En la fiesta del Corpus Christi...
Dos sonetos apasionados de José Luis Martín Descalzo. "Me han salido muy clasicotes", dijo antes de leérmelos, pero llega un momento en la vida que uno ya no piensa en la opinión de los críticos.
Nadie ni nada
Nadie estuvo más solo que tus manos
perdidas entre el hierro y la madera;
mas cuando el pan se convirtió en hoguera
nadie estuvo más lleno que tus manos.
Nadie estuvo más muerto que tus manos
cuando, llorando, las besó María;
mas cuando el vino ensangrentado ardía
nadie estuvo más vivo que tus manos.
Nadie estuvo más ciego que mis ojos
cuando creí mi corazón perdido
en un ancho desierto sin hermanos.
Nadie estaba más ciego que mis ojos.
Grité, Señor, porque te has ido.
Y Tú estabas latiendo entre mis manos.
Dios malgastado
¿Cómo es posible, oh Dios, que cada día
yo levante tu Sangre entre mis manos
y que mis labios sigan siendo humanos
y que mi sangre siga siendo mía?
Treinta años sacerdote, y todavía
nada sé de tu amor, y he vuelto vanos
tus doce mil prodigios soberanos
y doce mil millones perdería.
¡No vengas más! ¡Refúgiate en tu cielo
o búscate otras manos más amigas!
¡Yo soy capaz de congelar tu fragua!
Me das amor, y te lo torno hielo.
Siembras tu Carne, y te produzco ortigas.
Viertes tu sangre, y la convierto en agua.
10 comentarios:
O como le preguntaba un crío a un cura: "¿Y no se te ponen los pelos de punta cuando tocas a Dios así, con las manos?"
Y cuanto más dejan hacer a Dios en ellos y a través de ellos... más los acerca Dios a la Cruz de su Hijo, hasta crucificarlos con Él.
Os pido oraciones por todos los sacerdotes, en especial por los que están sufriendo el zarpazo de enfermedades graves, sin decir nada, corredimiendo con total naturalidad.
Los pelos de punta me ha puesto a mí el segundo soneto.
(Bueno, lo de "pelos de punta" en mí es más una metáfora que una realidad, más que nada por probabilidades físicas).
Precioso.
Gracias
Y la foto también pone los pelos de punta. Esa mirada...qué pasada
¡Qué bonito! Muchas gracias. Me gustan mucho los escritos de don José Luis. Se ve que reflejan su propia vida, con todas sus alegrías y penas.
Esté sacerdote-poeta está preso en el Amor.
Al leerlo y leerlo y volverlo a leer me sale querer sentir lo mismo que el poeta.
:)
Yo también me levanté más de una vez a escribir poesía, no sonetos, tengo uno sin rima ni medida. Adiosle
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