martes, 30 de noviembre de 2010

Adviento (II)

El halcón sobre las aguas
Fue la eclosión de una rosa que nació de la nada, antes de que existieran las rosas. Fue una sinfonía colores, de aromas desconocidos, de luces espléndidas. Fue un canto de voces imposibles que surgían en cada átomo del firmamento.
Antes de ese instante no había nada, ni siquiera una semilla o una mota de polvo que el Señor pudiera utilizar. Y sin embargo, esa “nada” estalló en las manos del Creador y surgió el universo. 
En el Cielo no sabíamos qué decir. Nada parecido había ocurrido antes.
La tierra, el lugar escogido por Yahvé, para la Encarnación de su Hijo era un territorio sin vida, un caos de muerte que, sin embargo, iba tomando forma poco a poco.
Entonces vimos un gran halcón plateado, de belleza singular, que cubrió con sus alas la superficie de aquel pequeño mundo. Era el Espíritu de Yahvé, que, como dice el Génesis, “se cernía sobre la superficie de las aguas”. 
Los ángeles, que lo conocemos todo en Dios, vimos reflejado en los ojos del halcón todo lo que estaba a punto de suceder: los bosques, los ríos, el azul del cielo, las fieras y los animales domésticos; las risas de los niños y el canto de las aves. Y sobre las alas del halcón visitamos los cinco continentes y los miles de millones de seres humanos a los que deberíamos proteger a lo largo de milenios.
También vimos el rostro de María. Aún faltaban muchos siglos para que aquello se hiciera realidad, pero, desde ese mismo instante, los Ángeles del Cielo supimos que teníamos una Reina y un Niño al que queríamos adorar.
Sólo Lucifer se rebeló.

15 comentarios:

Vila dijo...

Gracias II. El halcón no podía faltar, me ha gustado muchísimo como nos muestra la belleza de la creación.

GAZTELU dijo...

Que pena lo de lucifer, es lo único que mancha la creación y como la mancha Dios mío, ayúdanos a caer en la tentación y protégenos siempre del maligno.

GRACIAS!!!

Pascalle dijo...

Algunos de los lectores más fieles no somos capaces de comentar nada después de una entrada así, pero enganchan. Son entradas para pensar (por libre, claro): lo digo por si nos echas de menos.

Pollo con almendras dijo...

¡Muy lindas palabras!

Enrique Monasterio dijo...

Pascalle, a ti no puedo echarte de menos, porque sé que te asomas al globo cada mañana. Pero tus sabias palabra...

Papathoma dijo...

Suscribo las palabras de Pascalle.

(Gracias por continuar con el Adviento, ya pensaba que habría que esperar al domingo.Me alegro de que esté mejor. Lo de Carlos fue todo un notición).

DAVID DIAZ CRIADO dijo...

Ya me han explicado cien veces que durante el adviento los sacerdotes se visten de morado como signo penitencial, pero nunca estuve de acuerdo y sigo sin estarlo... desde mi punto de vista debieran vestirse de verde esmeralda como signo de esperanza y alegria ante la venida de Cristo Encarnado y ante la segunda venida PARUSIA.
¿acaso hacen penitencia los padres cuando preparan la venida de un niño? ¿o hacen mas bien alegria?
Ademas deberian vestirse de azul celeste o turquesa en todas y cada una de las fiestas de la Virgen.
Es mi opinion pero no negociable.
Yo paso de hacer penitencia en Adviento ni Navidad ¡¡jodones!!
¿estamos de fiesta o de luto?

Anónimo dijo...

Pues yo creo que todo tiene un por qué y además bien pensado, DDC. Cuando uno se prepara para la venida de Cristo, hay que estar bien por dentro y eso requiere penitencia y renovación. Una vez "limpios" el blanco, color de gozo y de victoria, para Navidad. AC

Yomisma dijo...

David, los padres hacen MUCHA penitencia mientras esperan a su(s) hijo(s-as). Sobre todo las madres. Te lo digo con conocimiento de causa. La alegria viene cuando la criatura nace....Un rato.

Vila dijo...

Papathoma, se te echa de menos. Menos mal que comentas algo de vez en cuando... Estás aplicando al pié de la letra lo que dijiste en verano al verte "descubierta" por algunas amistades en tu tierra natal, y a veces pienso ¿dónde estás?.
Perdona, ante todo respeto tu decisión.
En mi caso con la cantidad de cosas personales que he dejado traslucir los últimos meses por aquí, es bien seguro que mi identidad, para algunos visitantes, ha quedado al descubierto.

Bueno, gracias porque sé que estás ahí echándome una mano con algún rezo. En su momento lo dijiste y sé que lo mantienes.

Igualmente suscribo el comentario de Yomisma, pero no lo llamaría penitencia en la espera de la llegada del hijo, sino amor incondicional por quien está creciendo dentro de ti. También tengo bastante conocimiento de causa al respecto. En el fondo decimos lo mismo, mismo.
Y nuestros maridos llevan la precesión por dentro, pero no por ello menor que la nuestra, me quedé alucinada cuando me di cuenta.

Papathoma dijo...

Jajjaja...Vila:me has pillado. Pues sí, me he sentido de nuevo "descubierta" y me he retirado un poco, pero aquí estoy cada día, riendo, rezando o pensando con lo que nos regala cada mañana D. Henry y siguiéndoos a cada uno (me leo TODOS los comentarios!!!)

Tranquila, rezo por lo que vais pidiendo y por todos los que van en este globo en silencio.Solo he fallado a la cita este fin de semana, que me fui a uno de esos retiros de los que se habla aquí de vez en cuando. Y allí os llevé conmigo a todos.

Fui literalmente hecha trizas y volví...con paz. Total nada. Pero para explicar lo que es tener la paz de Dios, tendría que escribir un libro!!! y me temo que no es mi fuerte.

Quien no lo haya probado nunca (lo de retirarse unos días), que se anime. Es altamente recomendable. Para más info, preguntar al Capitán.

Maisa dijo...

Leyendo esta entrada,hemos pensado en cómo preparar a nuestras familias para que vivan una auténtica navidad. Se nos ha ocurrido representar el Belén que puso Dios 6º de primaria, en Senara.
¿Podríamos además, contar con su autor para que hablase de la Navidad, a propósito del libro, a las familias de ese curso y a las alumnas?

Enrique Monasterio dijo...

Maisa, este año pasaré la Navidad lejos de Madrid. Desde el día 17 estaré en Bilbao para hacer un poco de compañía a mi madre. Supongo que ella se enterará ahora mismo por este comentario.

Vila dijo...

Que bien D. Enrique, qué Navidades tan estupendas tiene planificadas. Seguro que las recordará siempre, estas y las posibles que vengan en años próximos.

Yo llevo en mi corazón especialmente las de los últimos años.

¡!Madre no hay más que una!!. Mímela mucho mucho (si me permite decírselo).

Capuchino de Silos dijo...

D. Enrique: El pasado año me compré su libro "El Nacimiento que puso Dios" que me pareció maravilloso.

Este año quisiera ir poniéndolo en el Blog por capítulos para que los que entran en él lo puedan leer y que lo disfruten como lo disfruté yo, pero siempre, que usted me de su permiso ahora que estamos en Adviento.

Mi correo es risnatara@hotmail.com

Que el Señor le bendiga.