martes, 13 de marzo de 2012

Desde Corea (y III)

De momento, esto es todo. Espero nuevas cartas de Andrés y alguna fotografía. A medida que vayan llegando las colagré del globo.




Hace un par de semanas estuve en las ordenaciones de nuevos sacerdotes de la diócesis de Seúl. Eran 42 curitas de la última promoción. Había entre los ordenandos un diácono que viene a los medios de formación de la Obra. Concelebramos con el Cardenal de Seúl y con otros tres obispos unos doscientos sacerdotes en un pabellón de deportes. Podía haber allí unas cuatro o cinco mil personas. Los padres de los ordenandos, en las primeras filas, llevaban el traje tradicional coreano.
La Misa, muy digna y solemne. Al acabar, el cardenal agradeció a los padres su generosidad. Eso lo supe gracias a que me traducían en directo, ya que, en coreano, sólo sé celebrar la Misa: De los ordenandos, más o menos la mitad eran hijos únicos o primogénitos.
Fue gracioso el momento en que el Cardenal hizo salir a los padres de los nuevos sacerdotes para que saludaran. También dijo que el anterior obispo de Seúl había ordenado 500 sacerdotes, y que él, con esa tanda, ya le había alcanzado. Agradeció a las parroquias, etc., y, aunque aquí no hay costumbre de besamanos, el obispo recibe la bendición de los nuevos sacerdotes allí mismo.
A la salida estaba nevando un poco pero a la gente le daba igual. Cada nuevo sacerdote tenía una carpa, y sus amigos, la gente de su parroquia, familiares, hacían cola para que les bendijera. Además, había también gente haciendo bailes tradicionales… incluso  a alguno le pusieron una guirnalda de flores para celebrarle, fue bastante divertido.
Después de la Misa pude conocer a algún sacerdote que habla español, capellán de un hospital católico. Con los demás sacerdotes, a lo máximo que llegaba era a dar los buenos días. Cuando me preguntaban algo más, sonreía y decía la frase mágica: “lo siento, todavía no hablo coreano” (en coreano, claro).
Alguno no entendió ni eso. Poco a poco.

3 comentarios:

Relicary dijo...

Jejeje, como Marco Polo, descubriendo y describiendo pequeñas grandes maravillas del lejano oriente. ¡Qué los nuevos sacerdotes sean muy santos! Y que aquí en España hayan tantas vocaciones como allí. Debemos hacer un gran trabajo.

¡Buenos días!

Belen dijo...

Dios los bendiga :D

Un cariñoso saludo.

Antuán dijo...

Mucho ánimo a d. Andrés comprendo su prisa por aprender pero cuando se de cuenta tendrá lleno el disco duro y no podrá parar de parlotear en coreano, se sorprenderá, en serio. Adiosle