De momento, esto es todo. Espero nuevas cartas de Andrés y alguna fotografía. A medida que vayan llegando las colagré del globo.
Hace
un par de semanas estuve en las ordenaciones de nuevos sacerdotes de la diócesis
de Seúl. Eran 42 curitas de la última promoción. Había entre los ordenandos un
diácono que viene a los medios de formación de la Obra. Concelebramos con el
Cardenal de Seúl y con otros tres obispos unos doscientos sacerdotes en un
pabellón de deportes. Podía haber allí unas cuatro o cinco mil personas. Los
padres de los ordenandos, en las primeras filas, llevaban el traje tradicional
coreano.
La
Misa, muy digna y solemne. Al acabar, el cardenal agradeció a los padres su
generosidad. Eso lo supe gracias a que me traducían en directo, ya que, en
coreano, sólo sé celebrar la Misa: De los ordenandos, más o menos la mitad eran
hijos únicos o primogénitos.
Fue
gracioso el momento en que el Cardenal hizo salir a los padres de los nuevos
sacerdotes para que saludaran. También dijo que el anterior obispo de Seúl
había ordenado 500 sacerdotes, y que él, con esa tanda, ya le había alcanzado.
Agradeció a las parroquias, etc., y, aunque aquí no hay costumbre de besamanos,
el obispo recibe la bendición de los nuevos sacerdotes allí mismo.
A
la salida estaba nevando un poco pero a la gente le daba igual. Cada nuevo
sacerdote tenía una carpa, y sus amigos, la gente de su parroquia, familiares, hacían
cola para que les bendijera. Además, había también gente haciendo bailes
tradicionales… incluso a alguno le
pusieron una guirnalda de flores para celebrarle, fue bastante divertido.
Después
de la Misa pude conocer a algún sacerdote que habla español, capellán de un
hospital católico. Con los demás sacerdotes, a lo máximo que llegaba era a dar
los buenos días. Cuando me preguntaban algo más, sonreía y decía la frase
mágica: “lo siento, todavía no hablo coreano” (en coreano, claro).
Alguno
no entendió ni eso. Poco a poco.
3 comentarios:
Jejeje, como Marco Polo, descubriendo y describiendo pequeñas grandes maravillas del lejano oriente. ¡Qué los nuevos sacerdotes sean muy santos! Y que aquí en España hayan tantas vocaciones como allí. Debemos hacer un gran trabajo.
¡Buenos días!
Dios los bendiga :D
Un cariñoso saludo.
Mucho ánimo a d. Andrés comprendo su prisa por aprender pero cuando se de cuenta tendrá lleno el disco duro y no podrá parar de parlotear en coreano, se sorprenderá, en serio. Adiosle
Publicar un comentario