Hoy me desayuno con una noticia que a casi nadie importa: la clínica abortista “Isadora” de Madrid, echa fetos a la basura con la información confidencial de las pacientes. Las “irregularidades” ya habían sido denunciadas hace tiempo, pero los responsables del abortorio explican que ellos siempre clasifican los “residuos sólidos biológicos resultantes de las intervenciones” (¡toma ya!) para que los recoja el Ayuntamiento.
No debo hacer más comentarios. A estas horas de la mañana el bolígrafo se me desboca y no consigo moderar sus ímpetus.
Sólo dos consideraciones:
1. ¿Cuántos eufemismos detectáis en la información anterior? Yo cuento siete. Y el más grave es llamar clínica a ese establecimiento.
2. Me han dicho que ha sido visto un doctor en el interior de la “clínica” con un pitillo encendido en
Después de redactar estas líneas, recemos un avemaría por los niños, por sus madres y por los matarifes.
2 comentarios:
Y más de una...
Supongo que la noticia la dan por la información confidencial de las (im)pacientes. Y eso ya no es un eufemismo, sino un síntoma.
Publicar un comentario