Te conocí hace veinte años. Casi nadie
hablaba de ti, pero me enamoraste de golpe. Eras limpia, sencilla e infinita; el
mayor milagro del siglo.
―Es “la red” ―me dijo Luis―. Una gozada,
ya verás.
Tu nombre ―“Internet”― me pareció horrible,
pero lo importante era lo que decían de ti; que eras un universo sin límites;
que, si me abandonaba en tus brazos, podría trasladarme en un click hasta donde nunca antes me había
atrevido a soñar; que entraría en bibliotecas, museos, salas de conciertos,
diccionarios de todos los idiomas, y, en pocos años, tendría la posibilidad de
comunicarme con los míos desde cualquier parte del mundo.
Apenas di el primer paso, comprendí que,
más que una red, eras una tela de araña. Me atrapaste desde el minuto cero. Mi
vida había cambiado y no encontraba la marcha atrás. A uno no le gusta ser
esclavo de nada ni de nadie, y jamás pensé que caería por los cantos de sirena
de una máquina infernal; ¡pero estábamos todos en la misma cesta!: millones de amigos
y amigas. Mi familia entera. Y las fotos de las bodas, funerales y bautizos. Escaparse
parecía una traición. Me gustó sentirme tu prisionero. Era el síndrome de Estocolmo.
―La red es la calle ―me dijo un tal
Kloster al que conocí por entonces―. Si no estás en Internet no existes.
Y como no tengo vocación de anacoreta,
decidí que debía quedarme. Y me vinieron a la memoria aquellas palabras que
Jesús dirigió a Pedro:
―”Mar adentro y echa la red (o sea, la
web) para pescar”.
Pescar en río revuelto no es tan fácil
como sugiere el refrán. Además, a medida que te conocía, menos me gustabas. En ti
encontré museos, bibliotecas más grandes que la de Alejandría y barrios limpios
de contaminación; pero también vi basureros apestosos, escupideras inmundas,
burdeles degradantes, escuelas de de violencia y de odio y todas las
aberraciones que la humanidad ha sido capaz de imaginar.
En efecto, Internet, eres la calle, pero
una calle sin leyes ni control, sin señales de tráfico, sin policías, con
gánsters en cada esquina y sin servicio de limpieza.
Alguna vez, navegando en tus aguas, he recordado
aquel diagnóstico que hizo San Pablo de la sociedad de su tiempo en la Epístola
a los Romanos. Al describir la situación de los paganos llega a llamarlos “inventores
de maldades”. Y es que, en efecto, la creatividad para el mal parece infinita.
También en esta dichosa red que nos ha cambiado la vida.
―Pero hay pelis superbuenas ―me sugiere
Rocío, que tiene dieciséis años y ha leído lo anterior―.
Sí, maja, sí: hay películas ya olvidadas
y otras recién salidas del horno, que caen en la web incluso contra la voluntad
de sus dueños. En la red hay millones de canciones, y toda la gran música, que
antes se vendía en discos de vinilo. Si Mozart levantara la cabeza… En la red
podemos colgar nuestras propias ideas, insultar anónimamente al prójimo, mentir
en cien idiomas, cometer delitos, jugar al ajedrez con un monje budista, matar a
un marciano o estafar mil euros a una viuda colombiana.
―Y aun así, usted sigue pescando en esta
red.
―Pero hay que tomar precauciones. Oigo
por la radio que no se puede ir en moto sin casco y en bermudas. Hay que estar
preparados para caer y para ponerse en pie de nuevo de un salto sin un rasguño.
San Pablo a los de Éfeso, mucho antes de Internet, les pide que se vistan con
las armas de Dios para poder resistir a las acechanzas del Diablo. “Y, después
de haber vencido, ―escribe―, manteneros firmes. ¡En pie! Ceñida vuestra cintura
con la Verdad y revestidos de la Justicia como coraza, calzados los pies con el
Celo por el Evangelio de la paz, embrazando siempre el escudo de la Fe. Tomad,
también, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la Palabra
de Dios”.
Yo, por si acaso, aunque no llevo casco, me
encomiendo al Espíritu Santo antes de abrir mi página. Y trato de no estar solo
frente a la pantalla, y pongo un filtro para sentirme más libre. Y algunas
veces rezo la bendición del viaje, que siempre es útil para todas las
singladuras.
11 comentarios:
A veces escribe cosas un poquito creepies...
Hoy vi en tv al "hombre pájaro" lanzarse desde el pico de una montaña de más de 6000 m y así "veo" yo a mis hijos, alumnos, compañeros... cuando navegan por internet. Es necesario el paracaídas y ¡ay de tí, si todo es caída libre! Menos mal que tenemos "ángel" aunque muchos ni siquiera lo sepan. Nuchas gracias por "su globo"
Porqué, porqué, porquéeeeeeeeeeeeeeeeeeee????????????????????!!!!!!!!!! Porqué los dones están tan mal repartidos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Yo quiero escribir así!
Bueno,Don Enrique,en primer lugar gracias por este blog,por su sentido del humor y sobre todo por el esfuerzo que exige su constancia,y en segundo lugar quiero opinar de la red,por mi parte la borraria del mapa,pero que más dá lo que opine yo.....informacion y curiosidad a cambio de misterio,yo prefiero el misterio....pero tb quiero pertenecer al 2012,y bien contenta que estoy con estos tiempos que corren,otra vez mil gracias y espero que no sea un boicot,lo de las demostraciones de que no somos robots
Bueno, Anónimo de las 23:06, yo me alegro de que haya quien escriba así y encima poder leerlo tan fácilmente en la Red,jejeje!!!!
No hay reglas...o sí: como en la calle. Yo no dejaría ir a mi hija de 12 años sola por ciertas zonas de la ciudad y de noche, por poner un ejemplo. Creo que hay que enseñar a los niños a no exponerse, a protegerse, y como ya tenemos nuestra personal experiencia, tanto de engancharnos,como de meteduras de pata, como de "sustos" o de imprudencias que no repetiríamos... pues a no rasgarnos las vestiduras, a quedarnos con lo bueno que nos ofrece la Red y a disfrutarlo.
Escriba algún día cuando le vaya bien la bendición de viaje.porfa.
Pacita, la tienes aquí:
http://pensarporlibre.blogspot.com.es/2011/08/retorno-sin-operacion.html
Ay gracias :que lejos me ha hecho ir.
En la bendición de viaje mis hijos contestan:Peter para tutum. Como buenos americanos.
reconozco que yo entro en pocos sitios pero apoyo el comentario de Papathoma, sabios consejos son. yo en la red he reencontrado amistades olvidadas y eso ha sido genial, pero también hay mucha porquería que hay que evitar.
Yomisma, empieza tu cuenta atrás....menos de 20 dias¡Guayyyyy¡
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