jueves, 30 de diciembre de 2010

Artebakarra


Salgo de casa a las diez de la mañana en un día sin sol y un tanto brumoso. Las nubes altas que cubren el cielo son una bendición de Dios para el pajarero. Gracias a ellas podré observar las aves en cualquier postura sin que me deslumbre el sol.  
Voy a Artebakarra. Los topónimos de mi tierra suenan ásperos y recios, como los golpes de hacha de un aizkolari; pero, a mí, Artebakarra se me antoja una voz dulce y misteriosa, con sabor a brujería, a poción mágica y a hechizo amoroso. No es un municipio, ni siquiera un pueblo; es apenas una cuesta frecuentada por unos pocos ciclistas, un bosquecillo y una minúscula aldea con un restaurante, muy conocido por los gastrónomos de la tierra, que fabrica su propio txakolí. 
El bosque de Artebakarra chorrea de humedad. Todavía hay jirones de niebla sobre la copa de los pinos, como harapos grises que se resisten a levantar el vuelo. Oigo el graznido de un arrendajo. Luego, un silencio expectante entre los árboles.
―Sé que estáis ahí. Y comprendo que diciembre no es un mes que invite al canto, pero soy inofensivo y quiero veros.
Hablar con las aves no parece un síntoma alarmante, al menos mientras no te respondan. El ornitómano suele ir solo y algunas veces tiene la impresión de que los pájaros le entienden y juegan con él al escondite. Los de Artebakarra no; aquí son desconfiados y un tanto tímidos. 
Poco a poco despierta el bosque. Enseguida, a pocos metros, aparece un camachuelo, el pajarillo más euskaldún de la Península Ibérica. Con librea parda de invierno no llama mucho la atención, pero es él sin duda alguna, y a estas alturas del año el pajarero se conforma con muy poco. Sólo con echarle una ojeada me parece que he aprovechado el paseo.
La humedad empieza a socavarme el esqueleto y uno no está para correr riesgos innecesarios. Regreso a Islabe. Me pregunta Pablo si he visto “muchos pájaros”.
―Uno sólo. Tú eres el segundo.





7 comentarios:

Juanan dijo...

Pues le ruego que me disculpe, pero a mí "Artebakarra" me suena a bienal de arte contemporáneo-gamberro-punk.
Se llame como se llame, le envidio por esa tierra tan rica, con tanta vida. Yo quiero mucho al valle del Guadalquivir, pero comparado con el Norte es un puro secanal.

melina dijo...

q lindo viaje q esta teniendo d Enrique! luego nos contara a los q no somos españoles de q se trata esa especialidad q fabrican alli ( para mi tiene nombre de dulce pero usted dira)Aprovecho para desearles un muy buen final de año y un feliz año nuevo!! este globo a sido una gran compania durante todo este año y espero q lo siga siendo el año entrante espero q lo pasen muy bien

Anónimo dijo...

Ya veo por su comentario del segundo pájaro que vuelve a tener su tono guasón habitual. je,je,

Feliz año a todos.

Antuán dijo...

Realmente q. Artebakarra suena a cuento y fantasia, a castillo y aventuras, infamias y diversión. me llama la atención lo de la librea del pajaro ¡como no! tenía q. salir a pasear y encontrarse con usted además de Pablo, el 2º busque hace ya... que librea es lo que visten los esclavos o sirvientes, encaja en el castillo aunque no se lleve. hasta aqui. Ya
Porque ahora quiero colocar lo que traía y hablabamos hace dias de. Optimismo... La Fe pensaba: se nos regala. La Esperanza nos lleva a ser optimistas si no nos vamos a pique. Esta mañana busque xq si en Spe Salvi para los que intentamos aprender latín (que está de moda me dijo alguién en el bus) Por la Esperanza seremos salvados. dice el Papa Benedicto: Los santos pudieron recorrer el gran camino del ser hombre del mismo modo en que Cristo lo recorrió antes de nosotros, porque estaban repletos de esperanza.. (pag. 68)
Nos queda la Caridad, y no vale decir: salvese quien pueda. recuerdo en los juegos infantiles uno era (no se como se llama) había que agarrarse de la mano y hacer una hilera cuanto más larga mejor, una carrera y entonces los primeros se iban parando a la vez que tirando pero la cuerda no se podía romper xq sino el último podía salir por los aires y eso es jugar a traición. Nadie quiere ser el último. Moraleja compre una Agni y tire la vieja. esto x lo del fin de año. pues en mi patio sigue de pedales. Adiosle

Juana la loca dijo...

Antuan, que grande eres. Me encanta tu filosofía de "entre col y col, lechuga"

Anónimo dijo...

Artebakarra¡¡¡¡ a mi tambien me gusta como suena. Será por que he nacido muy cerkita de alli, o porque en Artebakarra hay un monastario escondido. Es una comunidad de clarisas que lucha a duras penas por sobrevivir. Al verlas alli y al conocer su historia descubrí lo que es fidelidad y esperanza. Les animo a pasarse por allí y a descubrirlo. Andrea

Juan Canada dijo...

Hola: No sé si Artebakarra tiene alguna traducción al castellano.
Es un lugar mágico, no sólo por su cuesta, los ciclistas, las clarisas que están ahí rezando y dando ejemplo. Por suerte, de momento, la urbanización de lujo con golf que querían hacer está paralizada, aunque ya han dejado más de un "estropicio" en el medio ambiente