sábado, 4 de junio de 2011

Sonreír en la iglesia



En la Iglesia es preciso sonreír de vez en cuando:
ante la Santa Madre de Dios, alzada sobre la serpiente como si llevara tacones altos;
ante San Antonio, junto al que cuelgan los exvotos de hojalata cual máscaras mexicanas;
ante el escrupuloso, que no cesa de dar la tabarra al confesor musitándole sus cuitas al oído;
ante el seminarista enclenque, al que alimentan con el pecho de la teología;
ante los maridos, cuyos anillos chapalean en la pila del atrio cual dorados peces;
ante el sermón que concluyó antes incluso de haber comenzado;
ante quienes no viven las fiestas, sino que se limitan a rumiarlas;
ante el moralista, que durante la adoración sigue royendo el hueso de lo correcto;
ante los niños que se equivocan y comienzan a entonar:
―Ángel de la guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día;
ante esas cinco señoras delgadas y también ante esas cinco gruesas;
ante los enamorados que, al desmontar su corazón, encontraron el mecanismo del amor;
ante el existencialista, que, como zorro rojo, traslada sin cesar su soledad de un sitio a otro;
ante esa lágrima envejecida que se va secando sobre el confesonario;
ante el ideólogo, que recuerda a un “espanta-gentes”.

JAN TWARDOWSKI


8 comentarios:

Cordelia dijo...

Usted le está sacando un filón a este peazo poeta. Lo compro, lo compro, de verdad.
Ayer me reí yo en Misa por algo mucho más simple: un padre, con un bebé de días en brazos, que reclamaba, no el pecho de la teología sino el de su mamá.

Anónimo dijo...

Auténtico poeta que da en el clavo, es decir, en lo esencial

Vila dijo...

Buena inversión el susodicho libro. Lo debe estar demorando.

buen finde

Ma Goretti dijo...

Y ante los que van perdiendo, poco a poco, la paciencia con el crío que no para ni un segundo.
Me partí de risa en una ocasión en que el niño, señalando al señor de enfrente, en voz alta le dice a su madre:
-"mama, mama, este señor es calvo"
- silencio, le indica la madre muy suave
- ¡es que es muy calvo!

yomisma dijo...

Al pobre poeta se le quedó la sonrisa forzada...

Antuán dijo...

M ecostó encontrar al poeta no por simples curiosidad, queria saber más, polaco y sacerdote. De ese baul que tiene para impresionar, lo ha conseguido. No tiene desperdicio, no se sabe si ecscibió censurado pero hasta es capaz de iniciar la oración del ángel de la guarda ¡todo un puntazo!y hasta tiene su gracia con el ideolo espanta-gentes. Muy bueno, si señor. para un aprendiz. Adiosle

Anónimo dijo...

Me lo voy a comprar; escribe como los ángeles! Gracias. AC

Anónimo dijo...

Este sacerdote polaco es un genio, olé, olé y olé