La luz y las sombras
Llego a Gaztelueta a las nueve y
media de la noche cuando el sol se despide ya en la falda del Serantes y está a
punto de bañarse en las aguas del Cantábrico. El espectáculo es grandioso. No
me resisto a sacar una fotografía.
Ya en mi
habitación, abro la ventana, y allí sigue el sol, envuelto en la bruma del
atardecer, que, paradójicamente, no atenúa su luz, sino que la potencia y le da
nuevo colorido y más intensidad.
¿Qué quiere comunicarme hoy el Señor
con esta paleta de colores que ha dejado en el horizonte? Me vienen a la cabeza
unas palabras del Evangelio de San Juan: La
luz brilla en las tinieblas. Sí, es eso: gracias a las tinieblas, a la
oscuridad, la luz puede manifestarse con su poder y su belleza.
El Dios-Artista pinta su cuadro cada
crepúsculo, y en todos los cuadros debe haber luces y sombras, brillo y
oscuridad. Las tinieblas son necesarias para que el que contempla el lienzo se
sumerja en la luz, en los colores más vivos y brillantes y descubra en ellos la
mano del Creador.
Todos formamos parte de ese lienzo, y
nuestro lugar es la sombra. Alguna vez somos pura tiniebla, pero no importa.
Gracias a esas miserias, la única Luz verdadera brillará con toda su majestad. Los Cielos cantan la Gloria de Dios.
5 comentarios:
Y hoy he leído en el comentario del evangelio hecho por san Agustín, que a veces los milagros diarios como ese atardecer, nos impresionan menos que la multiplicación de los panes y los peces. Pero ¿no es mayor milagro la organización del universo minuto a minuto que dar de comer a cinco mil hombres? Y sin embargo Cristo les dió de comer porque es El mismo el que hace crecer cada día el trigo para hacer el pan. Es Señor del día y de la noche, como no va a ser señor del los panes y los peces.
Algunos reflejan esa luz para que todos la vean...
Cierto a veces hasta se agradece un poco de sombra porque tanta claridad deslumbra y sofoca. Y esto cada milagro de la naturaleza, de Dios Creador se queda fijo en la memoria. Gracias! por estas imágenes. Adiosle
Yo tenía un poco la visión de un mundo en tinieblas en el que brillan luminosas las luces de los que viven siguiendo a Cristo, pero hace poco leí, creo que en la encíclica Lumen Fidei, que más que estrellas en la oscuridad los que tratan de seguir a Cristo son como espejos que reflejan la Luz y hacen que esta sea más luminosa si cabe. La modernidad ha traido consigo una visión muy triste y desesperanzada y quizás es la mirada la que se nos está volviendo turbia y no haya tantas sombras como parece. No sé, pero ojalá.
Me encanto !!!!
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