Los vestidos blancos
¿Qué hacen dos niñas en la calle, vestidas
de novia, a primera hora de la mañana de un sábado? Una de ellas, de ocho o
nueve años, me mira con curiosidad y me saluda tímidamente con la mano. De
pronto llega un coche y entran con mucho cuidado para no arrugar el vestido.
Antes de partir, la misma niña me dice adiós con la mano enguantada en blanco.
Hace apenas diez minutos en la radio
de mi coche un “experto” de voz adormecida y adormecedora pedía “a la Iglesia” (a toda,
supongo) que termine con este “dispendio escandaloso” de las Primeras
Comuniones “en tiempos de crisis”.
(Como sabéis, es conveniente decir de vez en cuando "en tiempos de crisis", más que nada para que se note que somos gente solidaria y preocupados por la cosa).
Hay polémicas periódicas que sólo
producen hastío y vergüenza ajena. Yo añoro aquellos años en que preparaba a
las niñas del cole para la primera comunión y les contaba cuentos en la homilía
de la misa.
Ahora en cambio me limito a escribir
esos cuentos. A ver si esta misma tarde le envío uno a Beatriz. A pesar de la
crisis.
11 comentarios:
Pues sí cuanta razón tiene .Hace años llevabas una túnica blanca y después chocolatada para todos!
sigue siendo para mi el día más feliz de mi vida ,el de la primera comunión ,lo recuerdo cmo si fuera ahora mismo y me emociono....
Hacer la primera Comunión puede ser tan barato como la segunda y la tercera... nada.
Somos las personas las que, si así lo elegimos, decidimos gastar y gastar, con motivo de la primera Comunión de la niña o con el motivo que sea. El caso es gastar.
A veces basta con mirar a los países pobres y ver que allí también celebran las cosas grandes sin gastar un duro. Si ellos pueden, cuánto más nosotros.
Tuve la oportunidad de ver una boda en Croacia e iban todos arreglados como para una ocasión especial, pero no con trajes exclusivos para la ocasión. Incluso los contrayentes. Todo un ejemplo. Y no llegaban a 20 personas.
Echar la culpa a otros de lo que sólo es decisión nuestra es muy cómodo, pero no es efectivo (echando un cálculo utilitarista y renal).
He dicho.
No me parece a mí que sea la Iglesia la que favorece el dispendio. De hecho, hace unos años se hablaba de las comuniones "laicas", para que los niños que no hacen la Comunión tuvieran regalos y vestido. Más bien parece cosa del Corte Inglés...
Yo hice la comunión con un vestido "no blanco", de fiesta, eso sí, de nido de abeja, pero muy ponible para otras celebraciones (y que se usó después para bodas, bautizos y demás, y que se heredó convenientemente). Y luego, merendola con los primos. ¿Regalos? Entre toda la familia, una cámara de fotos y un carrete. Punto. Y no me he traumatizado.
La sociedad nos empuja a consumir descaradamente. En tiempos de crisis lo más necesario son los valores que da la misma Iglesia, los valores cristianos. ¿Qué más da hacer una comunión sencilla? ¿Acaso hay algo más grande que aceptar por vez primera el cuerpo de Cristo en nuestro interior? El problema viene cuando esta fe se convierte en consumismo, costumbre y el deseo de los regalos materiales prevalece (tanto para padres como para niños) por encima del regalo hermoso de Dios.
Un saludo.
Done Enrique, intentaré ser breve.
Hoy llevo a mi niña de 12 años a una primera comunión. No va de blanco porque no es la "protagonista", pero sí ha estado pensando que traje llevar y ha elegido el mas bonito. Y eso que el traje no se va a ver: se pondrá un alba por encima. Mi hija va a servir como monaguillo en las primeras comuniones de la parroquia. Y sabe que el evento es importante. Es la primera vez de esperemos que, muchas que nuestro Señor va a habitar en el cuerpo de estos niños. Les va a transformar. Para los que creemos que esta Jesús realmente presente en la Eucaristía, este momento es sublime. Incluso cuando uno no se de mucha cuenta. Precisamente por la realidad de Su presencia.
Acaso no se gasta uno lo que sea para celebrar un nombramiento importante en su carrera? O para viajar a ese lugar que has estado soñando toda la vida? No se gastaron mucho mas dinero en las celebraciones multitudinarias cuando Obama tomo posesión des Casa Blanca?
Lo que uno se gaste en la Primera Comunión de su niño/a es cuestión personal. La iglesia hará lo posible por enseñar a esos padres lo que de verdad es importante en ese día señalado. En mi casa celebramos la Primera Comunión de todos y cada uno. Las niñas la mar de guapas con su traje largo y su corona de flores, los niños con traje nuevo y corbata, y zapatos que a veces duelen. Todo por mostrar nuestro amor a Jesús. Aunque ya lo dijo el autor del blog una vez: a Dios no le importa como vayas vestido, le importa el amor que le demuestres... O algo así.
Lamentablemente muchos niños hacen su primera y última comunión como más adelante se casarán por la Iglesia por aquello de la ceremonia. Es una realidad muy triste y muy extendida. Yo estoy de acuerdo con ese señor tan experto y aburrido en lo del dispendio (lo siento... o no)pero me fastidia aún más la parafernalia que se monta a nivel familiar para que al niño o la niña no le falte "su sacramento", como Dios manda (que diría Rajoy) y hacen los demás.
Por una vez estoy de acuerdo con todos y eso que hay diversidad de opiniones: precisamente por eso, porque me encanta la libertad.
Un apunte: Las celebraciones más fastuosas no se corresponden siempre con las familias que más valoran este Sacramento, a veces es justo todo lo contrario.
Después de su primera Confesión la semana pasada,mi hija Ana (7 años) me contó: "me ha dicho el sacerdote que estaba en la cabina (sic) que la primera persona que recibió el Cuerpo de Jesús fue la Virgen María y que Ella me va a ayudar a prepararme bien".
Pedazo consejo. Y no se le ha olvidado.
A mis setenta años he leido emocionada todo el blog de este día. ¡Quisiera seguir recibiendo a Jesús con aquella ilusión de la primera vez!, (va a hacer dentro de pocos días la friolera de sesenta y dos años). Gracias por recordarmelo.
Despues de todo lo dicho no puedo añadir nada, salvo que en breves semanas mi hijo mayor hará la Primera Comunión y tiene muy claro que el festejo posterior, que pretendemos que sea sencillo pero con todos los amigos que nos quieren, y los regalos que reciba no es lo importante; Lo importante es que va a recibir al Señor y que lo podrá hacer a diario a partir de ese día si está en Gracia de Dios y ahí la importancia de la confesión frecuente.
Celebrarlo, es algo tan grande! que claro que hay que celebrarlo.
PD: En mi caso me alegré mucho cuando supe que los niños harían la Primera Comunión con el Uniforme de Colegio, pero con algo especial para dar distinción al día, estrenan la americana con el escudo del cole, que la podrán utilizar a diario el año que viene.
La Primera Comunión es muy muy emocionante. Y muy especial...Y aun así, creo que viví con más emoción mi "segunda Comunión".
Pero estoy con Yomisma (no sé por qué...)el Señor y la ocasión lo merecen.
Monse
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