Lo reconozco: llevo un retraso excesivo en la lectura de la prensa. Será que cada día me interesa menos. Y eso que casi siempre me salto las "declaraciones" de los políticos, es decir las treinta primeras páginas del periódico.
El caso es que hasta hoy no había leído que
"la Fiscalía de Menores de Alicante ha concedido a una estudiante de 15 años acosada por cuatro compañeros del instituto las mismas medidas de protección usadas para las mujeres víctimas de malos tratos en el ámbito familiar. Es decir, ha decretado una orden de alejamiento de 300 metros contra los dos presuntos acosadores mayores de 14 años y ha dado a la niña un teléfono de emergencias conectado 24 horas con el coche patrulla de la Policía más cercano."
—¡Qué dices!, ¡una bofetada!
—No, querido Kloster he dicho dos, una para cada uno. Y ahorraríamos papeleo a la fiscalía.
7 comentarios:
Que atrasado está! Los padres ya no tienen derecho de corrección sobre lo hijos... ¿¿Pegar bofetadas??
¡La gente está loca!
GRACIAS PAPÁ por todas las bofetadas que me has dado!!!
Totalmente de acuerdo. Es que esto ya me toca las narices. Siempre me acuerdo de "Un mundo feliz" cuando surgen estas cosas. Estamos pasando a una fase en que los padres hacen de sustitutos de las plantas de decantación, porque de la educación y cría de los hijos ya se encarga el Estado.
-- Si el problema actual de España es q los padres no se enteran de lo que hacen sus hijos...e incluso algunos parece que los tienen como mascotas, más que como hijos. Es una desgracia, pero es asi.
-- Si el estado educa a los hijos, tendremos un problema: el borreguismo. Que Papá-Estado sabe hacer muy bien su papel de manipulador de mentes. Habrá pocos librepensadores en la próxima generación si seguimos así.
-- La violencia está a la orden del día, pero porq se están perdiendo los valores y el sentido de la existencia...y una sociedad sin valores y llevada al placer y el "hacer lo q me dá la gana porq soy libre" es una sociedad de animales.
-- Yo doy gracias por las broncas de mis padres y el haberse quemado las manos por atenderme. He tenido mucha suerte.
Le contesto con un artículo que escribí hace tiempo. Lo saco del congelador para usted:
LOS DAVID Y LOS GOLIAT.
A Cristina, de nueve años, la hemos sorprendido buscando uno de sus juguetes favoritos; lo envuelve y lo lleva al colegio. “Es para fulanita” , contesta si le preguntamos por qué regala su tesoro más preciado. Posiblemente al día siguiente llenará sus bolsillos de caramelos, esta vez para dárselos a menganita. Hasta que una tarde, a la vuelta del colegio, rompe a llorar porque no aguanta la presión. “Si no les llevo lo que me piden, no juegan conmigo...”. Juan, de catorce años... bajito, delgaducho...con unas orejas redondas y desproporcionadas. Cuando se sienta a estudiar siempre tiene dudas; no sabe cómo resolver este ejercicio, no recuerda cuántas temas entran en el examen. Está claro que no pregunta...ni al profesor ni a sus compañeros. Procura pasar desapercibido para no ser una y otra vez el centro de las burlas. Pepe cursa 1º de ESO. Es un niño gordito, siempre lo ha sido. Suele tener un dolor de estómago “intermitente”, para ser exactos los lunes y los jueves, justo cuando le toca Educación Física. Como hay que llevar justificante, le pide a su madre que le firme una nota conforme no está en condiciones de hacer ejercicio. Si no, la falsifica... o se “olvida” la bolsa de deporte en casa. Hasta que se decide a explicar que en los vestuarios sufre humillaciones, cada vez más crueles. Y Susana ..., que le entra un sudor frío cuando la hacen salir a la pizarra y prefiere decir que no ha hecho los deberes... Son niños con síndrome de “Bulling”; soportan a diario agresiones de sus iguales, desde que entran en la escuela hasta que salen. Ha hecho falta el suicidio de Jokin para que reparemos en esta práctica, cada vez más frecuente, entre niños y adolescentes. Son los David frente a los Goliat. Los padres de Jokin quieren saber quiénes son los culpables. Seguro que los hay; pero son sólo la punta del iceberg. Si no buscamos qué es lo que “enferma” el corazón de nuestros escolares, nunca sabremos por dónde hay que empezar a construir. Muchas veces los propios padres ignoramos que tenemos un hijo que constituye una verdadera pesadilla para el resto de sus compañeros. Y casi siempre la causa radica en el propio entorno familiar. ¿Cómo educamos?. ¿Qué educamos?. ¿Qué valor le damos a los afectos?. ¿Nos preocupa exclusivamente que consigan un expediente académico brillante?. ¿Se nos ha olvidado que tenemos entre manos la tarea de formar a nuestros hijos para que sean capaces de amar?. ¿Cómo enfocamos el reto de prepararlos para la vida?. Es urgente y es importante superar y unificar un binomio que, ni mucho menos, es incompatible: inteligencia y bondad. Hijos competitivos y también solidarios. Chicas y chicos dispuestos a luchar por un objetivo sin ver en los demás un peldaño que es necesario pisar para poder llegar a la cima. De nosotros, de los padres, depende que en un futuro inmediato nuestra sociedad esté formada por personas o por monstruos.
Sunsi Estil-les
Es lo que hay. Es una sociedad floja, donde sólo gobierna el yo, mi, me, conmigo, lo que me gusta, lo que me apetece,...
No, si va a resultar que educar a los hijos requiere esfuerzo, sacrificio, constancia, imaginación,...
¿O qué es el amor si no? ¿Complacencia, gustirrinín, mero sentimiento, ahora si, ahora ya no?
Y la historia que cuenta don Enrique tiene muy mal color, porque ahora la niña está marcada y lo está pasando peor. Si es verdad lo que dicen los periódicos, hasta los profesores le están poniendo trabas al teléfono. Yo no entiendo nada.
A mí lo que me disgusta es que lo de las bofetadas se reconozca en unos ambientes sí y en otros no, por las mismas personas.
"¿Se nos ha olvidado que tenemos entre manos la tarea de formar a nuestros hijos para que sean capaces de amar?"
Bravo, Sunsi.
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