Estos días uno no está para bromas. La recientes blasfemias gráficas contra Nuestro Señor Jesucristo y contra la Santísima Virgen me obligan, una vez más, a embridar la pluma y a ser prudente. Pero todos hemos de desagraviar en nombre propio y en el de aquellos que no saben lo que hacen.
Este poema me ha servido para hacer examen de conciencia y para pedir perdón, porque Jesús sigue sufriendo en la cruz. Hemos vuelto a arrancarle sus vestiduras.
Gracias, CB, por este regalo
En tanto que el hoyo cavan
a donde la cruz asienten,
en que el Cordero levanten
figurado por la sierpe,
aquella ropa inconsútil
que de Nazareth ausente
labró la hermosa María
después de su parto alegre,
de sus delicadas carnes
quitan con manos aleves
los camareros que tuvo
Cristo al tiempo de su muerte.
No bajan a desnudarle
los espíritus celestes,
sino soldados que luego
sobre su ropa echan suertes.
Quitáronle la corona,
y abriéronse tantas fuentes,
que todo el cuerpo divino
cubre la sangre que vierten.
Al despegarle la ropa
las heridas reverdecen,
pedazos de carne y sangre
salieron entre los pliegues.
Alma pegada en tus vicios,
si no puedes, o no quieres
despegarte tus costumbres,
piensa en esta ropa, y puede.
A la sangrienta cabeza
la dura corona vuelven,
que para mayor dolor
le coronaron dos veces.
Asió la soga un soldado,
tirando a Cristo, de suerte
que donde va por su gusto
quiere que por fuerza llegue.
Dio Cristo en la cruz de ojos,
arrojado de la gente,
que primero que la abrace,
quieren también que la bese.
¡Qué cama os está esperando,
mi Jesús, bien de mis bienes,
para que el cuerpo cansado
siquiera a morir se acueste!
¡Oh, qué almohada de rosas
las espinas os prometen!;
¡qué corredores dorados
los duros clavos crueles!
Dormid en ella, mi amor,
para que el hombre despierte,
aunque más dura se os haga
que en Belén entre la nieve.
Que en fin aquella tendría
abrigo de las paredes,
las tocas de vuestra Madre,
y el heno de aquellos bueyes.
¡Qué vergüenza le daría
al Cordero santo el verse,
siendo tan honesto y casto,
desnudo entre tanta gente!
¡Ay divina Madre suya!,
si agora llegáis a verle
en tan miserable estado,
¿quién ha de haber que os consuele?
Mirad, Reina de los cielos,
si el mismo Señor es éste,
cuyas carnes parecían
de azucenas y claveles.
Mas, ¡ay Madre de piedad!,
que sobre la cruz le tienden,
para tomar la medida
por donde los clavos entren.
¡Oh terrible desatino!,
medir al inmenso quieren,
pero bien cabrá en la cruz
el que cupo en el pesebre.
Ya Jesús está de espaldas,
y tantas penas padece,
que con ser la cruz tan dura,
ya por descanso la tiene.
Alma de pórfido y mármol,
mientras en tus vicios duermes,
dura cama tiene Cristo,
no te despierte la muerte.
7 comentarios:
Pues mil gracias a CB, que no sé si es también una aguda inquilina de mi tormentoso blogg. Sería curioso porque no me la imaginaba mujer. Curiosidades aparte, qué poeta Lope:
piensa en esta ropa, y puede es un verso extraordinario.
Pues sí: es mujer, joven, lista y guapa, como todas las antiguas alumnas del cole en el que trabajé 18 años.
Me sumo a los agradecimientos a CB y, por supuesto al desagravio.
De todas formas, gracias a Dios tenemos tantos siglos de historia con un arte maravilloso que...
Pues no, es mujer, madre de tres hijos y tirando a carroza, qué le vamos a hacer. Lo otro depende de la bondad de quien lo mire. Soy, también, hija de un Enrique (de un Heinrich para el Sr. Kloster) y madre de otro, y tanta querencia tengo por los Enriques que los dueños de tres de los cuatro blogs que suelo mirar cada mañana, porque si no lo hago parece que me falta algo, se llaman así (el dueño del cuarto, aunque no se llama Enrique, sino Angel, me tiene muy contenta porque me acaba de poner en su blog una matrícula de honor. Qué poeta Homero: "Compostela.blogspot", se lo recomiendo vivamente).
Me sorprende que su amigo Enrique G.Máiquez no me imagine mujer porque tuvo la inmensa amabilidad de enviarme el "Oficio" de I.Langlois, después de que le escribiera a su Blog pidiendo auxilio, cansada de recorrer librerías y de hacer encargos imposibles en Madrid. Creí que al darle las gracias, primero de cuerpo entero y después con iniciales, ya me identificaba. Sí que es curioso, esto de la confusión del "género". ¿No se nota que soy mujer? ¿Es de preocupar o no tiene por qué notarse? Estoy descolocada, me voy a pensarlo.
Ah, don Enrique, siento también defraudarle, pero no fui alumna de su colegio, aunque me habría encantado. De hecho, al sacerdote que un día de conflicto generacional en mi pasillo me recomendó su libro del "Safari" , corrí después a preguntarle dónde estaba ese colegio y si todavía andaban por allí usted y su particularísimo método socrático. Ya estoy informada de todo.
Un abrazo y mil gracias a usted. Y sí: "Piensa en esta ropa, y puede", ése es el verso.
Hola CB soy IP y pululo por el blog.
No me sorprende nada que seas mujer. Qué atrevimiento manifestar sorpresa!!!. De hecho la capacidad literaria es más propia de las mujeres y cuando, excepcionalmente un hombre escribe bien, es que es más inteligente que la media. Es más: excepcionalmente más inteligente que la media.
Lo que me tiene asombrada es lo de los tres hijos. Me has dejado "patidufusa". ¿De dónde sacas el tiempo?.
Estoy atenta a tus consejos. Soy todo ojos.
IP
Me ha hecho gracia lo que dice IP: "la capacidad literaria es más propia de las mujeres y cuando, excepcionalmente un hombre escribe bien..., etc"
Si alguien dijera eso mismo, pero al revés(la capacidad literaria es más propia de los hombres, etc.) sería crucificado por machista.
Creo que tendré que escribir algo sobre el "hembrismo". Estad atentas al blog, y luego tened compasión de mí.
Hola, IP. Muchas gracias, me encanta la que has montado.
Pero aprovechando que don Enrique debe estar durmiendo, que creo que madruga mucho, te digo, dándole la razón y haciendo gala de "masculinismo" o como sea eso que se ha inventado, que ya me gustaría a mí escribir, y pensar, y saber, y tener la gracia que tiene cualquiera de los dueños de los blogs por los que yo pululo, como tú dices.
En cuanto a lo de los hijos, el mérito de verdad que es sólo suyo, o de la madre naturaleza: crecen, eso es todo.
Bueno y, ya que eres toda ojos, también está lo del descubrimiento de los ratos muertos, que suena un poco necrófilo pero al final aprendes a montarte toda una vida en ellos: Así tendríamos dos vidas, la de los ratos vivos, que suele ser la tuya pero de los demás, y la de los ratos muertos, que puede ser la tuya tuya: para pulular, para leer, para pensar en las musarañas o para rezar. Algo así, si se consigue hacer bien, como la superación del eterno conflicto entre la Marta y la Maria que todos llevamos dentro.
No sé si te puede servir de algo.
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