lunes, 19 de septiembre de 2016

Las avispas chinas nos invaden


Estoy en Galicia, tierra de meigas, de bosques umbríos, de magos ilustres, de gaitas melancólicas, de leyendas ancestrales, de enormes poetas y de castañas.
Llegué hace tres días a Montecelo, un viejo pazo rehabilitado que sirve como casa de convivencias en la región. Comparto mi estancia con otros diecisiete sacerdotes, la mayor parte de la zona, y aprovecho la coyuntura para leer la prensa local, que siempre es más interesante que la nacional. Hoy me sorprende el siguiente titular:
Una plaga de avispas chinas amenaza la producción de castañas en Galicia.
El diario informa a continuación de que una plaga de avispillas asiáticas, pequeñas pero letales, ha invadido nuestro espacio aéreo con las peores intenciones. Las intrusas ponen sus huevos en la corteza de los castaños y, aunque no matan el árbol, impiden la floración y limitan drásticamente la producción de castañas. Como además se llevan fatal con nuestras laboriosas abejas domésticas, las atacan sin piedad y bombardean los panales hasta poner en fuga a sus habitantes. Lo mismo ha ocurrido, al parecer, en Francia, Italia y Chequia.
Ante la amenaza, los paisanos de la región han ensayado diferentes armas:
  • la quema no dio resultado. Al contrario, las avisas se dispersaban y multiplicaban sus nidos.
  • La fumigación tampoco ha funcionado, ya que las invasoras se protegen dentro de una agalla en forma de larva.
  • Algún astuto campesino observó que a las avispillas foráneas les encanta la cerveza negra (palabra de honor) y trató de eliminarlas colocando en el campo algunos cuencos con este preciado brebaje. Fracaso total: las avispas caían en masa, pero las abejas de aquí tenían idénticos gustos y se ahogaban en la misma trampa.
Total, que hasta hoy no se ha encontrado un antídoto eficaz contra la plaga. Ahora la conserjería correspondiente trata de contraatacar con otra avispilla local y espera que el enfrentamiento entre las dos especies nos lleve a la victoria. Ésta es la noticia tal como aparece en la prensa. Yo, por mi cuenta, he tratado de completar la información Interrogando a algunos líderes de los distintos partidos; hay posturas encontradas:
  • Los populares afirman que mientras siga el bloqueo de los socialistas es inútil hacer nada, ya que el gobierno está en funciones. Así que la culpa es de Pedro.
  • Los socialistas exigen al gobierno que expulse de España a las avispas y avispos, y pida una indemnización a la señora Merkel, puesto que los avispos y avispas vienen directamente de Alemania.
  • El sector radical del partido animalista sale en defensa de las avispas y exige que se respete su derecho de tránsito por los países de la unión europea. El sector moderado de esta formación política pide que avispas y abejas se sienten en una mesa de negociación y lleguen a un acuerdo para salvaguardar los derechos de las dos partes.
  • La izquierda comunista protesta enérgicamente porque las avispas visten de rojo y amarillo. "Es evidente —aseguran— que se trata de propaganda encubierta cara a las próximas elecciones (y a las siguientes).
 Y yo, que no sé nada de estas cosas, me propongo utilizar la invasión de las avispas como metáfora Dios sabe de qué. No descarto que aparezca en alguna meditación de los próximos cursos de retiro que predicaré a partir del próximo mes.

10 comentarios:

Pilar dijo...

"Ahora la conserjería correspondiente trata de contraatacar con otra avispilla local y espera que el enfrentamiento entre las dos especies..."
Buena metáfora, sí señor; pero a ver si los conserjes tienen competencia en estas materias, que nunca se sabe.

Tumismo dijo...

Todavia no he oido a la Santa Madre Iglesia pronunciarse ante semejante desproposito que hay en España.

Enrique Monasterio dijo...

La Iglesia no debe pronunciarse sobre esas cosas, amigo. Los españoles deben resolver sus problemas sin padrinazgos clericales

Tumismo dijo...

¿En serio? Un buen consejo que falta hacía.

Cordelia dijo...

Me encanta! Especialmente el toquecito de los avispos y avispas...

Anónimo dijo...

Hará falta un infiltrado o varios,previa comisión, que ayuden a construir sus habitáculos con materiales defectuos y contamine sus despensas para que también se les joroben las alas.Luego bastará con provocar un terremoto. Corea del Norte mediante. Fácil. :P

yomisma dijo...

Disfrute de Galicia que es tan bonita... espero que no le llueva mucho estos días y pueda descubrir la maravilla de las rías y los montes. Pero porfa, no se nos acerque a las abejas chinas. Ni a las otras. Que ya sabemos que el que juega con fuego...

Merche dijo...

Un mediador que hable chino y las convenza de que mejor se vuelven a China, que hay mucho espacio.

Alejandra dijo...

No sé yo, Merche lo de mucho sitio: Recuerdo a Mafalda que decía que si todos los chinos que hay en China , se pusieran de acuerdo y dieran a la vez una patada en el suelo, cambiaría el eje de la tierra. Estas avispas asesinas me dan mucho yuyu. Ya están en peligro las abejas por tantas cosas y con ello la polinización y los cultivos de casi todo...Sólo nos faltaba, como decía un santo sacerdote que no sé si vivirá, don José María Agüir hablando de la pereza, "la bicha que está envenená"!...

Una lectora habitual dijo...

Muchas gracias por su sentido del humor, que con lo revuelto que anda todo, hace mucha falta