Adviento (IX)
Atravesamos Jerusalén al atardecer después de una jornada larga y penosa. Hacia el este, los sillares del Templo, recios como los de una fortaleza, resplandecían iluminados por el sol. Aún no habían terminado los trabajos de reconstrucción ordenados por Herodes, pero ya había miles de peregrinos venidos de todos los lugares del mundo para adorar a Dios y gozar con la hermosura de su Templo.
―Podríamos acercarnos… ―insinuó María a su esposo―.
José hizo un signo negativo con la cabeza y le hizo notar que tenían el tiempo justo para entrar en Belén antes de que oscureciera.
―Volveremos cuando nazca el niño. Ahora tú eres mi único templo.
En Belén las casitas se apiñaban alrededor de una colina, abrazadas a las rocas como niños asustados. Enseguida comprobamos que la llegada de visitantes con ocasión del censo había convertido la pequeña ciudad de David en un hormiguero de gentes que iban y venían en busca de alojamiento.
No es cierto que nos cerrasen todas las puertas. Un buen judío siempre encuentra la forma de acoger en su casa a quien se lo pida en nombre de Yahvé, y no le negará un trozo de pan ni un rincón donde guarecerse. Pero José necesitaba un lugar retirado donde María tuviese intimidad para dar a luz al Hijo de Dios. El establo de la posada fue una buena solución.
Los ángeles quisimos limpiar cada rincón de la gruta antes de que llegaran, pero el Señor nos lo impidió:
―Nadie se dará cuenta ―le habíamos dicho―. María y su esposo lo encontrarán todo dispuesto como si hubiesen sido los pastores.
Fue inútil. El bueno de José acomodó a María en un rincón, agarró el escobón y se dispuso a barrer el estiércol sin permitir que la Señora le echase una mano. El aroma de flores que llenó la gruta fue cosa del Señor, que quiso dar así la bienvenida a su Hija predilecta.
Cuando José logró encender el fuego, María cerró los ojos y, al fin, pudo dormir. Aún faltaban tres días para la Navidad. Los ángeles debíamos ensayar el primer villancico.
6 comentarios:
Estamos en la cuenta atrás 22-23 y Nochebuena. En casa todavia quedan escobas de palma de varios tamaños hechas por mi padre y la ve verdugos de ramas de olivo ya na más que palos. No se vosotros donde estareis. Yo no me moveré de aqui xq Belén es el Mundo entero y no hay distancias, mis hermanos alguno estará con mi madre . Hoy tiene q. ir a Puertollano a ver q. pasa con el brazo, hablé co Pablo q. las lleva y trae y haber si nos toca la lotería: A mi ya me ha tocado me dice anoche, soy feliz con lo que tengo, solo le pido a Dios un poco de salud pa poder seguir trabajando. Nos estamos cenando una tortilla de patata, un poco de moje frio y unas empanadillas y poco más, no necesito artarme de cordero q. luego no te puedes mover. me acostaré temprano y cuando me levante encenderé una lumbre en la chimenea de la cocina campera. Me gustaría q. fueran a la Misa del Gallo. - yo hace tiempo q. no voy. - si colega pero te estás hasta la 1 y 1/2 con una peli - ¿sabes lo que vi la otra noche? me dice. Los templarios. Pues hoy echan: Oliver Tuis lo vi anunciar enca una señora mayor que fui a dejarle su felicitación de Navidad y un rosario paque pase bolas al menos. Asi por lo menos tiene su pequeño Belén q. no lo encuentra. Jo el que es bonito es el de Jose de la reparación del calzado. Hay muchos G.A.D. eso no hay quien lo prohiba: cada uno en su casa y Dios en la de todos. se dice. Adiosle
Precioso el Belén de la foto. Y porque ha llovido mucho pero, seguro que entonces no era tan extraño dar a luz en un establo o en el mismo campo, donde pillara. Y por otro lado, qué bien junto al padre de la criatura sin máquinas, enfermer@s, goteros... salvo por el aspecto meramente sanitario, mucho mejor ahí y así.
Q buena la entrada D Enrique! y como dice antuan ya estamos en la cuenta regresiva, aqui en argentina con muuuucho calor y alli con mucha nieve segun veo. Qria pedirles q resen por una conocida mia Lorena es su nombre( tiene un virus q la ha dejado sin sentir nada en las extremidades inferiores, y yo me acorde de lo bien q se han recuperado las otras personas por las q hemos rezado aqui, asiq se las encomiendo en sus oraciones, desde ya gracias)
D. Enrique:
¡Muchas gracias por estos relatos tan bonitos que nos regala! Y por los villancicos, y por todo.
Desde la "Urbe" acuérdese de todos nosotros. Yo encomiendo especialmente a su madre, que intuyo debe ser un fenómeno de mujer.
¡Feliz Navidad, Año Nuevo y Reyes!
Gracias, porque me enseña a meterme en el belén y a rezar.
¡Ya queda menos para que nazca! ¡qué alegría!
No hace mucho usted me dijo que Jesús estaba a gusto en nuestro establo, que lo importante es que no le echara nunca.
Es cierto que está sucio y desordenado y que al igual que, al posadero Joaquín, me avergÜenza recibir también a todo tipo de mercaderes, pero me gusta la idea que nos muestra hoy (bueno, ayer)y pedirle ayuda a mi patrón S.José.,para que me ayude a mantenerlo lo suficientemente decente para que siempre esté a gusto el Señor.
Gracias IX
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