Remontamos el vuelo
De regreso a Madrid, recupero la cobertura
perdida en la Sierra y enciendo los dispositivos móviles con la avidez de un
adicto.
Veo que el globo está olvidado en el
fondo de un barranco. Trataré de ponerlo en órbita en cuanto se me caliente el motor de la
sesera.
Abro el periódico de ayer, y veo en la
portada el rostro de un cura anciano revestido con los ornamentos sacerdotales para
la Santa Misa: es el padre Jacques Hamel; tiene 86 años y acaba de ser
asesinado mientras celebraba la Eucaristía. Lo han matado por ser otro Cristo.
Es un mártir más y pronto lo veremos en los altares.
Me quedo unos minutos contemplando la fotografía,
y concreto un propósito: tengo que escribirle un e-mail ahora que acaba de
llegar al Cielo. Quizá lo publique cuando termine el verano, pero probablemente
empezará así:
Querido Jacques, enhorabuena, amigo; lo
has conseguido. Tantos años entregando tu vida día a día y, al fin, el Señor te
ha entregado la corona más preciada…
3 comentarios:
No se me ocurre nada más que rezar, rezar y rezar.
He leído primero su e mail a san Juan Pablo II, y a continuación he leído esta otra entrada sobre el padre Jacques Hamel. Mientras leía esta segunda seguía en mi cabeza el "no tengáis miedo de acoger a Cristo y acepar su potestad" de Juan Pablo II... Ojalá tengamos todos la misma valentía.
Jacques leia que los curas no se jubilan y por eso decia la Misa de las 8 de la mañana en la parroquia donde ayudaba y que quería morir diciendo la Santa Misa. Es mártir. Seguro que el perdona y reza por el que lo hizo. Así hacen los santos. Adiosle
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