martes, 8 de mayo de 2012

En el súper



He ido a Caprabo esta mañana y he visto lo que se relata en las cuatro primeras líneas de este cuento. El resto…, son cosas de mi imaginación, que no tiene arreglo.



 Se conocieron en la sección de congelados. Él buscaba unos langostinos y ella una bolsa de mejillones.
―Son tan buenos como los frescos ―dijo él―.
Ella se ruborizó un poquito, casi nada, y asintió con un gesto.


Volvieron a encontrarse junto a los embutidos.
―A mi hermana le gusta el chorizo un poco picante ―se justificó ella―. Yo la digo que no la sienta bien, pero…
Volvió a ruborizarse; pero apenas se notó.
Coincidieron al fondo del súper, en la droguería. Los dos buscaban pañuelos de papel. Él le recomendó unos de color de rosa con aroma de lavanda. Ella los prefería sin fragancias añadidas, pero le hizo caso.
Él estornudó.
―Siempre me pasa lo mismo cuando me emociono ―añadió―.
Y ella se puso colorada al saber que él también estaba nervioso.
Pasaron juntos por caja, y ella le regaló una bolsa que había traído de casa, porque ahora te cobran hasta las bolsas.
Dos días más tarde, frente a los cartones de leche, se cogieron de la mano casi sin querer y él le declaró su amor en la sección de conservas. Ella dijo que sí mientras abrazaba una lata de guisantes y estrellaba en el suelo una botella de aceite de oliva.
Se casaron dos meses más tarde. Fueron felices y comieron perdices de la sección de escabeches.
Él tenía 76 años. Ella aún no había cumplido los 63.

17 comentarios:

yomisma dijo...

Que bien se lo pasa en la compra... Y gracias por recordarme lo de las bolsas. Siempre quevuelvo a España se me olvida eso y lo antipaticcas que resultan las cajeras.

Relicary dijo...

Jejeje, me ha gustado la historia, es muy bonita y sencilla.

Me permito rememorar una historia que tuvo lugar en un autobús.

Dos ancianitos dándose ligeros besos cada pocos segundos, a lo que una señora más joven le dice al señor "¡Si la tienes enamorada!" El anciano, muy cortés, contestó que no era para menos: ¡cumplían dos meses de casados!.

Clo dijo...

Qué bueno es usted! Me ha sacado unas sonrisas...jajaja

Estoy con 'yomisma', en España las cajeras suelen ser muy antipáticas..¿pasarán un psicotécnico específico?

Un abrazo.

Almudena dijo...

Juas juas juas... debo confesar que mi experiencia en el súper es todo menos romántica. Claro, que lo mismo a los 63 y frente a la sección de embutidos o bollería...

Mercedes dijo...

La de bollería, Almudena, la de bollería, que es dulce y tierna, como la entrada de hoy.
A mí me da mucha ternura ver las parejas de viejecitos cogidos de la mano.
Y en una iglesia a la que voy a veces a Misa hay un matrimonio ya mayor que es un gusto ver cómo se miran, se sonríen y se quieren. Le pregunté a una persona que conozco y me dijo que ella tiene Alzheimer y desde luego da gusto ver cómo la cuida su marido. Le echa unas miradas de enamorado que para mí las quisiera.

Miriam dijo...

Una noche una pareja de mayorcitos estaba ya acostada en su cama.

El marido se estaba quedando dormido, pero su mujer se sentía romántica y quería conversar.

Le dijo: “Cuando me enamorabas, me agarrabas la mano…”

De mala gana, el marido se dio media vuelta, le agarró la mano por unos segundos y luego trató de dormirse otra vez.

En pocos momentos ella le dijo nuevamente: “Entonces me besabas…”

Algo molesto, se dio media vuelta otra vez y le dio un ligero beso en la mejilla y luego se acomodó para dormirse.

A los treinta segundos, ella le dijo: “Luego tú me mordías la oreja…”

Molesto, el marido tiró la ropa de cama y se levantó.

“¿A dónde vas?”, le preguntó ella.

“¡¡¡A buscar los dientes…!!!”

AleMamá dijo...

Me ha encantado. Muy lindo y con final inesperado.

Altea dijo...

Aaaahh, Dios mío, es cierto: ¡no tiene arreglo!

Papathoma dijo...

Disiento en la opinión generalizada sobre las cajeras... Está claro que tenéis que venir a esta provincia -donde tenemos fama de bastante secos,por cierto- y ver a las cajeras sonriendo y atendiéndote como si fueras la primera cliente del día... incluso cinco minutos antes de cerrar.

No deja de maravillarme que en los últimos momentos del día, te pregunten si tienes la-tarjeta-de.. o si vas a poder con todo o te despiden con un saludo afectuoso.

Altea dijo...

En Valladolid las que tienen fama de mal encaradas son las cajeras del DIA. Las demás suelen ser de lo más acogedoras, incluso cuando han tenido un mal día por algún robo (doy fe).

Relicary dijo...

En mi caso depende. Normalmente son bastante majas, una tiene una luxación de muñeca y siempre tengo que pedirle por favor que me deje llenar a mi las bolsas, que no quiero que se haga más daño.

Pero otro día me reí cuando mi mujer le dio a una los buenos días, ella no contestó (mascaba chicle mientras curraba además) y mi mujer ni corta ni perezosa al irnos de la caja dijo bien alto no se qué de la educación de algunas idiotas :P

Enrique Monasterio dijo...

¡Dejad en paz a las cajeras! Seguro que ellas también podrían decir cosas de sus "clientas".

Relicary dijo...

Jajaja, en eso tiene razón padre. Yo he estado también en el lado del cajero y nunca olvidaré a la señora que me echó una bronca por no vender calzoncillos... en una tienda de alimentación (os aseguro que es cierto)

pacita.. dijo...

No es por nada pues las cajeras de mi super son muy amables todas

Adaldrida dijo...

Es geniaaaal. Suerte esta noche.

yomisma dijo...

No dije que fueran antipáticas. Solo que resultaban antipáticas. Será que aquí se pasan por el otro lado... o que ya tengo pinta de guiri

Carmen Lilia dijo...

Me ha encantado, yo conocí unos de la 3ª juventud que se enamoraron cuando visitaban las tumbas de sus respectivos... pero eran ingleses y se les permite estas escentricidades...permítame reproducirlo en mi blog, gracias