domingo, 25 de noviembre de 2012

En el año de la fe (27)


Y su reino no tendrá fin
(En la solemnidad de Cristo Rey)


Jesucristo es Rey del universo desde el comienzo de los siglos: Él fue la primera piedra de la Creación; el Modelo, el Arquitecto y el Cimiento del Cosmos.
Cuando Yahvé diseñaba las galaxias, los atardeceres de Molinoviejo y la melodía de cada una de las aves del bosque, Cristo Rey iba dejando impresa la luz de su mirada. Y cuando Dios formó con sus manos el cuerpo de Adán, hasta los Ángeles se sorprendieron al comprobar era el vivo retrato del Verbo Encarnado.
Ese Reino recibió una herida mortal en el corazón del primer hombre. El diablo se convirtió en príncipe de este mundo, y Jesús vino a la tierra para recuperar los que siempre fue suyo. Se hizo siervo. Reinó en un pesebre; en un borrico camino de Jerusalén y en el madero de la Cruz. Y Satanás fue destronado.
Ahora sabemos que volverá para reinar definitivamente en el corazón de sus hijos. Así lo describió hace años un pastorcillo sabio, personaje singular de “el belén que puso Dios”:
Vi también la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que venía desde Dios, ataviada como una novia que se engalana para su esposo. Yo, como no entendía lo que estaba soñando, pregunté: "¿qué significa todo esto?" Y una voz me explicó que, desde aquel momento, Yahvé iba a vivir entre nosotros, no como en Belén, escondido entre pañales, siempre huyendo de sus enemigos, sino como Rey: en  la sala de estar de nuestras casa, en las calles de las nuevas ciudades, en el trabajo gozoso de los talleres, entre los libros de los intelectuales, en el clamor de los estadios... "Esta es la morada de Dios entre los hombres, continuó aquella voz: ellos serán su pueblo y Yahvé será su Dios. Y las lágrimas ya no servirán para el llanto, sino sólo para la risa; porque la muerte habrá muerto".
Entonces vi a Jesús, que sonreía desde su trono y me decía: ya lo ves, ahora  todas las cosas son nuevas.

9 comentarios:

Cordelia dijo...

Ay, qué bonito. Me voy al Oratorio de cabeza...

Cayo coco dijo...

Cristo Rey,no dejes nunca de reinar en todos los atardeceres del mundo,y susurra en nuestro oido tus palabras de Amor,solo así resistiremos.

Relicary dijo...

La verdad es que dentro de un rato me piro a Misa. Como sugiere Cordelia, puede ser bueno leerse ésto, especialmente tras la Comunión, en la que durante un buen rato somos "sagrarios" pues la Forma está en nosotros :)

yomisma dijo...

Esto he leído hoy de Sta. Teresa:

"Razón es que, ya que por la humildad de este Rey, si como grosera no sé hablar con él, no por eso me deja de oír, ni me deja de llegar a sí, ni me echan fuera sus guardas; porque saben bien los ángeles que están allí la condición de su rey, que gusta más de esta grosería de un pastorcito humilde, que ve que si más supiera más dijera, que de los muy sabios y letrados, por elegantes razonamientos que hagan, si no van con humildad."
Y no añado más.

Fernando Q, dijo...

Especialmente inspirado, don Enrique. Preciosa reflexión

Palo dijo...

Y nosotros somos hijos del Rey, príncipes y lo que más me gusta: princesas. ¿Vivo como tal?

Anonimo dijo...

"yomisma" me tienes EPATAO,y no ańadas más que pa eso está DON HENRY

yomisma dijo...

EPATAO seria un buen nick para to, anonimo.

Adaldrida dijo...

Gracias, Don Henry.