martes, 7 de diciembre de 2010

En una hora y cuarto

A las 8 en punto de la mañana telefoneo a mi compañía de seguros.
―Línea directa. Le habla Raquel. ¿En qué puedo atenderle?
Después de identificarme con mi número de póliza, nombre y domicilio, continúo.
―Tengo el coche estacionado en el parking, pero no funciona. Al parecer se ha quedado sin batería.
―¿Me dice la dirección del parking?
Le facilito todos los datos a Raquel, que parece una chica muy espabilada, y concluye.
―Dentro de tres cuartos de hora aproximadamente llegará la grúa. Si es necesario llevaremos su automóvil a un taller. ¿Tiene preferencia por alguno?
―No, bueno, yo…
―De acuerdo. Tómese un café y espere. Le avisaremos por teléfono cuando llegue allí la grúa.
El café pude tomármelo; la tostada, solo a medias. A las 8,20 me llega un SMS: la grúa ha llegado ya. 
Salgo corriendo. El conductor lleva una carpeta con instrucciones.
―¡Anda, demás se viste de cura!
―No querrá que me vista de bombero; soy cura.
―Pero esas cosas ya no se llevan.
―Y usted, ¿por qué lleva ese casco y el chaleco antibalas…
―Antibalas, no; “antirefrescante” 
Lo dice en broma, por supuesto, y añade que Lo lleva porque está de servicio.
―Pues yo estoy siempre de servicio. Así que vamos por el coche.
A las 8,30, después de quitar la válvula del freno de mano, que es la culpable del desaguisado y recomendarme un taller para que me la sustituyan por una nueva, pone en marcha el coche y aprovecha que los dos estamos de servicio para hacerme una consulta jurídico-canónica.
Me cuenta que ha casado muy mal a la chica; que el marido, además de golfo, se gasta lo que no tiene en el casino de Torrelodones, jugando a las cartas o apostando en Internet. 
―Me dice mi cuñado que por veinte mil duros la Iglesia te da la nulidad. ¿Es verdad o no es verdad?
A las 8,45, llamamos a un colega más experto que yo y milagrosamente contesta. Lo de los veinte mil duros queda descartado. El resto, habrá que verlo despacio.
A las 9 de la mañana, entro en Midas, un taller rápido y eficaz. Mientras consumo un segundo café, el coche ya está reparado.
―Con las escobillas, son 70 euros, caballero. 
Me revienta que me llamen “caballero”, pero les suelto 5 euritos de propina. 

 


11 comentarios:

Isa dijo...

Guau, con qué rapidez se solucionó todo, qué milagro...
Espero que se solucione lo de la chica con su marido; ¡ay qué vida!

Papathoma dijo...

Lo mío iba de calefacción estropeada. Reconozco que casi no nos dio tiempo a pasar frío: llamé ayer y hoy a primera hora ya estaba allí el técnico: 10 minutitos y la caldera como nueva. Son 160, señora. ¿Se lo pasan por banco? Pues mejor...

Más difícil lo tuve después intentando convencer a los de Movistar de que el terminal-que-me-regalaron-en contra-de-mi-voluntad nunca ha funcionado bien:

-No puede cambiarlo ahora porque tiene "permanencia" hasta mayo. Ah, bueno, si aún así quiere...tiene que pagar 30 euros.
-¡¡¡Pero si no funciona!!!
-Ya, pero es así.
-Pues me doy de baja.
-Tiene que pagar igual 30 euros.

Tras una hora hablando con distintos operadores de acentos variados, una "nacional" con voz cansada pero eficaz me ha dado la solución: lo tiene en garantía, llame a este número al servivio técnico de Nokia y se lo arreglarán.

1 hora 30 minutos. Y no he dicho ni un solo taco.
Continuará...

Anónimo dijo...

Que bonito es saber distinguirse, por el vestuario, que se es sacerdote. ¡Que maravilloso servicio!

Pierre Nodoyuna dijo...

Es curioso, si Ud no lleva el uniforme de cura no hay consulta. si el consultor no lleva el uniforme de arregla coches, se queda sin saber qué le pasa al coche. El cobra por la consulta del coche, y a Ud no le da ni propina por la de la mal casada....Los curas están muy mal representados.

Anónimo dijo...

Yo tampoco aguanto que me llamen "caballero" (ayer mismo una jovencita en unos conocidos grandes almacenes) y prefiero el escueto y correcto "usted". Porque cuando me lo sueltan estoy tentado de llamarla "escudera".

En cuanto a la grúa el pasado verano me dejó tirado el coche a la una de la mañana cerca de Robledo de Chavela (en una noche estrellada preciosa). Por fín apareció el ángel de la grúa y un taxi que se llevó a la familia. Pero mis hijos se iban al día siguiente de campamento y los tenía que llevar así que el buen y generoso hombre me prestó un coche de susititución -¡gratis!- y los dos cantando en su grúa de lo más animado.
ROPEGRA.

Altea dijo...

Je, je,jeee... Muy bueno el vídeo.

Vila dijo...

Papathoma, !!ole, ole!!, yo en tu lugar segurísimo que habría soltado algunos taquitos, y me hijo se habría forrado; porque tenemos hecha una apuesta por la cual cada vez que yo suelto una palabra "malsonante" le tengo que meter dinerito en su hucha.

Está claro me has dado un estupendo ejemplo. Espero que continué de forma amistosa jaja...

Bernardo dijo...

Hola, hola!

Aquí sigo, en Alemania, casi hasta Nochebuena. Cenando algo de fruta en la habitación del hotel, y luego trabajar un poco más hasta la hora de dormir.

Pues yo a veces juego con Jaime "a hablar". Nos tratamos de usted con toda corrección y buenas maneras. Él no lo sabe aún, pero seguimos mi maquiavélico plan para que no le suene raro tratar a la gente de usted.

A veces jugando me llama "padre" en vez de "papá". A Marta no le termina de hacer gracia la cosa.

yomisma dijo...

A mi si me gusta que el chino de la entrada del auper me llame "young lady" cuando paso por allí. Claro que eso se lo dice a todas.

Relicary dijo...

Jejeje, estoy con Pierre. Si no llevamos esos símbolos que de algún modo nos identifican, no sabemos cuándo pedir ayuda.

Anónimo dijo...

Y le dan comisión los de linea directa y Midas? Je, JE