jueves, 8 de noviembre de 2012

En el año de la fe (16)



Por obra del Espíritu Santo 
se encarnó de María Virgen (I)



Creo firmemente que María Santísima es la Hija predilecta de Dios, la más amada, la elegida desde antes de todos siglos.
Creo firmemente que Dios Padre la hizo bellísima en el alma y en el cuerpo, colmada de dones y tan graciosa como corresponde a la que iba a ser madre del Redentor.
Creo firmemente que fue concebida sin la menor sombra de pecado.
Creo firmemente que el Espíritu Santo, la amó con amor esponsal y le pidió que le entregara su alma y su cuerpo. María fue Virgen para ser esposa del Dios-Amor.
Creo firmemente que es posible amar a Dios con un corazón de carne y entregárselo entero si Él nos lo pide. Y creo firmemente que esa llamada divina es una prueba de predilección, un tesoro escondido que tal vez tú puedas encontrar. 

4 comentarios:

yomisma dijo...

Creo que esa llamada se la hace Dios a todas las personas, uniendo este comentario al del 6 de noviembre. Cada uno tiene su momento. Y María nos muestra el camino y la forma de no dejarlo pasar. Os imagináis el alma de María, sin sombra de pecado? Delicia de Dios.

Cordelia dijo...

EL último párrafo es maravilloso. Y la última frase, demoledora.
¡A buscarlo!

Relicary dijo...

Ese cariño que se siente al rezarla. Se siente, aunque te resistas, una especie de Amor te impulsa a rezarle y verla como un camino hacia Dios.

Adaldrida dijo...

Pufff. Dardo.