jueves, 28 de julio de 2016

Remontamos el vuelo


De regreso a Madrid, recupero la cobertura perdida en la Sierra y enciendo los dispositivos móviles con la avidez de un adicto.
Veo que el globo está olvidado en el fondo de un barranco. Trataré de ponerlo en órbita en cuanto se me caliente el motor de la sesera.
Abro el periódico de ayer, y veo en la portada el rostro de un cura anciano revestido con los ornamentos sacerdotales para la Santa Misa: es el padre Jacques Hamel; tiene 86 años y acaba de ser asesinado mientras celebraba la Eucaristía. Lo han matado por ser otro Cristo. Es un mártir más y pronto lo veremos en los altares.
Me quedo unos minutos contemplando la fotografía, y concreto un propósito: tengo que escribirle un e-mail ahora que acaba de llegar al Cielo. Quizá lo publique cuando termine el verano, pero probablemente empezará así:
Querido Jacques, enhorabuena, amigo; lo has conseguido. Tantos años entregando tu vida día a día y, al fin, el Señor te ha entregado la corona más preciada…

3 comentarios:

Merche dijo...

No se me ocurre nada más que rezar, rezar y rezar.

Llumla dijo...

He leído primero su e mail a san Juan Pablo II, y a continuación he leído esta otra entrada sobre el padre Jacques Hamel. Mientras leía esta segunda seguía en mi cabeza el "no tengáis miedo de acoger a Cristo y acepar su potestad" de Juan Pablo II... Ojalá tengamos todos la misma valentía.

Antuán dijo...

Jacques leia que los curas no se jubilan y por eso decia la Misa de las 8 de la mañana en la parroquia donde ayudaba y que quería morir diciendo la Santa Misa. Es mártir. Seguro que el perdona y reza por el que lo hizo. Así hacen los santos. Adiosle