"Vuestros nombres están escritos en el Cielo"
Me gustaría continuar esta crónica
escribiendo como Cervantes "la del alba sería cuando Gelsomina cruzó la
Galaxia camino de Belén…", pero, como comprenderéis, aquí, en el
Firmamento, no hay albas ni ocasos, ni tampoco cronómetros para medir el paso
del tiempo. Yo solo sé que me puse en camino guiada por la estela de un
Arcángel muchos siglos antes de que Yahvé formara a Adán del barro de la
tierra.
En efecto, Dios se tomó las cosas con
calma. Las travesías estelares duran miles de millones de años. A las estrellas
esto nos parece natural, y, para Dios, cada siglo es apenas un instante. Claro
que a vosotros algunos instantes os parece que duran siglos.
En todo caso yo estaba la mar de
contenta porque sabía que llegaría puntual a la cita que el Señor me había
preparado desde su eternidad. Tenía que aparecerme en un punto determinado de
la Tierra para que tres magos me siguieran hasta Belén. Claro que aún faltaba
un poco de tiempo. La travesía iba a ser larga.
Un día (o una tarde, quién sabe), volábamos
en plena constelación Centaurus cuando
el Ángel me reveló un secreto:
—¿Sabes cuántas estrellas hay en el
Cielo, Gelsomina?
—¿Cómo voy a saberlo? Eso no lo sabe
nadie, ni los ángeles.
—No digas barbaridades. Los ángeles sabemos
de todo, y hasta tenemos un elenco detallado de las estrellas con sus nombres y
apellidos.
—¿También tienen apellido?
—Naturalmente. Deberías saber que cada
estrella está destinada un hombre, a una mujer a un niño o a un ángel, y cada
una lleva inscrito el nombre completo de su ahijado. Jesús mismo lo dirá a los
suyos: "estad alegres porque vuestros nombres están escritos en el cielo”.
—¿Y los hombres sabrán encontrar su
estrella entre tantos miles de millones?
—La encontrarán si ganan el premio
final de la Gloria. Sólo hay un problema; que no todos encuentran el camino.
Algunos se empeñan en no mirar nunca al Cielo y se alejan de Dios y de su
estrella. Por eso quiere Yahvé hacerse hombre; para que nadie olvide que su
destino está aquí arriba.
—¿Y si los hombres no quieren…?
El Ángel se puso triste.
—Los ángeles trataremos de que eso no
ocurra. Porque, si un hombre se alejara de Dios para siempre, su estrella se
apagaría también para toda la eternidad.
Yo no entendí muy bien las palabras del
Ángel, pero, por si acaso, le di un suave empujón mientras le decía:
—Corre, Gabriel, corre. Que no podemos
llegar tarde.
7 comentarios:
Siga, por favor. Gracias
(Soy consciente de que voy a decir algo políticamente incorrecto. Disculpas a quien corresponda.)
Digo yo que, en vez de estar de la Ceca a la Meca todo el año, viajando,predicando , haciendo y deshaciendo maletas, cansándose una jartá, que no sé cómo le queda voz, ¿ por qué no dejan ya a este buen hombre que pare quieto en su casa, ya sé que todas son su casa, digo en la que él considere más su casa, haciendo esto que sabe hacer mejor que nadie ?. Sí, escribir, meterse como uno más en los senderos de la fe y acercarnos, ¡de qué forma! a donde sólo la LUZ importa.
Esta mañana he empezado a hacer su Novena a la Dulce Madre. He descubierto que coincidimos en "qué es estar enamorado", y no es que haya soltado una lágrima, he soltado un montón. Iba con la intención de pedir varias cosas, que también las he pedido. Pero he sacado algo muy grande ya en el primer día... ¡GRACIAS!.
Alejandra. Estoy trabajando en lo que más me gusta. No trates de liberarme, please
D. Enrique, ¡ sorry !.
Que bonito tener una estrella con mi nombre y mi apellido... aunque las estrellas están para iluminar el camino oscuro, y lo importante es llegar al amanecer, siempre mirando al sol, con un juego de palabras de mi tierra: the sun, the Son.
¡Guau! esta explosión de color se me había pasado! Me mola muchisiiiimo! Ayer fui a comprar unos zapatos para el trabajo y no pude resistir entrar en una tienda de camisetas de colores y la que estaba en el escaparate era como el arco iris en espiral. Me la lleve por supues para reyes. Además puedo mandar fotos de algunas de mis pinturas y las pueden poner en otras. Estaría bien y sobre el nombre de la estrella elegiría el de Aldevarán, así se llamaba el burrito que regalé a mis padres y estuvo mucho tiempo sobre la tele. Y ya está bien. ¿no? Adiosle
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