sábado, 7 de abril de 2012

La piedra

Se decían unas otras: «¿Quién nos retirará la piedra de la puerta del sepulcro?» (Mc 16, 3)




María de Magdala nos despertó cuando empezaba a despuntar el sol.
―Ha terminado el sabbath―dijo― Ya podemos ir al sepulcro.
Yo apenas había logrado dormir unos minutos, pero logré ponerme en pie.
―Tengo todo lo necesario para embalsamar al Señor ―continuó María―.
―Pero ¿por qué tanta prisa?
Salimos de la casa sin hacer ruido para no despertar a los demás. La Magdalena corría como si Jesús la estuviera esperando. Salomé, Juana y yo íbamos detrás tratando de calmarla.
La mañana estaba hermosísima. Ya florecían los almendros y soplaba una brisa húmeda del mar que nos despertó del todo.
―¡María!
―¿Qué quieres?
―Me parece que esto no tiene sentido. ¿Quién crees que nos quitará la piedra que da entrada al sepulcro?
―Nadie ―terció Juana―. Pilatos ha puesto una patrulla de soldados precisamente para que nadie intente abrir esa puerta. ¿A dónde vamos, María?
La Magdalena se detuvo sólo un instante y habló con un tono grave, como un rabbí:
―Desde que conozco al Maestro todas hemos superado obstáculos mucho más graves que una simple piedra por muy pesada que parezca. De mí salieron siete demonios. Vosotras sabréis de dónde os sacó el Señor. Ahora lo único que nos pide es que vayamos con él. ¿Habéis visto esos perrillos que no se separan jamás de la tumba de sus dueños? Yo no quiero ser menos.
―¿Y quieres morir allí?
―Si él me lo pidiera... Pero no. Quiero vivir de la única forma que vale la pena. No volveré a ser la que fui. Jesús hizo saltar en pedazos otras piedras peores, que me tenían sepultada en una sima sin salida: la piedra de la lujuria, del egoísmo, de la mentira… Vosotras y yo derribaremos ésta. ¡Es tan pequeña! Ya lo veréis.
Caminamos en silencio. María corría cada vez más. El sol nos cegaba la vista. Una algarabía de pájaros cantores nos acompañó hasta el sepulcro. No había soldados ni piedra que nos impidiera el paso...
Ya conocéis el resto de la historia. 


13 comentarios:

Belen dijo...

Unamonos al dolor desgarrador de Maria Madre,en este día de silencio y duelo,consolándola con nuestras oraciones.

Un cariñoso saludo.

rafaela dijo...

Maria me da una buena lección,a mi me gustaría que no se me olvidara durante el año,pero no se yo....

Unknown dijo...

Quien tuviera la fe y la gratitud de la Magdalena!

Vila dijo...

Esto me viene de perlas para la oración de hoy; una oración de acción de gracias.

Gracias mil

(Menos mal que nos dijo que no esperásemos mucho de usted en estos días, que sino...)

Cordelia dijo...

Gracias.

yomisma dijo...

No, Don Enrique, esta Ud. equivocado. A lo mejor ese dialogo sucedió en sus pensamientos. Cuando a las mujeres como Magdalena se nos acorde una cosa y la vamos a hacer con determinación, no damos explicaciones. Solo vamos. Lo demás ya ira saliendo. Y siempre sale. Solo hay que confiar en Dios y darle un codazo al ángel de la guarda de vez en cuando.

Enrique Monasterio dijo...

Yo creo -yomisma- que las mujeres también reflexionan..., de vez en cuando. ;)

Assumpta dijo...

Nadie sabe que Jesucristo ha resucitado,excepto su Madre...Ella sabe que debe esperar en silencio ...El sabe lo que hay que hacer....Maria Magdalena llora desconsolada,no encuentra a su Señor...pero El pronto le sorprenderá eligiendola entre todos los pecadores.Será la segunda en enterarse luego de su Madre,que Jesucristo ha resucitado.

yomisma dijo...

Lo que Ud. diga.

vila dijo...

jajaja muy generoso por su parte, D.henry. Yomisma comprende que se lo has dejado en bandeja y ya le conocemos...feliz Pascua de Resurrección.

Altea dijo...

Esta versión me gusta más que la que suelen utilizar otras veces los curas, intentando ser graciosillos:
-Llevaban una conversación muy femenina: "quién nos quitará la piedra?"

Gaztelu dijo...

Gracias

Papathoma dijo...

Algunos ya hemos vuelto de la Vigilia Pascual, así que, como dicen en mi tierra adoptiva:

- Christos anestei!
- Alithos anestei!

La traducción se la dejo a nuestro Búho. Feliz Pascua de Resurrección a todos!!