A las 11 de la mañana salgo de Arona rumbo a Santa Cruz (80 kilómetros). El Ibiza que alquilé en el aeropuerto y el GPS que me traje de Madrid me llevan a mi destino en menos de una hora. Me confieso ―ya era hora― con Juan Grinda, el cura que aparece conmigo en la foto de 1971 dando la bendición a San Josemaría.
Alguien propone sacarnos otra fotografía en la misma postura 42 años más tarde, pero me niego en redondo: se va a notar demasiado que seguimos siendo un par de chiquillos.
En Taiba, el centro de la Obra donde vive don Juan, me invito a comer. Carlos Morales, poeta y amigo, me dedica su último libro, un trabajo de investigación sobre Cesar Vallejo y la poesía posmoderna. Lo leeré sin falta estos días.
En la tertulia me entero de las últimas noticias, las buenas y las malas; la más dolorosa, el inesperado fallecimiento en Roma de don Flavio Capucci, postulador de las causas de beatificación y canonización de San Josemaría y de don Álvaro del Portillo.
Conviví con Flavio tres años cuando los dos éramos estudiantes de teología. Luego no lo perdí de vista. Ha sido un sacerdote culto, alegre, trabajador, piadoso y fiel hasta el último día de su vida. Leed aquí lo que se dice en la web de la Obra. Yo sólo podría añadir cosas tan personales y afectuosas que hasta por escrito cuesta trabajo decirlas.
De regreso al Sur, hago un alto en Candelaria. La Basílica está de bote en bote. Rezo el Rosario por el eterno descanso de Flavio.
Me recibe con la mejor sonrisa:
―Don Enrique, ¡me ha llegado carta de Goyo!
La leemos juntos en la barra y aprovecho para felicitarla:
―¿Por qué?
―Porque hoy es Santa Elena.
En presencia de dos clientes un tanto achispados, les cuento la historia de Santa Elena, y Helen se conmueve tanto que saca una gran carpeta roja llena de fotografías familiares y me habla de su padre, de cómo lo trajo desde Escocia a Tenerife para que pasara aquí sus últimos meses de vida.
―Tenía parkinson y alzheimer pero nada más llegar a la isla, revivió; los médicos decían que no llegaría a Navidad, pero vivió dos años más feliz y contento.
Camino de casa, un chaval se encara conmigo:
―¿Verdad que no es usted el nuevo párroco?
14 comentarios:
Don Enrique, que bonita foto, y que Post tan entrañable. Gracias.
Ja.ja ctas cosas le pasan!!!!q alwgria la fidelidad de tantos sacerdotes.santo de mi hija Elena
Q foto!!! Pero usted se da cuenta??? Que suerte!!! Lo de Don Flavio.... Me imagino su pena, a mi el primero Q se me vino la cabeza fue el Padre, en América, lejos.... Menos mal q la fidelidad de sus hijos le consuelan... Y tenga cuidado, que le veo de parroco... Mucho para por allí...
Menuda foto, qué pasada! Qué bonito, don Henry.
Esta preciosa foto lo que me recuerda es que está a punto de celebrar sus 44 años de sacerdote.
Millones de felicitaciones adelantadas!!!!
Gracias por su fidelidad
(Cuente una rosa mas, esta vez cibernetica)
Descanse en paz, don Flavio.
Don Enrique, transmita nuestro agradecimiento a Helen, nuestro ángel cibernético canario. Well done.
D.Enrique la foto es espectacular e historica, ¿ podria hacerse con una copia ? y ya puestos a pedir me la regala. Anda tirese el rollito !!!
Goyo
Yo voto pq se quede de parroco una temporadita.....vamos transformaba la isla!!!pero dondeesta D.Emiliano...q le esperan hace mucho
del señor Grinda hay un video en youtube fantástico (visitadlo que no tiene desperdicio).-
arturus.
Goyo, pidele permiso a d. Enrique y bájatela del Globo y ya tienes la copia a tu alcance.
Bueno, ahora que pienso (hoy toca), tal vez lo que pasa es que la quieres dedicada, en ese caso seria otro cantar, y algo mas que un rollito tendrías que conseguir. Pero quién sabe, a veces....suerte! !
¿Y no nos va a mandar una foto de Hellen, q tanto nos ha cuidado estos días?
D Enrique le cambio un copia de la foto por un libro de pajaros que tengo en casa. ¿ le parece ? ya sabe que en el fondo me gusta el comercio
Goyo
D. Enrique, ¿ya prepara las maletas?
Se ha despedido de Helen, de los parroquianos y del Jardín. Eso fue parte del día redondo de ayer, a pesar del recuerdo del fallecimiento de Don Flavio Capucci; eso también es parte de la vida.
Y llega a casa con un libro sobre la poesía de César Vallejo, ¡qué más se puede pedir!
Aunque se negó a hacerse la foto, se nota que sigue siendo un chiquillo con un Kloster que le acompaña.
Padre, va dejando amigos por donde pasa, y muchas personas a las que quizá no vuelva a ver, pero que le recordarán siempre. Eso pasa. A mí me ha pasado. No sé si también le ha pasado a alguien conmigo. ¡Quién sabe!
Gracias por sus letritas y por hacer que leer desde el Globo sea así, tan bonito.
FELICIDADES A TODAS LAS ELENAS !!! Rezamos todos unidos por el eterno descanso de D.Flavio Capucci, para que El interceda por nosotros en el Cielo...
UNA PAR DE CHIQUILLOS !!! Con un corazón grande: conmovedor relato D.Henry, GRACIAS por compartirlo con todos nosotros...
BUEN FINDE !!! y esté preparado por si D.Emiliano no aparece... GRANDEEE TENERIFE !!! Ya conquistó a sus habitantes Pater...
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