El tiempo libre
No es tiempo de huida.
Es
tiempo de madurar, de crianza, de silencio, de espera.
Tiempo
de intimidad en el amor, de soledad, de susurros, de risas contenidas.
Tiempo
de apertura, de mirar a los que amas para descubrirlos por primera vez.
Tiempo
de siembra, de dar vida a las viejas utopías que un día soñaste.
Tiempo
de descanso, de esconder tu fatiga a la sombra del alma.
Tiempo de calcular los kilómetros andados y los que aun debes recorrer.
Tiempo de abrazar a quien lo necesita, de hacer cosquillas a los tristes.
Tiempo de escuchar la melodía del viento, los timbales del trueno, el goteo de la lluvia..., y las palabras de tus amigos
Tiempo de mirar los a ojos de los mendigos y descubrir en ellos la mirada de Cristo
Tiempo
de abrir la puerta al Dios-mendigo que balbucea cada día su llamada.
Tiempo
de fe; de luz y de penumbra.
8 comentarios:
Como el que se para ante un cuadro maravilloso en un museo y puede estar horas admirándolo en silencio,así me quedo ante estas lineas lo leo y lo releo y cada vez me dice más cosas. Yo sólo puedo dar gracias.
Me encanto!
Gracias. No pare, por favor
Gracias
Qué alegría !! Gracias don Enrique por volver.
He estado desde el jueves fuera de Madrid y al volver
me encuentro con esta belleza.
Gracias.
Ahora me pongo al día .
Se le olvida: tiempo de alegrar a los niños, de dar de comer al hambriento y de beber que es lo que yo hago. También a los más mayores. Lo que se llama servicio. Con que poco se conforman y van y nos regalan unas gominolas. con un aplauso. Adiosle-pido
Excelente!!
Es usted todo un poeta. El Dios mendigo... qué hallazgo
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