viernes, 30 de marzo de 2007

Séneca me envía un mail




El texto de Séneca no ha despertado excesivo entusiasmo entre los visitantes del blog. Rocío lo califica de gélido; Altea reivindica el valor de las lágrimas; Martin explica que él es un llorón y no piensa cambiar. Y yo, que he sido castigado con la imposibilidad física de llorar, por culpa de aquella inoportuna fractura de la base del cráneo, que desconectó mi sesera de los lagrimales, he escrito un mail al propio Séneca, para que me aclare la cuestión o pida disculpas.

Ha contestado inmediatamente:

—Nascimur in lacrymis, lacrymabile ducimus aevum. Clauditur in lacrymis ultima nostra dies.

Lo que, traducido a romance, significa “nacemos llorando, la vida trascurre entre llantos, y se cierra con lágrimas nuestro último día.”

Le escribo de nuevo:

—“Oye, Séneca, tío, aclárate. ¿Estás a favor de las lágrimas o en contra?

Y me contesta:

—Nulla flendi es maior causa, quam flere non posse.

O sea, “no hay mayor causa de llanto que el no poder llorar”. Y, tras asegurar que “cualquier dolor se disuelve con lágrimas” (plerumque omnis dolor per lacrimas effluit), corta la comunicación definitivamente.

Y yo añado que el pobre Séneca no tiene nada contra el llanto y menos contra los sentimientos, sino contra ese ambiente quejumbroso, propio de las sociedades opulentas, que se creen con derecho a todo y viven en perpetuo síndrome de abstinencia.

Séneca, además, es sólo estoico, y predica la fría resignación y la fortaleza. Eso, para los cristianos, es poco: nosotros encontramos la alegría cuando abrazamos el dolor sin miedo y descubrimos que Jesús es nuestro cómplice, que está a nuestro lado llevando la Cruz.

8 comentarios:

Altea dijo...

Ahora está más claro. Sabía que faltaba algo.
Por cierto, enhorabuena por su estilo literario. Es delicioso.

Anónimo dijo...

A mí el texto de Séneca me pareció fantástico; sobre todo, ilustrador. Pero creo que lo que nos ha escrito hoy completa maravillosamente las líneas de ayer.
Gracias, como siempre, por enviarnos a diario cosas con las que pensar y hacernos pelear contra nosotros mismos. Eso es importante (bueno, para mí lo es).

E. G-Máiquez dijo...

Olé.

El payaso triste dijo...

Non habeo parabolas ad dicendum ad te... IMPRESIONANTE.
(perdón por mi latín, seguro que no es correcto)

Anónimo dijo...

Si no recuerdo mal los estoicos y los hedonistas conviven más o menos por las mismas fechas.

Los primeros reconocen las existencia del dolor y su necesidad de aceptación. Resumiría su filosofía en "esto es lo que hay".

Los hedonistas,creo recordar, defienden el placer como su máxima e intentan huir del dolor y el sufrimiento. Resumen "huir de la realidad con todo tipo de aderezos, placeres y si es necesario, engaños" (ej. las drogas).

Hedonistas o estoicos todos estamos expuestos a los mismos sufrimientos. Con el agravante para los hedonistas que es una filosofía frustrante en sí misma ya que añaden a las dificultades reales de la vida la del querer evitarlas, o negarlas, a toda costa.

En el siglo XXI tiene mejor marketing el hedonismo que el estoicismo. EL hedonismo lleva al consumismo y al gasto: yogures más dulces, piel más suave, el colchón hiper-sueño...Total que los hedonistas del SXXI además de tener una lucha frustrada contra todo tipo de sufrimiento (vamos que no podrían ni enamorarse) hay que hacer un montón de gastos extras lo que supone otra lucha con la cuenta corriente.

Por mi parte, por el sentido práctico que me inculcaron de pequeña y la fe que Dios me ha dado, creo en que el sufrimiento tiene un sentido y no se puede desperdiciar. Resumen: "esto es lo que hay pero en lo que se pueda convertir de ti depende".

Supongo que el cristianismo defiende la aceptación del dolor, no cómo los estoicos, "por que esto es lo que hay", sino por que sabe convertir el dolor en amor.

Pt. Vaya rollo me ha salido...I´m sorry!

Jesús Sanz Rioja dijo...

"La vida empieza en lágrimas y caca", dijo Quevedo.

Adaldrida dijo...

Gracias! Yo, debo reconocerlo, soy hedonista pura, hedonista cristiana. Hay que disfrutar hasta del propio dolor! O sea, de la satisfación de sufrir por algo, para algo, de ofrecer el sufrimiento. Reconozco que he sufrido poco: algunos feos, el maldito régimen siempre sin cumplir, un par de desamores y, lo más fuerte, hace dos añoa, ´mi tío preferido en la UCI, a punto de morir. No murió, pero pasamos unos meses...! Y, sin embargo, yo estaba llena de paz.

Corina Dávalos dijo...

He aterrizado en este post a destiempo, atraída no por Séneca sino por Guayasamín, así que no supe de las invectivas contra la sociedad de lágrima fácil, ni las quejas de los que lloran sin complejos. Gracias, en todo caso por las frases de Séneca y por la traducción para los no latinistas.