miércoles, 12 de agosto de 2015

Dios en cuclillas

Algunas veces Dios pasa a nuestro lado y deja un mensaje que se nos escapa, porque ni siquiera sabemos verlo. Quizá uno intuye que ha ocurrido algo, que deberíamos detenernos y reflexionar, pero ¿quién tiene tiempo para estas cosas?
Pasan los días o los meses y, de pronto, la memoria despierta y nos da una segunda oportunidad.
Me ocurrió en la Basílica de la Virgen del Pino, Patrona de la Gran Canaria, en Teror, un pueblo precioso lleno de balcones. Yo había empezado a rezar la segunda parte del rosario. A pocos metros, delante de mí, había dos personas: una mujer joven de aspecto extranjero y su hija, una niña de tres o cuatro años de edad que se me antojó pequeñísima de estatura. De pronto, la chiquilla se volvió hacia su madre y empezó a hablar en inglés gesticulando con verdadero arte. La señora se deslizó por el banco y se puso en cuclillas frente a su hija. La niña hablaba y hablaba sin parar, y la madre sonreía sin decir palabra. Parecía fascinada con la elocuencia de su pequeña interlocutora. No sé cuánto duró aquello; lo suficiente para que yo terminara el rosario completamente distraído.
Esta mañana, mientras predicaba la meditación, he recordado de improviso la escena. Y he entendido que Dios también se pone en cuclillas para escucharnos con tal de que nos dirijamos a Él con la sencillez de aquella niña.
No nos oye "de lejos"; está atento a cada una de nuestras palabras. Y sonríe.


3 comentarios:

Churrinche Oriental dijo...

Uno está convencido de eso, pero. ¡cuánto cuesta compenetrarse con esta idea!

Hoy me pasé media hora quejándomele al Señor en el sagrario. Cuando terminó el rato, empecé a rezar la oración del ángel de Fátima: "Mi Dios, yo creo, te adoro, espero y te amo..." y fue como una vocecita (por así decir) como que diciendo (por así decir): "¿Primero me relajás todo y después me venís con esos piropos?" No pude evitar sonreír.

¡Bendiciones!

caminando dijo...

Si, menos mal q nos escucha, xq a veces vamos como la niña, como ametralladoras... Q no nos callamos!!! Me encantó la historia!! Muy gráfico, gracias!!!

Cordelia dijo...

Recuerdo haberle oído decir en una meditación que en lugar de "que me ves y que me oyes" podríamos decir "que me miras y que me escuchas". Esa frase me ha ayudado mucho a entender que el Señor no está viéndonos desde lejos, sino que se acerca, que se interesa. Que se pone en cuclullas, vamos.