Llego
a Gaztelueta a las cinco de la tarde. Nada más detener el coche en el parking,
frente al chalet, uno de los sacerdotes del colegio se me acerca con rostro de
preocupación.
―¿Conocías
a Roberto?
―Muy
poco, la verdad. Sólo de verlo en la tertulia.
―Mañana
tenemos otra Misa con los chicos. Están muy afectados. Ha sido duro…
Se
aleja hacia el pabellón central mientras yo me dirijo hacia el chalet con la
maleta.
En
la misma puerta hay alguien a quien quizá debería reconocer. Es el padre de un
alumno y me llama por mi nombre.
―¿Conocía
a don Roberto? Mi hijo está hecho polvo…
En
el oratorio del chalet ―la vieja capilla de mi infancia― veo un ramo enorme de
flores rojas. Me explican que era uno de los que pusieron “las chicas” junto al
féretro. Me detengo unos segundos para rezar una estación al Santísimo, pero mi vista prendida en el ramo de rosas.
Al salir, un
profesor me habla del velatorio, del comportamiento espléndido de los alumnos.
Y la misma pregunta:
―¿Conocías
a Roberto?
Empiezo
ya a conocerlo. Fue alumno de Gaztelueta y, apenas terminada la carrera,
profesor. Le apasionaba la enseñanza y los chicos le querían.
En
la tertulia de la noche el tono es un poco más bajo de lo habitual. Ha pasado
casi una semana desde que falleció Roberto, pero aún sigue abierta la herida. Me
fijo en los que me rodean. Con alguna ilustre excepción, son todos profesores
jóvenes y con talento. Algunos llevan aquí muchos años y no querrían estar en
ningún otro sitio.
Mañana
es primer viernes de mes. A las diez de la noche hacemos un rato de oración
frente al Sagrario abierto. Desde el sitio que ocupo veo muy bien el copón. A
sus pies, como un estallido de color, sigue el ramo de rosas. Yo hablo con el
Señor de su hijo Roberto y de esas flores
Mañana,
si alguien vuelve a preguntármelo, a lo mejor me atrevo a decir la verdad.
―Sí, desde hace una horas conozco muy bien a Roberto. Ha dejado unas rosas preciosas en el oratorio y él se ha quedado allí.
4 comentarios:
Perdone mi ignorancia pero ¿que significa o en qué consiste rezar una estación al Santísimo?
Perdonada. Tres padrenuestros, tres avemarías, gloria y una breve comunión espiritual
precioso!
Efectivamente hoy es viernes y acabo de volver de la Adoración Nocturna. En ella he ofrecido la misa (y las indulgencias de la noche) por Roberto, pero sobre todo he rezado por esos muchachos y toda la familia que es Gaztelueta: Padres, profesores, alumnos, capellanía, la Administración... y todos sus amigos. Para que el Señor saque muchas cosas buenas de todo este dolor.
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