viernes, 30 de diciembre de 2011

En la fiesta de la Sagrada Familia



Hace cuatro años escribí algo aquí sobre la fiesta que celebra hoy la Iglesia. En diciembre de 2008 expliqué que esta fecha tiene un significado especial para mí: hace 53 años pedí la admisión en el Opus Dei. Acompañadme en mi acción de gracias por el tiempo pasado.
Hoy, durante la Misa, he recordado que mañana se celebra en muchas ciudades de España una especie de maratón popular de más o menos kilómetros según los casos. En estas carreras siempre hay unos cuantos atletas profesionales que toman la delantera muy pronto y se disputan el triunfo entre ellos. Luego llegan los demás, la gran masa de aficionados, mejor o peor preparados, pero sin posibilidades de vencer.
En ocasiones suele aparecer también un  corredor solitario que llega a la meta cuando ya han entregados las medallas a los vencedores y las tribunas están casi vacías de público. Ese último atleta, gordito, pequeño y con rostro desencajado, al divisar la línea de llegada, acelera el ritmo, saca pecho y entra triunfador como si hubiese logrado la medalla de oro. Luego mira el cronómetro para comprobar, quizá, que ha batido su propio record.
Hoy, al echar la vista atrás me he acordado de ese corredor. Yo quiero ser como él. Llevo muchos años arrastrándome en la cola de un pelotón de grandes atletas, y no quiero abandonar ahora que la meta está tan cerca. Me conformo con entrar un segundo antes de que se cierre el control.

11 comentarios:

Vila dijo...

Nuevamente muchísimas felicidades, y como tenía mal anotada la fecha ya ha sido muy encomendado por anticipado. En cualquier caso hoy volveré a meterle en mi post-it amarillo de “encomendados especiales”. Y el dar gracias a Dios, eso lo hago todos los días por haberle cruzado en mi camino.

Efectivamente lo importante es llegar a la Meta, cada uno tiene su ritmo de carrera, el que le marca el Señor. Y espero, sinceramente, que a usted todavía le quede un trecho no tan corto como nos anuncia para llegar a ella.

Feliz Aniversario y Gracias mil por su Fidelidad.

Anónimo dijo...

Enhorabuena don Enrique. ¡Qué alegría! Es un buen lugar donde vivir.

Lo del corredor, también soy yo, con la ventaja de haberlo vivido. En el colegio, sin ser bajito, pero sí gordito, solía llegar el último. Todos se reían, hasta que un día, el Sr. Guillén, nos dijo; "No riáis, ha llegado, eso es lo importante, tenéis mejores cuerpos, per él ha demostrado tener voluntad." ¡Cómo me animaron, entonces y hoy, esas palabra! Hay que luchar, sí, pero con la vista puesta en la meta, y el corazón puesto en la misericordia de Dios.

¡Feliz Año!

Xavier G.

Cordelia dijo...

Felicidades y gracias.

paloma dijo...

¡Felicidades don Enrique! aquí seguiremos hasta que Dios quiera.

¡Que Dios lo bendiga siempre!

pacita.. dijo...

De todo corazón :Muchisimas Felicidades!!!!!!!

Rosario dijo...

¡Muchas felicidades! Veo que este globo está cada día más cerca del cielo que da la tierra. Como hay muchas formas de llegar a la meta quizá esta es una de ellas: ir en globo. Gracias!

Antuán dijo...

Pero que cosas tiene d. Enri. ¡Felicidades! y ¡Adelante! que ¡Vale la pena! dice mi hermana y a disfrutar por este dia de la familia. Adiosle

Anónimo dijo...

Con infinito respeto pero yo le daría un par de besos en sendos carrillos, que vendrían a ser -creo yo- una alabanza a Dios......

Muchas felicidades! me parece que aquí le queda tarea para rato.......


(yo oigo campanillas...)

Gilca dijo...

Muchísimas Felicidades y muchiiiiisimas gracias por tantas cosas!!
El día 9 es mi aniversario y ya me estoy preparando. Le pido que también rece por mi.

Papathoma dijo...

Muchas felicidades y, hasta que Él quiera, a seguir al ritmo que le mande el Jefe, que no es precisamente el del corredor gordito.
Gracias de todas formas por la parábola, que a mí me viene muy bien.

Macarena dijo...

¡Muchas felicidades! ¡Y muy feliz año!