Más historias de Don Fernando
Doña
Prudencia Segurola era sorda, pero conducía su coche tomando todo tipo de
precauciones. Siempre atenta al velocímetro, jamás superaba la velocidad
prevista por las normas de tráfico. Nunca hacía maniobras bruscas ni
adelantamientos arriesgados; manejaba con precisión los intermitentes y miraba
con frecuencia al retrovisor.
Precisamente
por eso se alarmó al ver por el espejo que le seguía un coche de la policía. Y
cuando sus luces coche empezaron a parpadear, le entró pavor y pensó:
“¿Qué
es lo que he hecho mal? No paso de
100 kilómetros, no he bebido alcohol ni me he fumado un porro, me he puesto el cinturón, he renovado mi
carnet, pasé la inspección… ¡todo está en orden!”
Doña
Prudencia aparcó en el arcén, y el policía detrás. La señora puso el freno de
mano, abrió la ventanilla, y se resignó a que le pusieran una multa. El policía
salió del coche, se acercó a la ventanilla de la señora y le habló. Ésta le señaló
su oído con el dedo para advertirle de que era sorda. El policía entonces sonrió y, con
lenguaje de signos, le dijo:
─Sí señora, ya sé que no oye; es que me
han enviado para advertirle de que el claxon de su coche se ha atascado y no deja de
sonar.”
6 comentarios:
Muy bueno ja ja, los ojos del perro lo dicen todo...
Lo mejor de todo, la cara del perro.
Jajajajaja
D.Fernando siempre al quite!!
Me ha gustado tanto la historia como la foto, ambas geniales.
Jeje. Qué chistes más tiernos los de D. Fernando...
La foto que ilustra el relato, inmejorable.
Nos hace falta el humor...cada vez más. Así que bienvenidos sean sus chistes "inteligentes" y sus historias.
Que acierto sus padres con el nombre, Prudencia, Todo esta en orden. No estaria mal que apareciera en la revista de la dgt
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