martes, 30 de septiembre de 2014

A Dulcinea del Toboso


La mirada que embellece


Señora del Toboso, Emperatriz de la Mancha, idolatrada Dulcinea, dueña del corazón más noble e indómito que conocieron los siglos: el de el Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, también llamado "el Caballero de la Triste figura";  permíteme que hoy me postre a tus pies y que, después de confesar que no hubo ni habrá en las Españas nadie que te iguale en hermosura, revele a los cuatro vientos el profundo secreto de tu belleza.
Miguel de Cervantes, que fue el mejor cronista de las aventuras y desventuras de tu Señor, no supo apreciar tu garbo y donosura. Es cierto que no te deshonró con su prosa, pero te presentó torpemente a los lectores, sin guardarte el respeto debido:
Así lo relata en el primer capítulo de su libro: …y fue a lo que se cree  que en un lugar cerca del suyo, auía una moza labradora de muy buen parecer, de quien en un tiempo anduvo enamorado (aunque según se entiende ella jamás lo supo ni se dio cata dello). Llamábase Aldonza Lorenzo, y a éste le pareció bien darle el título de señora de sus pensamientos.
Acierta Cervantes al insinuar que en la vida de un caballero andante no puede faltar nunca una dama. ¿Qué sentido tendría salir a los caminos, solo, cabalgando a lomos de un jamelgo, para liberar cautivos, enderezar entuertos, batallar contra gigantes y escapar de las trampas y hechizos de malandrines y encantadores, si el caballero no tuviese tatuado en la piel del alma el retrato de su Reina?
Debemos decir por tanto, hermosa Dulcinea, que tu Señor Don Quijote amó primero el ideal de una vida de caballero y creó un escenario, un entorno mágico del que tú formabas parte, para que esa vida fuera posible. No te aflijas si te digo la verdad: no fue tu amor lo que llevo a Don Quijote a la aventura; fue la aventura la que le llevó al amor.
No pienses que eso te sitúa en un segundo plano. Don Quijote, al entregarse sin condiciones a su vocación de aventurero trotamundos, recibió de lo alto una mirada limpia como su espada e irresistible como la fuerza de su brazo. Tú te dejaste abrasar por ese fuego, el más ardiente y enamorado que haya existido en Castilla, y supiste que la mirada del caballero había producido el milagro: tu cuerpo de aldeana se transfiguró por mor de tu alma de princesa. Eras Aldonza Lorenzo, "moza de chapa, hecha y derecha, y de pelo en pecho", según la tosca descripción que de ti hizo el bueno de Sancho Panza; pero bastó  la chispa del amor para que apareciera Dulcinea del Toboso con todo el esplendor de una reina.
Te confieso, querida Dulcinea, que, mientras escribo estas líneas con la esperanza de que puedas leerlas en el Cielo de la literatura, me invade un punto de melancolía. En el siglo XXI, que es la época que me ha tocado vivir, esas miradas limpias y embellecedoras están en serio peligro de extinción. Don Quijote nunca osó describir vuestra anatomía. Habría sido una vulgaridad impropia de un caballero. No sé si eres alta o menuda, de rubios y luminosos cabellos o morena azabache. Por no hablar de otros pesos y medidas tan frecuentes ahora en el mercado donde se trafica con lo que llaman amor.
Siempre ha habido miradas que envilecen a quien las lanza y humillan a quien las recibe. Hay miradas torpes, babosas, que confunden el deseo más elemental con el amor más sublime, y me temo que en eso estamos. Hombres y mujeres de este siglo parecen resignados a ser sólo objetos de deseo o animalitos de exposición.
Me decía un amigo que se había enamorado de su novia —una chica de familia adinerada— "sobre todo por sus piernas".
—Más vale que te enamores por su patrimonio —le contesté—: te durará más.
Me avergüenza haber escrito este último párrafo. No me lo tengas en cuenta, hermosa Dulcinea. Además aún siguen existiendo esas miradas que hermosean, ennoblecen y hasta acercan a Dios, que es todo Amor. ¡Las he visto tantas veces!¿Acaso no es la santidad sólo dejarse mirar por Dios? 
Recuérdame, princesa, que escriba sobre esto en un próximo e-mail?
 

lunes, 29 de septiembre de 2014

Resumen de la ceremonia de beatificación


Demasiado breve para mi gusto, éste es el vídeo-resumen que se encuentra en la web del Opus Dei.

domingo, 28 de septiembre de 2014

"Obsesionados" con el aborto



Me confieso "obsesionado" yo también. Y si sirviera para algo, escribiría todos los días sobre esta lacra que está corrompiendo la entera civilización occidental.
Ayer, con motivo de la gran fiesta de la beatificación de don Álvaro, un muchacho peruano me dijo  que le gustaba Madrid, pero que le parecía una ciudad triste:
--Se ven muy poco niños --añadió--. Y es un síntoma muy malo.
Al final de nuestra conversación me pidió que rezara para que Perú no siga el mismo camino y se acabe pareciendo a España.
El artículo que reproduzco a continuación es de Juan Manuel de Prada, y, aunque no afronte directamente este asunto, creo que algo tiene que ver.
Vale la pena leerlo entero.


¿Tú también eres mascota? ¡Qué bien; igual que yo!


AL fondo del aborto, como en general de lo que Juan Pablo II –¡ay, aquellos Papas «obsesionados» con el aborto!– llamó en Evangelium Vitae "cultura de la muerte", subyace el problema de la libertad humana, antaño concebida como un don divino que nos permitía elegir moralmente y renunciar al mal. Con este concepto de libertad acabaría el liberalismo, que al modo pagano volvió a hacer del hombre la medida de todas las cosas, exhortándolo a deshacerse de todo cuanto lo limita en el proceso de fortalecimiento de su «yo»: así, en aras de ese «yo» soberano y autónomo, se exaltaron los deseos más torpes y las ambiciones más egoístas; y el Estado se vio obligado a garantizar su plena y omnímoda «realización».
A esta libertad que «exalta al individuo aislado de forma absoluta» la calificaba Juan Pablo II en la encíclica citada de «perversa». Y Benedicto XVI –¡otro Papa «obsesionado» con el aborto!– remachaba que «esta es la rebelión fundamental que atraviesa la historia, y la mentira de fondo que desnaturaliza la vida». Desde que esta rebelión adquiriese carta de naturaleza política, mediante una doctrina liberal que consagra la autonomía de la voluntad y una libertad de conciencia desarraigada de un orden moral objetivo, declararse «antiabortista» sin atreverse a atacar los cimientos ideológicos que permiten y auspician el aborto es como arar en el mar, porque la consecuencia inevitable de esa libertad perversa es la pérdida del sentido de la inviolabilidad de la vida humana. Y cuando el bien supremo de la vida es supeditado a la libertad individual, es inevitable que se imponga una consideración meramente funcional y utilitaria de la vida, que así queda despojada de su dignidad; y todavía más si esa vida humana es todavía gestante. La vida gestante deja de ser un fin en sí mismo para convertirse en un medio o instrumento para beneficio de otros; y así, la verdadera ética de la dignidad de la vida humana es suplantada por una falsa ética de la «calidad» de la vida humana, una calidad que es medida por criterios de utilidad. Sólo si una vida es útil, si es «deseada» o «ambicionada» por otros en razón de su utilidad, esa vida tiene valor; de lo contrario, podemos disponer de ella a nuestro antojo.
Pero las acciones moralmente erróneas, aunque puedan parecer útiles en un principio, aunque nos reporten beneficios inmediatos, acaban arrastrándonos inexorablemente a la ruina moral; cuando la cultura de la muerte se impone como una conquista de la libertad, nuestra propia condición humana se debilita hasta perecer. Y así los hombres, sobornados por un poder manipulador que les concede una libertad perversa, acaban convirtiéndose en esclavos de esa libertad, como Fausto se convertía en esclavo de Mefistófeles. Por supuesto, la sofística contemporánea empleará coartadas emotivas y pretendidamente altruistas (¡el aborto es un drama para la mujer!) en su propósito de facilitar este eclipse de la conciencia moral y de adecentar las aberraciones más impías. Y los medios de adoctrinamiento de masas presentarán a quienes osen pronunciarse contra esta cultura de la muerte como oscurantistas desalmados y enemigos de la mujer o la solidaridad humana.
Ocurre esto mientras la Iglesia, cada vez menos «obsesionada» con el aborto, se está convirtiendo en mera «animadora de la democracia». Y a los católicos, convertidos en cándidos mamporreros de la cultura de la muerte, no nos queda otro remedio (risum teneatis) sino votar a los modositos liberales de derechas, no sea que vengan los tremendos liberales de izquierdas, que tienen cuernos y rabo.

Todos estuvimos allí

Hoy, la imagen que cuelgo del globo es demasiado grande. No importa. Al contrario. Yo estaba allí, y vosotros también.


viernes, 26 de septiembre de 2014

Faltan pocas horas para la beatificación

...Y en Madrid hay ya una multitud de peregrinos que se hacen notar. 
Estos son los últimos vídeos sobre don Álvaro: un centenar, para echar la tarde.

El Hogar



He vuelto a Madrid. Esta mañana ha sonado el timbre familiar de un complicado despertador que nunca viaja conmigo. He tardado un par de segundos en situarme en el espacio y en el tiempo, pero al fin he logrado levantarme de la cama sin lanzarme contra la pared como otras veces.
Después de celebrar Misa vuelvo a la habitación, hago la cama, ordeno la ropa, libero el escritorio de todos los elementos superfluos, meto en el armario los bártulos del lavabo, pongo en orden las toallas y, después de asegurarme de que todo está en su sitio, me dispongo a salir para hacer unas gestiones en el centro de Madrid.
Regresaré a las 12 y volveré a entrar en mi dormitorio. Algo habrá cambiado como siempre, pero no sabré qué. Quizá sea la persiana, que estará un poco más caída. Tal vez el edredón esté mejor alineado; o acaso el búho, que me mira desde lo alto del ordenador, haya girado sobre sí mismo. El aroma, muy tenue, me confirmará que, en estas dos horas de ausencia, han pasado por aquí unas manos femeninas llenas de sabiduría.
¿O habrá sido un ángel?

miércoles, 24 de septiembre de 2014

En vísperas de la beatificación

Aquí estará el altar

Los últimos preparativos

"El confidencial digital" ha editado este vídeo en el que se recogen los últimos trabajos de cara a la beatificación de Don Álvaro. Sólo faltan tres días.
 
 

En vísperas de la beatificación

Estos día me llegan tantas cosas: vídeos, artículos, testimonios, favores del próximo beato... También algún escupitajo, siempre anónimo, por supuesto. Por regla general no cuelgo del globo casi nada, pero este vídeo chileno me ha gustado especialmente:

"Un bel morir..."

Cuando se anunció ayer la marcha atrás del Presidente de Gobierno por un puñado de votos y la posterior dimisión del Ministro de Justicia pensé que debería escribir un artículo.Luego caí en la cuenta de que los miércoles suele publicar su columna Enrique G-M. Valía la pena esperar un poco. Aquí la tenéis.

martes, 23 de septiembre de 2014

En vísperas de la beatificación


Desde Colombia me llega este anuncio. Ya se ve que en América no renuncian a asistir a la ceremonia, aunque tengan que recurrir al satélite,

domingo, 21 de septiembre de 2014

Empieza el desfile

Me dicen que han llegado los sudafricanos. Gracias a Dios tienen un guía suficientemente preparado que les enseñará la casa con todo detalle. Yo me quedo inmóvil en mi lugar de trabajo: la gran mesa del cuarto de estar.
Ya están aquí. Los veo a través de la ventana. Ahora se detienen y el guía les explica algo. Tal vez les cuente que exactamente en ese lugar, San Josemaría tuvo montones de tertulias con sus hijos del España en los años 40 y 50.
Acaban de entrar. Los saludo y toman asiento en las butacas que hay junto a la chimenea. El guía les explica la historia de Molinoviejo. Un nigeriano gigantesco llamado Andrew traduce al inglés.
Yo disimulo, pero les saco una foto.

sábado, 20 de septiembre de 2014

Huellas de santos





Me anuncian que algunos grupos de viajeros llegados de todo el mundo para la beatificación de don Álvaro, vendrán a Molinoviejo durante los próximos días para visitar la ermita, la casa antigua, el viejo oratorio y las habitaciones que ocuparon San Josemaría y don Álvaro.
Esta casa sigue viva; no es un museo ni un santuario. Ahora mismo la ocupamos un par de sacerdotes, que atendemos sendos cursos de retiro de mujeres; pero en cada rincón se adivinan las huellas de muchos santos.
Escribo estas líneas en la mesa que sirvió a don Jesús Urteaga para escribir "El valor divino de lo humano", y dentro de unos minutos haré mi oración junto al precioso Sagrario que encargó el Fundador de la Obra como primera piedra de la casa de retiros.
Es natural; si yo viviera lejos de aquí, también pasaría por Molinoviejo. 



viernes, 19 de septiembre de 2014

"Es lo que tiene"



Hace mucho que no cuelgo aquí alguna frase boba del neo-castellano que gastamos últimamente.  
Ocurrió hace varios meses. Estaba yo en la calle Lagasca de Madrid y trataba de obtener un tiquet para estacionar el coche de acuerdo con las normas municipales. Al fin localicé un parquímetro, pero, cuando me dirigía hacia allí, un tipo joven, mal trajeado, alto como una torre y flaco como un lobo, me adelantó por la izquierda a toda velocidad y llegó a la máquina un segundo antes que yo.
—Te he ganado —dijo, volviéndose hacia mí—.
—No sabía que hiciésemos una carrera —respondí—.
—Aquí cada uno va a lo suyo.
—Ya veo.
—Es lo que tiene…
Mientras el tipo buscaba monedas en el bolsillo repetí en voz baja esas cuatro misteriosas palabras. "Lo que tiene...," ¿quién? Es evidente que no significan nada. Son sólo una manera tonta de concluir una conversación sin salida.
De pronto el chaval se dirigió a mí de nuevo:
—Oye, ¿tienes cambio de diez euros?
—Probablemente.
Como no hice el menor ademán de comprobarlo, el pobre chico no tuvo más remedio que ir a una tienda próxima en busca de monedas.
—Es lo que tiene —le dije sonriendo—.
Ignoro si la frase estaba en su contexto adecuado.
  

jueves, 18 de septiembre de 2014

Publicidad

De regreso a Madrid, me decido a reanudar la costumbre de poner, al menos, un anuncio cada semana. María Cecilia me envía éste desde Uruguay. Ella dice que es un poco meloso, pero a mí me gusta la miel.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Por un puñado de votos



Clint Eastwood empezó a ser famoso hace cincuenta años gracias a un western rodado en España que se titulaba "Por un puñado de dólares".
Clint era entonces un famoso "cazarrecompensas" apodado Joe, que cobraba por detener, vivos o muertos, a los delincuentes más perseguidos por la justicia.
Matar o morir por un puñado de dólares no es cosa insólita. Ahora mismo leo en la prensa que el Partido Popular retirará la reforma a la ley del aborto porque su aprobación le restaría algunos votos.
Yo sé que esa posible reforma no eliminaría por completo el problema. La plaga infanticida del aborto provocado sigue extendiéndose como la pólvora; pero me pregunto cuántos niños se salvarían de la muerte si se aprobara esa tímida reforma.
Bueno, pues ni eso: nuestras maduras y civilizadas democracias siguen matando impunemente por un puñado de euros. O de votos, que es lo mismo.
La segunda película de aquella famosa serie se tituló "La muerte tenía un precio"; un precio bien barato. La muerte está en rebajas.


martes, 16 de septiembre de 2014

Los viejos del lugar

Pues va a ser verdad lo del cambio climático. En Getxo la temperatura mínima ha superado esta noche los 20 grados y la agencia de meteorología nos amenaza con 33 para las cuatro de la tarde.
El Serantes se despojó hace días de los cuatro harapos de nubes que lo abrigaban y se recorta en el cielo, nítido y luminoso. El viento sur ha anulado la brisa del mar y la radio empieza a dar la matraca con la consabida afirmación de que "los más viejos del lugar no recuerdan una ola de calor semejante en pleno septiembre".
Los más viejos del lugar nunca recuerdan nada. No sé por qué les preguntan. 

lunes, 15 de septiembre de 2014

La Boda de Sol y Gonzalo


Este globo es también un diario, una serie de recordatorios que guardo para no olvidar las fechas y otras circunstancias de mil pequeños acontecimientos de mi trabajo como sacerdote.
Ahora caigo, por ejemplo, en que no he hablado de la boda de Sol y Gonzalo, que celebré el sábado por la tarde en la preciosa iglesia de San Antonio de los Alemanes. Ahora estarán de viaje (los novios, no los alemanes), creo que camino de Nueva Zelanda y de Australia. Se conoce que no han encontrado un lugar más lejano; pero prometieron solemnemente invitarme a comer en su casa  "a la vuelta".
¿Qué pintaba yo en esa boda? La culpa es de Lichi y Amparo, los padres de Gonzalo, que llevaban varios meses persiguiéndome para que oficiara la ceremonia. Es lógico: Lichi, si los cálculos no me fallan, es alumno de la cuarta promoción de Gaztelueta, mi colegio. Allí estaban también Alfredo, que es de la tercera, y Alfonso, el tipo más listo y trabajador de la primera promoción. Como yo soy de la segunda…, pues eso; no pude decir que no.
Además estaba Tadea, también hija de Lichi, que fue alumna en Aldeafuente. Aún tengo a la vista en el escritorio de mi habitación el recordatorio de su primera Comunión. No me preguntes por qué, Tadea, pero siempre pensé que tenía que encomendarte de una forma especial. Ahora, al verte en la boda de tu hermano, recién llegada de Sudáfrica, donde vives con tu marido desde hace años, creo que ya puedo guardar el recordatorio en un cajón y sustituirlo por otro.
¿Qué más debo anotar aquí y ahora? Sí, por supuesto; que Sol es —y estaba— guapísima y que Gonzalo trataba de disimular los nervios. Que Lichi estaba aún más nervioso que el novio, y Amparo, la madrina, tocada con una peineta española, parecía la hermana mayor de Gonzalo.
Por último, hice el propósito de volver a la Iglesia de San Antonio para verla con calma. Es una verdadera joya del barroco madrileño, pequeña, de planta elíptica —una de las pocas que hay en España—, y pintada al fresco en su totalidad, tanto la cúpula como las paredes, como una diminuta Capilla Sixtina.
Por lo demás, todos salieron muy contentos de la ceremonia, empezando por el oficiante. 

domingo, 14 de septiembre de 2014

En vísperas de la beatificación (III)

 Aquí será la fiesta
Loreto, que a veces se esconde detrás de un nick, hoy da la cara y me dice lo siguiente:
Le escribo para solicitarle un favor "divulgativo".
No sé si le hará llegado por otro sitio pero estoy echando una mano a 3 amigos míos que se han "liado" la manta a la cabeza (ellos y sus mujeres y sus cuñados y sus amigos....) con la idea de hacer algo tanto para celebrar y dar a conocer mejor la figura de D. Álvaro como para aportar fondos para el Proyecto de Tierra Santa.
El asunto es que han montado una fiesta familiar (para niños de 0 a +100) para el próximo día 20 de septiembre, en una finca preciosa al lado de Chinchón. Los precios son muy, muy asequibles y habrá Paella Familiar, juegos, deporte, otras actividades, un concierto pop de un grupo de gente joven y cena.
Comienza a las 12. El Programa comienza con la celebración de la Santa Misa. Toda la información está en esta dirección 
Ahí las personas que quieran asistir deben inscribirse y el pago se puede hacer después. La Inscripción es importante para que puedan calcular bien todo lo necesario (sobre todo el número de gambas para la paella, supongo)
Si lo puede comentar a sus gentes, genial. Y si puede encomendar que todo salga bien y que se apunten muchas personas, pues....más genial aun.

En vísperas de la beatificación (II)

¿Recuerdos?
Ayer aludí a los "recuerdos de don Álvaro" que conformaron una de las últimas tertulias de la convivencia de sacerdotes en la que he participado. Dije, entre otras cosas, que yo guardo en mi caletre docenas de esos recuerdos y que los voy contando poco a poco, por orden y con medida, en los cursos de retiro y convivencias que atiendo casi ininterrumpidamente.
Se veía venir. Hoy las más asiduas al globo (siempre son "ellas") me piden que cuelgue aquí esos recuerdos para compartirlos con todos. No voy a hacerlo por dos razones que trataré de explicar.
Hay anécdotas mínimas, pequeños detalles tan "de familia" que necesitan un contexto propicio para ser entendidos y valorados adecuadamente. En el ámbito más íntimo de una familia es posible compartir historias, relacionarlas con otras que relatarán los demás y evocar entre todos  la figura inolvidable de quien fue parte importante de nuestras vidas.
¿Colgarlos del globo? Tiene razón Cordelia cuando afirma que sería necesario escribir un libro; pintar un retrato, una buena semblanza de don Álvaro y crear en el lector el clima adecuado para que cada anécdota tenga luz propia.
Por otra parte, nada puede sustituir a la palabra sonora; pronunciada, no escrita. Quiero decir que, en una meditación sobre la Santísima Virgen —es solo un ejemplo— me caben diez o doce detalles del próximo Beato que entenderán muy bien los que hagan conmigo ese rato de oración. El resto tal vez piense que son naderías, simplezas sin trascendencia alguna.
Así que  hago mío el cantar del Conde Arnaldos: "yo no digo mi canción sino a quien conmigo va" 

sábado, 13 de septiembre de 2014

En vísperas de la beatificación


Anteayer, después de la cena, los treinta y pocos sacerdotes que estábamos terminando la convivencia en Molinoviejo nos dedicamos a recordar en voz alta. Todos tenemos muy presente a don Álvaro y muchos conservamos bien guardados en la memoria pequeñas anécdotas, encuentros, detalles inolvidables relacionados con quien fue nuestro hermano mayor, primer sucesor de San Josemaría y, dentro de pocos días, Beato.
Abrió el fuego don Emilio, el mayor del equipo:
--En 1944 yo era un chaval y acababa de incorporarme a la Obra, pero pude asistir a su ordenación sacerdotal.  
Y, con una precisión admirable, puso en orden cada minuto de de aquella fecha histórica.
Luego habló Jesús, Pedro, Nacho y yo mismo, que probablemente tenga en mi mochila más recuerdos que la mayoría. No en vano los he ido poniendo en orden para ir contándolos poco a poco en los cursos de retiro que predico casi sin interrupción.
El tiempo de la tertulia se nos fue en un suspiro. Aún faltan trece días, pero la prensa local y digital empieza a hacer cálculos. Por ejemplo...




viernes, 12 de septiembre de 2014

¿Distintos?


Me escribe mi viejísimo amigo José María desde un pueblo de Gerona. Lo recuerdo bien, a pesar de que han pasado muchos años. Estudiamos juntos tercero y cuarto de Derecho en Barcelona.
—Europa termina en el Ebro —me dijo un día—.
Respondí con un leve gruñido de indiferencia y añadió mirándome a los ojos para ver qué cara ponía:
—Reconoce que los catalanes somos distintos.
—A mí me parecéis bastante normales —le contesté—.
Se enfadaba conmigo algunas veces porque los exámenes de la carrera eran casi todos orales y algunos catedráticos eran "castellanos": Jiménez de Parga. Albaladejo, Pérez Vitoria. Yo prefería siempre examinarme así, cara a cara, porque me defendía mejor que los catalano-hablantes.
—Es que nosotros somos distintos —insistía mi amigo—. Los castellanos abusáis del idioma.
—Yo no soy castellano; soy vasco.
—Es lo mismo…
Me gustaba escuchar sus lamentos y sus melancólicas versiones de la historia de Cataluña. Todo para terminar con la misma cantinela:
—Somos distintos.
Me fui a Sevilla y lo perdí de vista. Me dijeron que había dejado los estudios y se dedicaba a administrar el patrimonio familiar. Por algún tiempo nos felicitamos las Navidades, Pascuas y cumpleaños. La última vez, hace veinte o veinticinco años.
Ayer por la mañana volvió a dar señales de vida a través de un correo electrónico. Dice que encontró por casualidad un libro mío  —"pensar por libre"— y luego se entero de que tengo un blog.
"Estoy jubilado de todo —me escribe—. No leo la prensa, ni veo la televisión y cada vez me importa menos la política. Explícame cómo y por qué te hiciste cura y cuándo puedo acercarme a Madrid para contarte mis fechorías de estos últimos cuarenta años. En Cataluña parece que se han vuelto todos locos. Si nos proclamamos independientes, me exilio en Valencia. No somos diferentes. Nadie es distinto de nadie, ¿no te parece?
Le he respondido procurando no meterme en jardines ajenos: ¿Distintos? Todos somos distintos, José María. 



jueves, 11 de septiembre de 2014

¿Llegará el otoño?



Desengañaos, amigos; el año empieza en septiembre. Lo de enero es sólo un truco para prolongar las navidades y para que los españolitos terminemos con la cosecha de uvas. Después del 1 de enero no pasa nada; la gente sigue sin pegar golpe para superar la resaca. Septiembre, en cambio, es un mes serio, con su síndrome postvacacional, sus facturas pendientes y su cuesta, más empinada que ninguna otra.
El otoño, por cierto no empieza el 21; ha llegado ya a pesar de que en Castilla haga un calor de muerte. En Molinoviejo seguimos sudando como en julio. Ahora pienso que lo que escribí hace dos días sobre el cansancio era sólo la mezcla de dos sudores: el de Tenerife, que es un goteo constante atemperado por los vientos alisios, y el de Segovia que recuerda al de las calefacciones de Madrid, que resecan el aire y nos arrancan la humedad del cuerpo.
Superado ya el síndrome post vacacional, he empezado a preparar guiones para los cursos de retiro del curso 2014-2015. Como siempre, empiezo tratando de poner orden en el alud de ideas que me alborotan la calavera. ¿Por dónde empiezo? ¿Dónde encuentro un hilo conductor? ¿Repito las mismas anécdotas o "me invento" otras nuevas?
—No digas eso, colega; van a pensar que, en efecto, todas tus historias son producto de tu imaginación calenturienta. Incluso sospecharán que yo mismo no existo.
—Tranqui, Kloster. Tú eres tan real y sólido como Dulcinea del Toboso, la Emperatriz de la Mancha, a la que acabo de escribir un correo electrónico para que salga en el Mundo Cristiano de octubre.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Cansancio

 cansancio
A veces el cansancio llama a tu puerta de improviso, cuando no querrías recibirlo. Regreso a casa eufórico después de tantas experiencias inolvidables en Tenerife y, de pronto, comprendo que no puedo más.
Me viene a la cabeza un pasaje del Evangelio. Aquel día en que los 12 volvieron a encontrarse con el Maestro, tras una larga correría apostólica a la que habían ido "sin bolsa, sin alforja, sin calzado", y contaron a Jesús, llenos de entusiasmo, todo lo que habían logrado:
—¡Hasta los demonios se nos sometían en tu nombre!
El Señor les escuchó con una sonrisa y vio con claridad que, detrás de aquella euforia, aparecería el cansancio inevitablemente. Por eso les dijo:
—Venid conmigo a un lugar apartado para descansar un poco.
Y es que, según  San Marcos, "eran tantos los que iban y venían que no tenían tiempo ni para comer". Entonces tomaron la barca y se fueron al otro lado del lago con Jesús.
Más o menos es lo que he hecho yo. He cogido el cochecito y ya estoy en Molinoviejo, donde  he vuelto a leer el texto de Virgilio, ligeramente modificado, que está impreso en la sala de estar de la casa antigua. Dice así:
Deus nobis haec otia fecit, Erit ille nobis semper Deus.
A ver quién es el primer comentarista que se atreve a traducirlo e interpretarlo.
 
 

domingo, 7 de septiembre de 2014

Regreso a Madrid con Yohan y Miki


—¿Perdone, padre, sabe usted cuando embarcamos?
—En principio, dentro de veinte minutos.
Miro a mi interlocutor. Se trata de un chaval de menos de treinta años, moreno, guapo de almanaque, espigado, que viste de modo informal pero con buen gusto.
—¿Y saldremos en punto?
—Lo normal es que no nos retrasemos —le digo—. Ahora las compañías aéreas compiten por la puntualidad.
El muchacho asiente. Me cuenta que es cubano, lleva seis semanas en España y va a Madrid en busca de trabajo. En Santa Cruz lo encontró en seguida como cantante en un lujoso hotel-restaurante, pero ahora quiere ver qué posibilidades hay en la capital.
—Me llamo Johan García y canto cualquier cosa: música romántica, boleros, rap, música internacional… Por cierto, en España…, ¿se piensa mal de los cubanos?
—Al contrario; tenemos un prejuicio a favor. Nos caéis muy bien.
La conversación es corta, pero densa. Hablamos de religión, de fe y de música hasta el mismo instante en que llaman para embarcar al "grupo 1", que es precisamente el de Yohan.
—¡Nos veremos en Las Vegas! —me dice—.
Unos segundos más tardes oigo la vocecita de Marta:
—Oye, ¿me dices cuál es mi grupo?
Marta tiene 12 años y viaja con un gato en una jaula blanca de lujo.
—Se llama Miki.
—¿Es un gato canario o madrileño?
—Nació en Madrid y ha estado de vacaciones conmigo.
—¿Y viajas sola?
—Me esperan en Barajas. Aquí he estado con la familia de "mi-mejor-amiga", que se llama como yo.
Me cuenta que estudia en El Pilar y que saca buenas notas, pero en mates no. Sí, sabe muy bien que van a "hacer santo" a un sacerdote que estudió en el Colegio, que no recuerda cómo se llama, pero tiene el nombre en la punta de la lengua…
—A ver, enséñame la punta de la lengua… ¡Es verdad!: ahí pone "don Álvaro".
—Eso.
—Espero que vengas…
Ya en el avión veo pasar a Marta por el pasillo con la jaula del gato.
—Va-mos-al-baño-los-dos —me dice vocalizando mucho sin emitir sonido alguno. 


viernes, 5 de septiembre de 2014

Las maletas de la despedida pesan más

 Felipe y Paco, dos veteranos 
Termina la convivencia y mañana regreso a Madrid.
Dicen que están felices, que han disfrutado mucho y que salen con el espíritu renovado. No son unos chiquillos; algunos son mayores que yo, pero me piden que regrese a Tenerife el año próximo. Y nos sacamos fotos en el jardín con los teléfonos móviles.
Mientras preparo la maleta  —siempre lo hago con demasiada anticipación— repaso mentalmente la lista de los asistentes y pienso en lo que he aprendido de cada uno a lo largo de esta semana. También yo estoy contento porque veo que Dios sigue haciendo milagros cuando no le ponemos obstáculos.
Lo he escrito algunas veces aquí: cuesta muy poco vivir el sigilo Sacramental de la Confesión; los pecados son tristes y monótonos. Lo realmente difícil es reprimir las ganas de exultar de entusiasmo a pesar de este mundo serio, solemne, afligido y un poco estúpido que nos ha tocado en suerte.

jueves, 4 de septiembre de 2014

En busca del Paraíso (II)

Hace unos días puse aquí el primer capítulo de la historia de Samia, una chica que escapó de Camerún en busca de un futuro más digno. Ahora vive en una Casa de Acogida de Gijón y la están apoyando para que triunfe como cantante. 
 Aquí tenéis el capítulo segundo: 

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Un trozo de Europa junto al corazón de África

En el sur de Tenerife el sol ha reinado sin obstáculos al menos durante un mes. Desde Arona a veces se divisaba a lo lejos una nubecilla gris que trataba inútilmente  de abrirse paso entre las montañas. Luego, al anochecer, desaparecía.
Hace un par de días la nube dio un salto y ya la tenemos encima. No ha bajado la temperatura ni ha dejado caer una gota de lluvia, pero nos sirve de parasol y trae al caer la tarde una brisa húmeda, fría según los lugareños.
Estoy en plena convivencia con una veintena de canarios, profesionales maduros, la mayor parte de esta isla. Me la tomo como un descanso, porque estoy disfrutando y aprendiendo mucho del entusiasmo y capacidad de iniciativa de canariones y chicharreros. Me paso las horas escuchando sus historias y dejándome contagiar por su fe y su elocuencia.
Además tienen un corazón enorme que desborda el archipiélago y alcanza a la América del Caribe y a la Costa del África noroccidental: Mauritania, Guinea Konakry, Senegal, Sierra Leona… Muchos han comprendido que Canarias es un pedazo de Europa anclado  junto al corazón de África y sueñan con convertirse en un faro de civilización y cultura para aquella región, tan cercana. 
Y con la cultura, la fe, el Evangelio. Tienen razón: hay que dar alas a estas islas para que no se resignen a ser una meta turística de sol, playa y sangría. Canarias es una punta de lanza, y los canarios lo saben.

martes, 2 de septiembre de 2014

Las historias de don Fernando

El audífono


—Chico, creo que he resuelto mi problema. Acabo de comprarme un audífono. Me ha costado una fortuna pero es un prodigio de última generación basado en la tecnología más avanzada. Es perfecto.
—Como me alegro. ¿De qué marca es?
—Las dos y cuarto en  punto.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Un camarero de Balmaseda

En Tenerife no hay operación retorno ni operación salida. Aquí nos limitamos a dar la vuelta a la isla por la autovía, y por un momento uno se hace la ilusión de que estamos en la M 30 y el Teide es la Puerta del Sol. Sin embargo el final de agosto se ha notado, y mucho, en los aeropuertos. Me cuentan que han partido centenares de vuelos en todas las direcciones y, aunque siguen llegando turistas a la isla, ya no habrá otra "temporada alta" hasta Navidad.
Todo esto me lo contaba ayer un cuarentón natural de Balmaseda, camarero de Los Cristianos, que vino a Tenerife hace diez años para casarse con la que hoy es su mujer.
—Ella vale más que yo —asegura un tanto compungido—. Por eso ahora estamos un poco separados.
—¿Un poco?
—Ella quiere que nos divorciemos, pero tenemos tres niños y…, no me gusta. Yo sé lo que es vivir con una familia rota. Mis padres se separaron y mi madre se enrolló con un gilipollas.
En presencia del cura, se desahoga el camarero sin freno. Luego, sentados en la modesta terraza del bar, hacemos un plan de ataque para recuperar a la canaria.
—Es que ella vale mucho —insiste—. Trabaja en Movistar.
—Y tú eres vasco —le respondo—. Seguro que cocinas mejor que ella.
—Eso sí. Aquí no saben tratar el pescado.
Nos despedimos media hora más tarde, cuando empiezan a llegar los clientes.
—¿Usted "da Misa" por aquí cerca?
Volveremos a vernos antes de volar  a Madrid.