domingo, 11 de marzo de 2012

Desde Corea (II)


Continúo con la la larga carta de Andrés desde Corea. Como veis, su trabajo apostólico es personal, de uno en uno. Así se comienza la labor evangelizadora en todas partes. Rezad por él y por todos los cristianos que están abriendo brecha en aquellas tierras.


Vista panorámica de Seúl
...También está F, el sueco. Aunque al principio se hacía precisamente el sueco, luego dio la sorpresa. Es luterano y no practica desde hace siglos. Alguna vez le expliqué algo de la Iglesia Católica, la fe en Jesucristo, la Obra, por qué estoy aquí, etc. Pero no se le veía con mucha atención. Sin embargo, pasadas unas semanas me preguntó un día a bocajarro por la Confesión. Hemos hablado un poco más, pero todavía no hemos tenido una conversación despacio. A ver qué pasa. F, sin embargo, me presentó a un amigo suyo de otra clase que sí es católico. Se llama X, es filipino. Un día en el comedor de estudiantes se sentó a comer con nosotros. Estuvimos hablando en un buen rato, pero aún no hemos podido continuar. Me lo crucé en un pasillo y le pedí que rezara por una intención –él mismo-. Me consta que sigue “autoencomándandose” todavía. A ver si la semana que viene podemos hablar más despacio.
De los amigos americanos, seguimos hablando bastante de todo. Sobre todo con Br, que es agnóstico beligerante, pero buen amigo. Fue divertida una discusión que tuvimos en un descanso sobre la educación en los colegios cristianos. La gente se sorprendía de que estuviéramos charlando tranquilamente y no llegáramos a los puños, porque realmente es duro de roer. Hay que seguir pidiendo por él, porque detrás de esa capa de “agresividad dialéctica” hay una buena persona.
No sé si he contado de K T H. Todos los fines de semana me voy a Daejon, una ciudad al sur de Seoul. Allí pude conocer a un médico acupuntor a través de uno de casa que coincidió con él en un Congreso y le dio mi teléfono. Pude quedar a comer un día con su familia. Fue muy agradable. Al principio yo pensaba que era católico y le hablé de formación, de la Obra, etc. Hasta que me cortó… resulta que es protestante, que había un malentendido. Después de comer dejamos a su mujer y sus dos hijos pequeños en su casa –viven muy cerca del centro- y nos dimos un paseo a solas. Hemos quedado en hacer deporte alguna vez por allí. Es una persona muy buena, y muy servicial. Por ejemplo, se volcó para conseguir un transporte barato para recoger unos muebles que nos regalaban al centro.
Aquí en Corea la gente es curiosa con los extranjeros. Es raro el fin de semana que no me preguntan en el metro de Daejon quién soy, de qué país vengo, por qué soy sacerdote, etc. En la mayoría de los casos es pura curiosidad, aunque también me han asaltado ya dos pastores protestantes y un chico que iba a un colegio católico. También lo hacen para poder practicar el inglés… aunque al cabo de un rato se dan cuenta de que se han equivocado de persona, al ver mis conocimientos anglófonos, y muchos se van. Sin embargo, así he podido ir hablando de la fe aquí y allá. Al principio me parecía bastante impertinente, pero ya me voy acostumbrando.
Es la costumbre local.
(continuará)

6 comentarios:

Belen dijo...

Muy interesante todo lo que cuenta,ya estoy deseando leer el siguiente capítulo :D

Un cariñoso saludo en el Señor.

Vila dijo...

Caray, este bien cura es incansable, no pierde oportunidad alguna. Con todo lo que cuenta tendré que intensificar mis oraciones por la labor en corea. Ya lo hago a diario pero creo que me debo de quedar corta. !Menuda actividad!.

Por cierto, tanta actividad tambièn ha conseguido hacerme pensar ...

Almudena dijo...

Muchas gracias por la entrada. Pediré por él y sus intenciones

Cordelia dijo...

Madre mía, cómo es posible que un cura español en Corea tenga tanto material de trabajo? Como dice Vila, es que no pierde ni una...
Pues no quedará otro remedio que aumentar los rezos. Y, a cambio, no nos haga esperar para el siguiente capítulo, porfa.

Cistina v dijo...

Rezo por la labor de don Andrés en Corea.
Me parece impresionante, la grandeza y valentía de estos
sacerdotes. Me ha recordado su relato a los principios de don
Jose Lui Múzquiz en Estados Unidos.
Por cierto, es un libro muy bueno " Echando Raíces " de John Coverdale.

Anónimo dijo...

He abierto el blog por curiosidad, para releer algo de entradas anteriores y vaya sorpresa tan agradable... abierto otra vez... Rezo por la labor en Corea y les pido recen por la Adoración perpetua en San Sebastián, se inició el miércoles de ceniza, para que todo vaya bien y dé sus frutos.Y a usted don Enrique que nos avise cuando vaya a publicar algo...