a contemplar a los pájaros (lo digo completamente en serio) puede ser un buen principio.

martes, 9 de junio de 2009

40 de mayo


Hoy es 4o de mayo y no me he quitado el sayo: mejor ponerme el jersey para dar un paseo por el jardín. Hace un frío estimulante en Riaza y llueve de vez en cuando aunque sin mucho entusiasmo. Los pájaros guardan silencio a la espera de tiempos mejores.

Ayer fui al pueblo por el solo placer de caminar y saludar a viejos conocidos; pero no vi a nadie. Comprobé que ha aumentado considerablemente el numero de inmigrantes. Los de origen árabe son legión. ¿Por qué extraños caminos habrán venido a parar aquí? Me dicen que tienen varias mezquitas en el pueblo.

Hoy, en clase, he hablado de la religión musulmana, una fe que trata de expandirse por el mundo entero y convertir a todos al islam. Al menos en eso nos parecemos; también los cristianos queremos conquistar el mundo, y tenemos nuestra guerra santa, una guerra de amor y de paz. Queremos que Jesucristo reine en cada hombre, en cada mujer. Y en la vida social, en las profesiónes, en los oficios; incluso en el taller de aquel carpintero con el que charlé unos segundos sobre las ventajas de la crisis para los que arreglan calzado.

Desde el pueblo al albergue de Valdelafuente hay dos kilómetros y medio; el primero lo hice caminando y rezando el rosario: aún era 39 de mayo y, por tanto, estaba a tiempo de hacer una romería. Algún avemaría fue para unos niños y niñas musulmanes que jugaban junto al parque. El coche me esperaba aparcado a mitad de camino.

lunes, 8 de junio de 2009

Riaza, Gento y elecciones


Comienza el baile del verano. Dentro de una hora el Polo, con la "itv" recién aprobada, enfilará la Nacional I camino de Riaza, en la ladera norte de la Sierra de Guadarrama. Allí tendré bastante trabajo y hasta es posible que los pájaros no me dejen dormir muy bien, pero ya estoy deseando llegar.

El blog no descansará. Aunque no lo parezca me dejo muchas cosas en el tintero cada día... Hoy, por ejemplo, he tenido mala suerte cuando he visto Gento, el gran Gento, el que fue mejor extremo izquierda del mundo, tratando de pedalear con sus 80 años sobre una bicicleta de niño ante la mirada perpleja de un chavalín que podría ser su biznieto.

-¡Qué tengo miedo! -decía-. Se me ha olvidado cómo funciona esto.

-Eso no se olvida. ¡Animo, don Francisco; es más fácil que correr la banda!

-No sé, no sé...

-Si me deja que le saque una foto, se la vendemos al Marca y nos forramos.

-Haga usted lo que quiera.

Eché mano a la cartera en busca del teléfono móvil, pero me lo había olvidado en casa. No me lo perdonaré nunca.

Luego he tenido un retiro y un par de entrevistas interesantes en plena calle. Y hasta he pasado por mi colegio electoral para echar la papeleta en la urna.

Esta vez nadie me ha preguntado nada. Hace unos años sí: un dinámico encuestador se me acercó sonriente:

-¿Tendría usted inconveniente en decirme por qué partido ha votado?

-Por supuesto que sí, le contesté.

-¿Siiiií?

-Que sí tengo inconveniente. O sea, que no.

-¡Ah!



Los lunes, publicidad

No lo parece, pero es un anuncio del telemaratón que organiza cada año la televisión catalana.





Gracias, Paula, el video es espléndido.



domingo, 7 de junio de 2009

Fiesta de la Santísima Trinidad


Hoy ‬Dios nos habla de sí mismo. Nos revela que es Padre para que aprendamos a vivir como hijos suyos. ‬Nos revela que es Hijo para que comprendamos que en Él tenemos un hermano y un Amigo.‭ ‬Y nos revela que es Espíritu Santo,‭ ‬que es Amor escondido,‭ ‬capaz de vivir en lo más íntimo de nuestro ser, para que nos dejemos amar por Él.

Dios es el alma de nuestra alma,‭ ‬el corazón de nuestro corazón,‭ ‬el centro de nuestro centro.

Me decía hace poco una empleada del hogar:

‭—‬Le advierto que yo soy muy mala,‭ ‬muy mal bicho.‭ ‬Tengo muy mala idea‭…

Y al ver que me reía porque la conozco bien,‭ ‬insistió:

‭—‬De verdad.‭ ‬Soy capaz de cualquier burrada,‭ ‬hasta de clavarle un cuchillo por la espalda.‭ ‬En el fondo,‭ ‬fondo,‭ ‬soy terrible.

‭—‬Pues mira más al fondo todavía‭ —‬le contesté‭—‬,‭ y descubrirás allí al Espíritu Santo que es quien te hace ser tan sincera.‭ ‬Con una persona tan mala como tú yo voy al fin del mundo.


sábado, 6 de junio de 2009

Jornada de reflexión



"El primer servicio que presta la fe a la política es liberar al hombre de la irracionalidad de los mitos políticos, que constituyen el verdadero peligro de nuestro tiempo. Ser sobrios y realizar lo que es posible en vez de exigir con ardor lo imposible ha sido siempre la cosa más difícil; la voz de la razón nunca suena tan fuerte como el grito irracional. El grito que reclama grandes hazañas tiene la vibración del moralismo; limitarse a lo posible parece, en cambio, una renuncia a la pasión moral, tiene el aspecto del pragmatismo de los mezquinos. Sin embargo, la moral política consiste en resistir la seducción de los grandilocuentes con la que se juega con la humanidad, el hombre y sus posibilidades. No es moral el moralismo de la aventura que pretende realizar por sí mismo lo que es de Dios. En cambio sí es moral la lealtad que acepta las dimensiones del hombre y lleva a cabo, dentro de esta medida, las obras del hombre. No es en la ausencia de toda conciliación, sino en la misma conciliación donde está la moral de la actividad política".
J. Ratzinger, Iglesia, ecumenismo y política, BAC, Madrid 1987, 163-168.

La mujer invisible

No dejéis de ver este espléndido video que me envía Paula. El texto que inserto al final no es un comentario, sino una feliz coincidencia.



"...Tenía la costumbre de salir de paseo por la orilla del Arlanzón, mientras conversaba con ellos, mientras oía sus confidencias, mientras trataba de orientarles con el consejo oportuno que les confirmara o les abriera horizontes nuevos de vida interior; y siempre, con la ayuda de Dios, les animaba, les estimulaba, les encendía en su conducta de cristianos. A veces, nuestras caminatas llegaban al monasterio de las Huelgas, y en otras ocasiones nos escapábamos a la Catedral.

Me gustaba subir a una torre, para que contemplaran de cerca la crestería, un auténtico encaje de piedra, fruto de una labor paciente, costosa. En esas charlas les hacía notar que aquella maravilla no se veía desde abajo. Y, para materializar lo que con repetida frecuencia les había explicado, les comentaba: ¡esto es el trabajo de Dios, la obra de Dios!: acabar la tarea personal con perfección, con belleza, con el primor de estas delicadas blondas de piedra. Comprendían, ante esa realidad que entraba por los ojos, que todo eso era oración, un diálogo hermoso con el Señor. Los que gastaron sus energías en esa tarea, sabían perfectamente que desde las calles de la ciudad nadie apreciaría su esfuerzo: era sólo para Dios. ¿Entiendes ahora cómo puede acercar al Señor la vocación profesional? Haz tú lo mismo que aquellos canteros, y tu trabajo será también operatio Dei, una labor humana con entrañas y perfiles divinos."

San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, n.65


viernes, 5 de junio de 2009

Vicente Garín se nos ha ido al Cielo



Con
estas palabras acaban de comunicármelo desde Gaztelueta. A partir de ahora me encomiendo a mi profesor y rezo por él, consciente de que mi oración, y la de todos, será "de ida y vuelta": volverá a nosotros convertida en gracias abundantes.

Descanse en paz.

Match ball



El campeón ya ha hecho lo más difícil y ahora debe concluir la faena. Toma la pelota con la mano izquierda y la acaricia con los dedos mientras calcula en qué punto exacto de la pista debe colocarla con toda la fuerza de su brazo. Está cansado, pero sereno: han sido más de tres horas de lucha imponente contra un rival incómodo e incansable. Ha peleado cada juego, cada punto, sin entregar ninguno, a pesar de los gritos desaforados de un público hostil, del sol inclemente que ha contribuido a aumentar su fatiga y de las piernas de su contrincante que parecían llegar a todas partes en décimas de segundo.

La prensa ha hablado de su “fuerza mental”, de su legendaria capacidad de concentración, que es su mejor arma, y hoy, al llegar a este set ball, match ball, sabe que todo está a su favor. La bola que sujeta en la mano puede ser la última; debe serlo, para terminar de una vez.

El campeón se seca con la muñequera una gota de sudor que le cae por la frente y realiza dos o tres movimientos rituales que todos conocen bien y que incluso han parodiado muchos en el circuito: levanta un poco de tierra con su pie izquierdo, mueve la cabeza como una peonza en todas las direcciones y, en voz muy baja, repite una palabra-talismán que nadie conoce. Se hace silencio en la pista.

Ahora mira a su joven rival. Es un chiquillo de 18 años que está contento por haber llegado hasta aquí: perder en el quinto set contra el número uno vale casi tanto como una victoria. El chico devuelve la mirada al campeón y sonríe. Es una sonrisa de resignación y hasta de agradecimiento, pero el número uno se desconcierta. ¿De qué se ríe ese niño?

De pronto el campeón tiene miedo. Piensa que los espectadores están allí para reírse de él cuando se hunda en el último momento. Se ve viejo, incapaz de levantar la raqueta. Le pesan los brazos y tiembla como una hoja. El corazón se le acelera aún más y la ansiedad se convierte en pánico. Recuerda entonces lo que oyó en Italia al terminar un torneo:

– “la paura di vincere”, el miedo a ganar, es el peor enemigo.

En el momento de lanzar la bola, el campeón ya sabe que todo está perdido.


Kloster

Bochorno


Según el diccionario, la palabra “bochorno” deriva de “vulturnus” o viento del este. No sé por qué lo he consultado; quizá para tener algo que decir en estas dos primeras líneas.

El bochorno me anestesia la sesera, atrofia mi escaso ingenio y me produce un sopor irresistible.

Dicen que el bochorno es la antesala de la tormenta; pero aquí llevamos tres días esperándola y no llega. Todo abrasa en Madrid; hasta esa luna casi llena que se ha sumergido en la fuente de los delfines y está calentando el agua.

Si al menos vinieran las tórtolas... Pero en mi barrio sólo gritan los vencejos: han tomado el Ministerio de Industria y alborotan como políticos en campaña.

Mañana, menos mal, será día de reflexión. Sólo hablará la tormenta.


jueves, 4 de junio de 2009

Azul-Grana

En la misma terraza de la misma cafetería...



Tenía en pelo rojo como un incendio y bebía un líquido de color azul. No sé cual de los dos colores me fascinó más: si el del tinte para el cabello o el del veneno que libaba la buena mujer. Tendría cincuenta o sesenta años y estaba rolliza y saludable.

Nunca he bebido un líquido azul ni he tenido un pelucón rojo. La miré con envidia. Si no hubiese estado tan cerca el viejo escritor...

Sobre el plato había una croqueta enorme.

Tal vez era un homenaje al Barça.



El pedestal



Cada tarde lo veo sentado en la terraza de la misma cafetería y siempre lleva la voz cantante en el grupo de amigos que lo acompañan. Escribe en algún periódico importante, tiene un premio Nadal y, si no me equivoco, ha hecho teatro e incluso cine. Seguro que en Google estará su biografía, pero no me apetece buscarla.

Hace tiempo leí unos poemas suyos que me dejaron un regusto amargo. No quise saber nada más de él: uno tiene derecho a elegir a sus poetas de cabecera. Sin embargo su imagen inconfundible está bien grabada en mi memoria. Será por haberlo visto en televisión.

Hoy, como ayer, he pasado a su lado, y al llegar a su altura le he oído una blasfemia gratuita. Al girar instintivamente la cabeza se han cruzado nuestras miradas; la suya, fría, indiferente. La mía, asombrada y un poco triste: el viejo escritor se me ha caído de su pequeño pedestal. La altura era escasa; supongo que no se habrá hecho daño.


miércoles, 3 de junio de 2009

Vicente Garín

Vicente aquí viste de gris

Estaba en pie, junto a la puerta del chalet. Era rubio y muy joven; llevaba una chaqueta marrón de sport, pantalón gris y unas gafas elegantes sin montura. Se diría que nos estaba esperando. Mi hermano Manolo y yo llegábamos por primera vez a “Gaztelueta”, el que habría de ser nuestro colegio durante los años siguientes, y Vicente nos preguntó nuestro nombre, nos dio la mano como si fuéramos personas mayores y nos invitó a pasar. Aquel saludo cordial y respetuoso puede parecer poca cosa, pero fue la primera lección que recibí en el colegio.

Vicente tenía entonces 29 años recién cumplidos. Valenciano y con la carrera de Ciencias Químicas apenas estrenada, se dejó embarcar en una aventura pedagógica y también apostólica que estaba destinada a cambiar muchas cosas en la enseñanza Media en España. Eran muy pocos los que la comenzaron y todos demasiado jóvenes para no ser audaces; casi ninguno había cumplido los treinta años: Isidoro Rasines, José Luis González Simancas, Antonio Salgado, Wladimir Vince, José Antonio Sabater, Pedro Plans, Jesús Urteaga, Álvaro Calleja… Va siendo hora de hablar de cada uno, con la discutible objetividad de un antiguo alumno que sólo guarda buenos recuerdos de aquellos grandes maestros.

Vicente nos enseñó la casa; nos leyó y tradujo la inscripción latina que aparecía en el frontal del altar de la capilla: “Vidimus stellam eius in Oriente et venimus adorare Dominum”; nos explicó el sentido de aquel misterioso lema que rodeaba el escudo de Gaztelueta, “sea nuestro sí, sí; sea nuestro no, no”, y, antes de despedirnos, nos pidió que le ayudásemos a montar una lámpara de cristal, una especie de rompecabezas que nos llevó casi una hora. Nuestra ayuda fue más bien un estorbo, pero lo pasamos la mar de bien con aquel insólito profesor que lo mismo daba lecciones por los pasillos que jugaba con unos críos como yo mismo.

Pasó el tiempo y Vicente no envejecía; crecía con nosotros. Cuando tuve un accidente muy grave que a punto estuvo de costarme la vida, Vicente estuvo a mi lado. Ahora le pido perdón por haberlo llenado de sangre aquella tarde.

El cabello rubio fue blanqueándose sin que apenas nos diéramos cuenta, pero no perdió un ápice de su elegancia ni de su señorío. No fue el profesor más brillante, ni el más popular; pero se hacía difícil no quererlo. Quizá era un poco tímido, no lo sé. Tal vez es que sabía embridar su corazón para que no se le fuera con los centenares de alumnos que pasaron por sus clases.

Sólo un día lo vi emocionarse. Yo acababa de ordenarme sacerdote y aparecí  en Gaztelueta para celebrar mi primera Misa solemne. Vicente estaba de nuevo de pie junto a la puerta del chalet. Juraría que también entonces tenía una chaqueta marrón y unas gafas sin montura. Me vio llegar y no dijo ni una palabra; sólo un abrazo largo y muy fuerte. Al soltarme le miré a los ojos y me lo dijo todo en aquella mirada.

Vicente sigue en Gaztelueta desde 1951; pero hoy he recibido un mail: está muy grave. Si no hay un milagro se nos irá en pocos días o en pocas horas. Tiene 86 años. El Señor le está esperando en el Cielo para darle un gran abrazo como el que me dio a mí en 1969.

Acabo de celebrar la Santa Misa y lo he tenido muy cerca.