viernes, 16 de julio de 2010

Ritos de viejo


A ver, ¿porqué tengo que cambiar la hoja de afeitar los días 1 y 15 de cada mes? ¿Desde cuando me siento obligado a hacerlo? ¿Y por qué? Ayer me olvidé de que era 15 y hoy me he cortado con la cuchilla vieja. Podía haberme cortado el día 14 o el 12, pero no; ha tenido que ser hoy, justo al pasarme de fecha. Por un momento pensé que era cosa de mi Ángel Custodio, que me daba un tirón de orejas. Luego, mientras bloqueaba la pequeña hemorragia, me puse a enumerar los extraños ritos que me he ido creando con los años.
Kloster me dice que son muletas que me ayudan a caminar sin tropiezos por los vericuetos de la jornada. Lo malo es que, con la edad, los ritos crecen, se complican y me encadenan...
Propósito firme: aniquilarlos y olvidarlos. Luego habrá que estar atento para que no reaparezcan los muy tiranos.

8 comentarios:

Bernardo dijo...

Querría echarle una mano para desterrar al menos el rito de las cuchillas de afeitar, pero sin cortarse. Se puede ahorrar un pico, que las cuchillas están carillas.

http://www.youtube.com/watch?v=5ADaRIqy0Dc

¡Suerte!

(¿Y dejarse barba? Mi padre se la afeitó una vez siendo nosotros adolescentes, y casi no lo reconocimos. Le hicimos volver a dejársela. Para usted podría ser un experimento a la inversa. A lo mejor luego le obligamos a afeitársela.)

Papathoma dijo...

Ya está cambiando el título...ya no cuela lo de hacerse el viejo, que ya le conocemos todos, aunque sea sólo en fotos, je, je.

A los padres nos dicen que tenemos que enseñar hábitos a nuestros retoños desde pequeños...en tooodo.

A mí a veces también me gusta saltarme las reglas y disfrutar un poco con mis enanas de la sana "anarquía".
Luego, los hábitos vuelven -qué remedio, sinó sería el caos, supongo-.

Se cortó porque se cortó. Deje de cambiarla el día exacto unas cuantas veces y ya verá como fue pura coincidencia.

Y luego, vuelva a sus viejos ritos -que no "ritos de viejo"- más que nada porque sinó se le olvidará cambiar la hoja y acabará haciéndose una escabechina.

Vila dijo...

Pero, ¿todos, todos?. A ver sin sus muletillas cómo termina al final de la jornada, y a Kloster ya le he oído decir esto en varias ocasiones. Y puesto que es tan sabio y tan "viejo como usted", acéptele algún consejillo (siempre nos dicen que hay que hacer caso a nuestros mayores....).

Ayer leí sus entradas sobre la vejez y estoy con Papathoma: ya no cuela. Así que creo que será mejor que mantenga la mayoría y solo elimine aquellos que son inútiles. (Vamos que a estas alturas exista la posibilidad de que le veamos con barba.... Lo siento Bernardo pero no apoyo la moción)

Buen finde

Enrique Monasterio dijo...

Como sabes, Bernardo, conocí a tu padre cuando los dos empezábamos la carrera. En aquella época a casi nadie se le ocurría llevar barba. Tampoco se la dejó cuando empezó a trabajar en el ABC de Sevilla.
Muchos años más tarde, ya en Madrid, lo ví barbado por primera vez..., y tampoco yo lo reconocí.
Un delincuente me dijo en cierta ocasión que él siempre llevaba barba para poder afeitarse en caso de necesidad.
-Cuando me afeito, nadie me reconoce. Y nadie sospecha tampoco que voy disfrazado.

Almudena dijo...

Es imposible no tener "ritos" con la agenda que tiene. A no ser que se rodee de un ejército de secretari@s que se ocupen de que su jornada se desenvuelva con naturalidad y sencillez mientras ellos hacen encaje de bolillos para que todo sea posible. Por cierto, siempre he pensado que, si yo fuera hombre, me dejaría barba. Buena gana de torturarse sin necesidad...

Anónimo dijo...

"Ritos de viejo"... no sé.... Creo que una cosa es ser metódico y otra -muy diferente- es la manía (deformacíon del método), eso sí que encadena y enrarece, y con los años.... AC

Anónimo dijo...

Sin ser atrevido, por qué no nos cuenta de sus ritos...
No se lo pido por curiosidad sino para aprender.
LUIS

Enrique Monasterio dijo...

No hay nada que aprender de esas pequeñas rutinas que he llamado "ritos". Todos los tenemos.