jueves, 28 de septiembre de 2017

El tiempo libre

No es tiempo de huida.
Es tiempo de madurar, de crianza, de silencio, de espera.
Tiempo de intimidad en el amor, de soledad, de susurros, de risas contenidas.
Tiempo de apertura, de mirar a los que amas para descubrirlos por primera vez.
Tiempo de siembra, de dar vida a las viejas utopías que un día soñaste.
Tiempo de descanso, de esconder tu fatiga a la sombra del alma.
Tiempo de calcular los kilómetros andados y los que aun debes recorrer. 
Tiempo de abrazar a quien lo necesita, de hacer cosquillas a los tristes.
Tiempo de escuchar la melodía del viento, los  timbales del trueno, el goteo de la lluvia..., y las palabras de tus amigos
Tiempo de mirar los a ojos de los mendigos y descubrir en ellos la mirada de Cristo 
Tiempo de abrir la puerta al Dios-mendigo que balbucea cada día su llamada.
Tiempo de fe; de luz y de penumbra. 

8 comentarios:

goyo dijo...

Como el que se para ante un cuadro maravilloso en un museo y puede estar horas admirándolo en silencio,así me quedo ante estas lineas lo leo y lo releo y cada vez me dice más cosas. Yo sólo puedo dar gracias.

Unknown dijo...

Me encanto!

Cordelia dijo...

Gracias. No pare, por favor

Marita dijo...

Gracias

Cistina.V dijo...

Qué alegría !! Gracias don Enrique por volver.
He estado desde el jueves fuera de Madrid y al volver
me encuentro con esta belleza.
Gracias.
Ahora me pongo al día .

Antuán dijo...

Se le olvida: tiempo de alegrar a los niños, de dar de comer al hambriento y de beber que es lo que yo hago. También a los más mayores. Lo que se llama servicio. Con que poco se conforman y van y nos regalan unas gominolas. con un aplauso. Adiosle-pido

PTY dijo...

Excelente!!

Adaldrida dijo...

Es usted todo un poeta. El Dios mendigo... qué hallazgo