lunes, 29 de mayo de 2017

En Las Palmas


Los mendigos de Las Palmas se parecen a los de cualquier otro lugar de España. Si acaso, piden más suavemente e incluso invocan a Dios, a la Virgen o a los santos y te piden que los bendigas.
Junto al hiper que hay a pocos metros de la playa de Las Canteras se sitúa un mendigo que casi no pide nada. Tiene la mano extendida y musita algo difícil de interpretar. Cuando paso a su lado, al reconocer al cura, eleva un poco la voz:
—Es para comer.
El mendigo tiene los ojos llorosos y cargados de sueño. Su piel enrojecida, las venillas que le cabalgan por el cutis y un cierto tufillo a alcohol, me sacan de dudas. Mientras busco un euro en el fondo del bolsillo, le pregunto:
—¿Para comer, o para beber?
Sonríe

—Las dos cosas son importantes, padre.
Pongo una moneda en su mano y, cuando ya no puedo dar marcha atrás, compruebo que es de dos euros.
El mendigo se emociona como si le hubiese resuelto la vida. Me da un abrazo y me desea toda clase de bienes para el futuro por intercesión de la Virgen de los Dolores. No hay forma de callarlo: habla y habla. Se le ha disparado repentinamente el frenillo de la lengua. Al fin, pontifica:
—Yo voy camino de la vejez. Ya tengo 56 años. Usted, en cambio, volverá a ser niño.
—¿Cómo dice?
—Es el destino de los ancianos. Porque ¿cuántos años tiene, ochenta y cuatro, ochenta y cinco?
—Devuélveme los dos euros ahora mismo. 
—Lo que se da no se quita. ¿Sólo ochenta?
Los mendigos de Las Palmas hablan con música caribeña, pero la letra puede ser terrible. Ya en el coche, me miro en el retrovisor con cierta aprensión.
—¡Ochenta y cinco! Estará bebido...




10 comentarios:

yomisma dijo...

Le habrá dicho "oyentaysinco", con ese ritmo caribeño...

Anónimo dijo...

A mí me pasa como el mendigo,que creí que tenía más .Hace un tiempo ,parecía triste,amargado,y con poca paciencia.Supongo que sigue así a los 80 ,a los 85 estará peor.

Alejandra dijo...

Las cuentas que yo me hago por la edad que yo tenía cuando le conocí y los años que hace, debe rondar los setenta y pocos,yo diría que setenta y tres. Igual alguno menos...y para nada es coba! De hecho conocí a la vez a su hermana pequeña que era de mi edad, asi que igual ni setenta!.

Alejandra dijo...

Anónimo de las 21:11 Es de valientes dar la cara,y más siendo tan desagradable tu comentario.
"Cuando no puedas alabar, cállate!".

Cordelia dijo...

Estará bebido seguro, porque dos euros de aquí y dos de allá dan para mucho beber. Además, usted no aparenta un día más de taytantos. Mosanda!

Anónimo dijo...

Y tacaño¡¡,pues dos euros ,no es tanto,y en las iglesias piden más que el mendigo.Haberle pedido él cambio??Jejeje.

Celtia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Papathoma dijo...

Este blog, Celtia, es abierto. Si acaso, puede existir un punto en común entre los que pasamos por aquí, y es el que define el título.
Supongo que lo de "chinchorrera" no se refiere a actitudes como la del Anónimo, que pretendiendo tal vez hacer gracia, consigue el efecto contrario.
En fin, yo no soy el Capitán de este globo, así que ya te dirá él lo que quiera (y si quiere)
Gracias por volver, D. Henry.

yomisma dijo...

Bring it on!!

Fernando Q. dijo...

Ni caso. Leyéndole, parece que vuelve a la juventud