Rebeca, la alumna de educación infantil más sorprendente que he tenido, me preguntó cuando tenía cinco o seis años:
—Oye, cuando llevemos en el cielo millones de millones de millones de millones de millones de millones de millones de millones de millones de millones de años…, ¿nos acordaremos del cole?
Y antes de que pudiera contestar, remachó:
—¿y seguiremos siendo amigos?
¿Pensáis que es una pregunta tonta? Más de una vez he acudido a ella para pensar en la importancia que tienen las cosas aquí abajo.
Lo que realmente interesa son esos millones de millones de millones... ¿O no?
5 comentarios:
La foto es genial. Me imagino a Rebeca totalmente.¡Qué simpática!
Yo no pieso en la eternidad como diez elevado a tantos mil años, sino como un único instante. Estaremos fuera del tiempo, creo yo. ¿No?
Por supuesto, Juanan, pero no me parecía fácil explicárselo a Rebeca
Hombre, eso está claro ^^
La respuesta que yo le hubiera dado es que Dios es tan tan tan tan tan tan mejor amigo que yo (o que cualquier otro), que cuando esté con El, ya no necesitará más amigos.
Publicar un comentario