domingo, 4 de julio de 2010

La culpa

Microvídeos de julio (II)

Las cosas siempre pasan "por culpa" de alguien o "gracias" a alguien, eso está claro. Y ese "alguien" debe asumir la responsabilidad del éxito o del desastre.

Sin embargo obsesionarse en la búsqueda de responsables no sirve de nada. Busquemos soluciones para los problemas en lugar de ensañarnos con los presuntos culpables.

Cuando se encuentra la solución es más facil comprender, perdonar... y olvidar. AS



5 comentarios:

Antuán dijo...

A las buenas tardes! hoy es dia de acción de gracias en norteamerica. La Independencia de los Estados Unidos. y el cumple de mi hermano Pablo tambien es motivo de dar gracias xq es un tio majo. Hoy se llevo ami madre a casa hasta mañana aunque la gente mayor como en la suya... solo es una noche, la llamé esta mañana pa ver si le habian puesto la Misa, la tenia por la radio, no es necesario decirle: ¡BASTA! si buscar una solución pero q. ella este conforme. ¡tengo unos planes para el 14! que me toca. le voy a enseñar a leer. Adiosle.

Anónimo dijo...

Esta claro que es mejor y más meritorio olvidarse de las culpas y buscar soluciones. Pero los humanos tendemos a exigir y excusarnos en vez de asumir responsabilidades. Es más, la verdad nos la tomamos como una ofensa, incluso un insulto y no nos damos "cuen" que reconocer y "llorar" nuestros propios errores, nos lleva ser más comprensivos y así, poder olvidar, perdonar y aprender a evitar que se repitan. AC

Antuan... te dije que ganábamos. !VE¡

GAZTELU dijo...

No puedo añadir nada a su entrada porque la suscribo por entero.
Incluso sabiendo quien es el responsable de tu pena es mejor comprender y olvidar...así se encuentra la paz interior perdida.
GRACIAS

Vila dijo...

Estoy de acuerdo con usted en cuanto a los demas; pero en cuanto a uno mismo, cada uno deberíamos de ser capaces de reconocer nuestra culpa para poder aprender de nuestros errores

Enrique Monasterio dijo...

De acuerdo, Vila. Cuando uno hace examen de conciencia, el buscar sólo soluciones, sin reconocer antes la propia culpa y pedir perdón por ella, puede ser una especie de huida hacia adelante, un autoengaño.
La Iglesia, que es muy sabia, nos invita a pedir perdón golpeándonos el pecho diciendo tres veces: "por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa".