Ella
tendría dieciocho o veinte años; él, algo más. Ella se situó en el asiento del centro,
junto a mí, que ocupaba la ventanilla. Me miró sonriente y soltó un “¡hola!”
la mar de campechana. Él, colocado junto al pasillo, al otro lado de su chica,
no dijo nada.
Él
vestía una camiseta de la NBA, un pantalón corto de color violeta y unas
zapatillas rojas sin calcetines. Ella llevaba otra camiseta semejante y un
pantalón mínimo. Los dos acarreaban una sola maleta pequeña. Al parecer, no
habían facturado ninguna. Lo más probable es que no necesitasen más ropa
que la puesta para sus vacaciones.
Él
resultó llamarse Ángel, y era rollizo, lustroso, moreno y compacto como una salchicha
de Frankfurt. En el antebrazo izquierdo lucía su nombre, tatuado con letras
góticas, quizá para no olvidarlo. En el derecho, el tatuaje lo cubría todo,
desde el hombro hasta la muñeca. Era un dibujo complejo, barroco, de difícil
interpretación.
Ella
se llamaba “Gorda”. Al menos ése era el único nombre que le daba siempre su singular pareja. Flaca no era, la verdad. No soy capaz de describirla porque traté de no
fijarme demasiado. Solo sé decir que llevaba seis
piercings en lugares visibles: uno en la nariz, dos al norte de cada oreja y
otro en el belfo inferior. Por lo demás miraba con unos ojillos claros de niña
sin malear.
Durante
las tres horas que duró el vuelo, Gorda y Ángel hablaron (a todo volumen) de juegos de
ordenador; de “cómo lo vamos a pasar, tío”; del coche que iban a alquilar, "que tiene mogollón de prestaciones”; de cómo se conocieron “en la calle” poco antes
y descubrieron que “había química”; de la madre de Gorda, que “pasa de mí desde
que está con Alberto”…
Y
eso fue todo. Cuando el avión se internó en el océano, Gorda y Ángel comenzaron
a juguetear sin el menor pudor a pesar de tener un cura como vecino. Sus
expresiones amatorias eran ingenuas, impúdicas y rutinarias al mismo tiempo. No
sé explicarlo mejor. Yo traté de moderarlas un poco entablando conversación con
Gorda, pero fue inútil; pocas veces he tenido la impresión de estar tan lejos
en el pensamiento y en el lenguaje de alguien tan cercano en el espacio.
Gorda
y Ángel utilizaban veinte o treinta palabras para comunicarse, y la mitad son
irreproducibles. Ya cerca de nuestro destino, Ángel declaró que él creía en
todos los dioses “pa por si acaso”.
―Pero
en los curas, no; y perdona, tío…
Perdoné
a mi sobrino haciéndole saber que yo tampoco creía en los curas y que
explicándole que creer en “todos los dioses” era creer muy poco. Mejor creer en
un sólo Dios con mayúscula que está siempre a nuestro lado y espera que
hablemos con Él.
―¿Lo
ves? ―dijo entonces Gorda―.
No
tuve tiempo de enterarme qué es lo que tenía que ver su amigo.
Tomamos
tierra a las 13, 15, hora canaria y Ángel hizo la señal de la cruz.
―¿Pa
por si acaso?
―¡A
ver…!
18 comentarios:
Padre, cuando leía la segunda línea ya estaba en el avión viviendo en directo lo que nos relata.
Alguna que otra vez me he encontrado junto a este otro tipo de "nuevas generaciones" al que pertenecen Gorda y Ángel (a veces me acerco a ellos disimuladamente)y también me he sentido estratosféricamente ajena a su universo, pero bueno, así son ellos, ellos son así...
Insisto en acercarme a ellos con disimulo y escucharles, para entender cómo pueden explicar y expresar, con un léxico tan reducido todo ese mundo de juventud. Y me digo de mí para mí, que si su universo y los sueños que lo habitan son reducidos, pues para qué necesitan más palabras...
Gracias por sus letritas y por ese viaje, el más "low cost" que he hecho nunca.
Me he olvidado de cantar algo canario que me gusta:
"Virgen de Candelaria
la más bonita, la más morena,
la que tiende su manto
desde la cumbre
hasta la arena"
lalalala...
y de decir que sea un fin de semana bien bonito para todos...
Que horror de viaje.... la primera palabra que me inspira es PEREZA y a partir de ahí muchas más.... Eran "pa descambiarlos" vamos. Lo de "creo en Dios pero no en los curas" ya lo he oido varias veces, y casualmente esa frase siempre proviene del mismo tipo de especímenes. Espero que tenga mejor suerte en su viaje de vuelta.
Un viaje la mar de entretenido. Con sus dos acompañantes. la gorda como las salchichas franfur -por cierto que mañana tengo que preparar mogollón de perritos para mi gente- yo no me voy recibo. También muy entretenido el asunto... hay que adelantar bocadillos, hoy salen las croquetas, quiere decirse que hay que hacer más porque desaparecen y eso--- ¡que le cuda! Y veo que no pierde el tiempo. Adiosle
Yo tampoco creo en los curas. A los curas los veo, no necesito la fe. Y estos pobres lo que inspiran es compasión porque están como ovejas sin pastor. No saben cuanto les quiere Dios.
Ay de verdad. Q le pasa cada. cosa para partirse de risa!!!algun tatuaje lleva mi hijo Javi......hoy el pequeño de casa.Santi cumple 11años ya!!!encomiendemelo
Qué tres adjetivos, tres toques maestros: "ingenuas, impúdicas y rutinarias". Chapeau!
ja ja ja, ha estado sembrao
Magistral... Me refiero a su descripción. Estos pobres son, eso, unos pobres. Lamentablemente, como una gran parte de sus coetáneos.
Con su permiso don Enrique García - Márquez yo añadiría síndrome del loro(con todo respeto hacia dicha criatura) o lo q solo mismo: inseguros, como no suelen tener ideas propias repiten lo q oyen... ;)
Tal vez Gorda había intentado en conversaciones anteriores convencerlo de que eso de los dioses varios no mola nada, que ella está segura de que hay un Dios y que les quiere mogollón. Esperemos que Le dejen entrar en sus vidas pronto. Torres más altas han caído: para muestra, los testimonios escuchados en la JMJ.
Vaya viaje! Que descanse
DIOS MÍO !!!!!!!! Que Viaje tan divertido, inusual e incómodo de a ratos: que personajes... Pero Usted D.Henry se banca todo, y eso es lo lindo se sabe adaptar aunque sus compañeros de viaje sean la Gorda y Angel, a eso se le llama Madurez, cuantos tatuajes y piercings, vaya moda !!!
DIOS NOS PIDE EVANGELIZAR EN TODOS LOS AMBIENTES !!! Pater a Usted le ha tocado ahora en éste viaje de Verano...FELICES VACACIONES !!!!!! y mejor Suerte para su Viaje de regreso...
Cuando veo a Gordas y Ángeles en las aulas y pasilllos del instituto público en el que doy clase, no puedo evitar un pensamiento: si no soy yo quien camina dentro de esas sandalias no es precisamente mérito mío. Me ayuda a comprenderles, a quererles y a ser muy agradecido por lo que me ha tocado.
Yo me hubiera levantado y me hubiera ido, aunque eso supondría que hubieran ganado... la verdad, no sé lo que hubiera hecho, rezar ``Bendita sea tu pureza´´ durante todo el viaje, tal vez. Que disfrute de Tenerife y que el viaje de vuelta sea mejor.
Don Enrique, aprendo mucho de estos relatos, especialmente de éste.
"por si acaso" jeje.
Y es que hay momentos en que la fe a medida se nos antoja necesaria, como a aquel ludópata que reza mientras la bola gira en la ruleta, o al enfermo al que le tienen que dar resultados serios. Entonces miramos para arriba...
Querido D Enrique, a usted que le gustan tanto las especies animales le dire que yo llevo años estudiando las especies urbanas, lo que usted describe es una pareja de " Homo chandalicus" yo les tengo catalogados asi, por que siempre van en chandal en invierno y en verano camiseta de deporte y zapatillas a lo Michael Jordan. Da igual que asistan a un funeral , a su primera entrevista de trabajo o a hacer la compra en erosky, el plumaje es siempre el mismo, anidan en los suburbios de las ciudades, aunque tambien se ha observado alguna pareja,no estan en peligro de extincion, aunque solo ponen un huevo. El polluelo suele emanciparse a los trece años y la luce piercings como los papas,incluso pueden llevar alguno mas debajo del plumaje.Suelen ser aves migratorias, en busca de conciertos tecno,y cerveza Alemana.
Cuando estan en celo que suele ser todo el año, el macho toquetea a la hembra en cualquier sitio y la llama de forma cariñosa " Gorda Churri,azuquitar, cosita etc, forma parte del cortejo nupcial.
En fin D Enrique si da usted ocasion ya le describire mas pajaros urbanos.
Por cierto lo de sentarse al lado de una pareja en celo, siempre es embarazoso. Recuerdo un viaje de Barcelona a Turin, en el tuve que sufrir otra especie en esta caso eran rocabilys homo, lucen un gran tupe y el caso es que me dieron un viajecito casi de dos rombos...
Un abrazo
GOYO
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